52.Cena en casa

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Naylea

Hoy tenemos una "reunión familiar" en casa de Dario. Nos juntaremos Natalia, Sthi, Enrique, Kris, Dario y yo a cenar. Ya que nuestra relación está estable y vamos tan bien, nos gustaría que nuestros seres queridos empezaran a llevarse lo mejor posible y a codearse.

Estoy en mi habitación, la cual se encuentra patas arriba, ya que no sé qué ponerme y me gustaría ir sencilla, pero a la vez muy bonita, porque a pesar de que la cena es junto a nuestros seres queridos, quiero lucir bien.

En mis manos sostengo dos opciones, un vestido rojo con un tiro que pasa por el cuello estilo collar y uno blanco ajustado en la parte superior y flojo debajo.

—¿Cuál?—pregunto a mi mejor amiga.

—El blanco, es bonito, pero tampoco tan llamativo, y como quieres ir algo sencilla, creo que sería la opción que más se acoplaría a tu idea.

Le doy la razón y me quito la bata de baño para colocarme el vestido.

Al verme en el espejo me siento muy satisfecha por mi decisión, me queda hermoso.

Me siento en el tocador y empiezo a maquillarme, al igual que siempre, opto por colocarme base, corrector, polvo, rubor, máscara de pestañas y gloss.

Observo mi rostro, me veo hermosa.

Suelto mi pelo y estos caen como cascadas con unas hermosas hondas, está muy sano.

Sthi lleva un vestido rosa pastel de satén con cuello halter, hasta las rodillas, ¡está preciosa!

—¡Qué hermosa amiga!—dice apenas me ve.

—Tú no te quedas atrás—halago—¡eres bellísima!

Salimos de casa y nos dirigimos a mi vehículo, aún no tengo mi licencia por lo que Sthi es quien conduce.

                           •

Estoy sentada en la mesa disfrutando de una noche especial junto a mis seres queridos. A mi lado está Dario. Lo miro y no puedo evitar sonreír al ver lo feliz que está. Me sorprende lo mucho que lo quiero.

Frente a mí, están Sthi y Enrique, mis mejores amigos. Los cuales están riendo, recordando una de esas historias locas de nuestro pasado.

A la izquierda de Dario se encuentra Natalia, la persona más cercana a Dario, y verla llevarse tan bien con ellos, me hace feliz.

—Y Naylea se tiró sin fijarse que la butaca tenía un clavo descubierto—cuenta Enrique y todos ríen, incluyendo a Kris.

—Ahora reímos—habla Sthi—pero en ese momento, todos nos asustamos. Habían compañeros corriendo de un lado a otro gritando: SANGRE, SANGRE.

Volvemos a reír, sin embargo, tengo la sensación de que falta alguien alguien para que esta velada sea perfecta...

La comida llega y todos hacemos una pausa para disfrutar de los platos frente a nosotros. Mientras como, Dario me toma la mano bajo la mesa y me susurra algo al oído que me hace reír. Esos pequeños gestos son los que hacen nuestra relación tan especial.

Natalia empieza a contar una historia graciosa de su infancia, y mi novio no puede evitar unirse a ella en la narración, mientras Kris añade detalles.

La noche sigue y la conversación fluye de un tema a otro. Nos reímos, recordamos viejos tiempos y también hablamos de nuestros planes futuros. Me siento increíblemente afortunada de tener a estas personas en mi vida. Todos ocupan un lugar especial en mi corazón.

La velada es perfecta. La comida es deliciosa, pero lo mejor de todo es la compañía. Nos despedimos con abrazos y promesas de vernos pronto, sabiendo que pasará tiempo para volvernos a juntar, ya que todos llevamos agendas muy apretadas.

—¿Subimos?—pregunta Darío.

—Si, estoy muy cansada—lo abrazo.

—A pesar de estar pasando una increíble noche, no pude evitar ciertas expresiones de preocupación en tu rostro, ¿qué te pasa amor?—pregunta preocupado. ¡Me conoce tanto!

Subimos las escaleras y nos dirigimos a su habitación.

—Es que...en momentos así, es inevitable el pensar cuan increíble sería poder estar con mamá, tengo meses sin saber de ella y hay ocasiones en las que recuerdo nuestra vida juntas y extraño muchísimo su compañía, sus chistes, su forma tan peculiar de cuidarme. La quiero con todo mi ser y estoy dispuesta a hacer las pases con ella, siempre y cuando pueda continuar la vida que llevo ahora—me sincero—estoy dispuesta a perdonar su error, el haberlo escogido, el no creerme, porque la vida es una y no sé cuándo será la última vez que tendré la oportunidad de tenerla cerca.

—Te comprendo completamente amor, el haber perdido a mis padres tan joven me ha hecho reconocer el valor de tenerlos cerca, cada día que pasa los extraño y me aferro más a amarlos con todo mi ser.

—Te amo Dario—admito por primera vez.

—Te amo Naylea, y siempre te amaré, eres justo lo que mi madre habría deseado para mí.

—Gracias amor, estoy segura de que ella estaría muy orgullosa de ti y lo mucho que has madurado, crecido y cambiado.

Me retiro el vestido y me dirijo al baño para darme una ducha, desmaquillarme y ponerme alguna franela de mi novio, es hora de dormir.

Salgo del baño y encuentro a Dario acostado revisando su celular, entro a la corcha y me acurruco a su lado.

Es el hombre que siempre soñé.

Te amo Dario.

Y siempre lo haré.

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