40. Regreso de Dario

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Naylea

Me adentro a mi antigua oficina y mi cerebro no le da credibilidad a lo que  mis ojos están viendo, está todo sucio y desorganizado, el hedor a alcohol es terrible.

Me acerco a Darío quien está de espaldas observando la gran ciudad.

—Buenas—saludo.

Este al escucharme se espanta y se gira para asegurarse de lo que acaba de oír.

—Hola Naylea—contesta—hasta que comprendes que necesitas el trabajo, menos mal lo hiciste a tiempo, por poco le doy tu puesto a otra—dice este con cierto tono de burla.

—No regreso a la empresa—aclaro.

—Pues, ¿a qué debo tu dulce presencia en el lugar?—contesta cínicamente.

—Solo vine a ver cómo seguía todo.

—¡De maravilla!—contesta señalando el lugar—¿y tú, por qué no vuelves si sabes que el sueldo te caería excelente?

—Porque ya tengo trabajo en otra empresa.

—Ganando miseria, yo podría tenerte mejor, lo sabes.

—Sería la decisión más estúpida que tomaría en mi vida, a ver...¿acaso no recuerdas lo que pasó entre nosotros?

—Ya me disculpé por eso—aclara endureciendo sus facciones.

—No es suficiente, lo que hiciste está mal. Lo único que quiero es que vuelvas a ser tú y atiendas esto, no dejes la empresa caer porque eso sólo le haría daño a Natalia.

—No acepto consejos de personas ajenas a la empresa, si quieres dar soluciones tendrás que entrar.

—Te dije que estoy trabajando en otro lugar.

—Perfecto, si ya terminaste de aconsejar y decir todo lo que planeabas decir, te puedes largar.

—Bien—digo antes de retirarme, total, este no es mi problema, lo intenté.

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*Narra Darío*

Odio el hecho de tener que encararla en estos momentos, no soporto su presencia poco fructífera en este lugar, tuve la esperanza de que regresaría porque me necesitaba, y necesitaba que le regresara el trabajo, siempre estuvo presente en mí porque tenía la seguridad de que no conseguiría otro lugar y regresaría.

¿No ve lo hecho mierda que estoy por ella?

¿No le interesa?

La observo alejarse desinteresada, y aunque es posible que la existente cantidad de alcohol en mi sistema tenga mucho que ver con esta deducción, es obvio que esto es resultado de una conversación con Natalia, la cual no tarda mucho en aparecer.

—Buenas tardes hermano —saluda—¿qué hay de nuevo?

Solo la observo, no caeré en esto.

—Hoy en la noche hay una fiesta de recaudación, será muy importante y habrán muchos magnates —habla esta—toda la información está en tu correo—agrega.

—No tengo ganas de ir—respondo simple.

—Hace mucho no sales ni haces nada por la empresa, sabes que en estos negocios es muy importante hacer contactos, aunque esto signifique compartir con la competencia.

—Dije que no, no me interesa.

No dice nada, solo sale sin estipular palabra alguna, no la detengo, no planeo ir.

Observo mi computadora y recuerdo todos mis pendientes, últimamente simplemente me harté de todo, lo que significa que también descuidé mi correo. Entro y tal como dijo mi hermana, uno de los mensaje más recientes pertenecen a una empresa, este tiene un enlace hacia la página web del lugar, la curiosidad me hace entrar a este.

Según la historia, tiene pocos meses de fundada, sin embargo ha tenido un gran auge. Pertenece al hijo de un multimillonario italiano, el cual decidió venir al país hace menos de un año e iniciar con este proyecto. Según lo que veo, la empresa se ha expandido de forma increíble, lo que hace que sienta un poco de interés, ¿podría llegar a ser problema para mí?

Decido seguir navegando en la pagina, hasta llegar a lo que parece ser: el apartado de fotos. El lugar es extenso, lujoso e innovador, lo que llega a preocuparme un poco, tengo tiempo fuera de liga, he descuidado todo.

Sin embargo, lo que me deja sin aliento es la próxima foto que se presenta en mi pantalla al dar clic, son varias personas en lo que parece ser una sala de juntas y la persona que está al lado de Joel West(el italiano fundador de todo esto), no es más que mi asistente, Naylea.

¿Qué hace ahí?

La observo bien y parece relajada y atenta, nada que ver con la Naylea que conocí.

Así que aquí estabas.

Tomo el teléfono de la oficina y no sin antes responder al correo dando las gracias por la invitación, musito palabras que hace meses no habían sido escuchadas por mí:

—Si iré a la actividad—No habrá fiesta sin mí, además me servirá de mucho conocer y lidiar con la competencia.

Observo a mi alrededor y lo único que hago es obtener un gran choque de realidad al ver la desorganización y botellas vacías en cada lugar, mi padre estaría muy decepcionado de mí.

Soy Dario, ¿por qué estuve actuando como niño ñorón?

Luego de terminar de contestar los mensajes olvidados y disculparme, trato de poner todo en orden.

—Necesito que alguien limpie mi oficina—es lo único que encargo antes de salir del edificio.

Conduzco mi automóvil por las hermosas calles y pienso todo lo que he hecho estos ultimos meses, fui un desastre.

—¡Pero esta noche regresa Dario, el mejor magnate!—digo para mí, mientras me parqueo en una de mis casas de trajes favoritas, esto amerita algo nuevo.

Más que tu jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora