22. Problemas y más problemas

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Al finalizar la ceremonia, tomo a mi amigo del brazo para irnos a un lugar más privado y hablar del tema pendiente.

—¿Por qué me ocultaste que te había llamado?

—Porque te habrías atrevido a no venir, hoy es un día especial, tienes que estar con ella.

—En estos momentos estoy muy enojada contigo, ¡no puedo creer lo que me estás diciendo!, ¿Si captas que estás hablando de la mujer que me echó de casa en plena noche lluviosa solo por tratar de ponerle los puntos claros al pedofilo pervertido de su esposo?

—Si, pero es tu madre, ¡yo solo quiero que vivas en paz!

—¿Por qué estoy siendo pintada como la mala cuando soy la ÚNICA víctima?

—Porque estás viviendo a base del rencor, eso no es vida, ¡te está destruyendo!

—No puedo creer lo que estás diciendo—musito decepcionada.

—Al menos escúchala, me dijo que tenía algo que decir—habla observando detrás de mí. ¡No lo puedo creer, lo que faltaba!

Me giro para quedar cara a cara con la mujer que me dió y quitó la vida.

—¿Qué necesitas?

—Necesito hablar, hija te extraño— se acerca a mí como si nada ha pasado.

—¿Ahora?, llevo semanas fuera de casa, lugar de donde nunca debí haber salido. No te importó nada cuando me echaste.

—Solo fue un impulso del momento—me toma por los brazos—no sabes cuánto te busqué aquella noche y el resto de estos días los cuales no estuviste a mi lado.

—Estoy más que decepcionada, esperaba más de una mujer tan fuerte e independiente como tú.

—Vuelve a casa.

—Ni muerta, te vi hace un rato a su lado. No puedo volver a ese lugar ¡no puedo!

—Él me prometió olvidar todo lo que pasó y llevarse mejor contigo.

—¿Él? ¿Es tan difícil entender que la afectada aquí soy yo?, ¿Que no le debo nada a ese hombre?

>>>Mi respuesta es y seguirá siendo mientras estés con él: un rotundo NO— levanto un poco la voz por la tensión del momento— está bien si no me quieres proteger, lo haré yo misma.

Dicho esto salgo del lugar con mi certificado y estatuilla en mano.

—¿Nos vamos a la celebración?—pregunta Enrique.

—Ve tú, ahora solo necesito espacio.

—¿Estás enojada conmigo?

—No querrás saber la respuesta a eso

— Solo hice lo que creí mejor para ti.

—Exacto, lo que CREÍSTE—río con ironía—No debiste ocultarme esa llamada, ni mucho menos apoyar la idea de tener su presencia en este lugar. Hablamos mañana, necesito pensar.

—Lo siento—es lo último que escucho a mi amigo articular antes de alejarme para tomar un taxi.

—¿A dónde se dirige señorita?—pregunta este.

—A...—quiero dar la dirección de mi jefe, sin embargo hoy siento la necesidad hacer algo diferente— a cualquier bar de la zona—si, voy a beber.

Detiene el auto y se gira hacia mí para mencionarme algunas opciones y sus ubicaciones, decido escoger el que más cerca queda de casa de Dario.

Más que tu jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora