¡El gran día!
Naylea:
Últimamente siento que mi vida va demasiado rápido, ¿qué hago yo casándome con el hombre que me encontró en pijama aquella noche lluviosa?
Aveces me pongo a analizarlo todo y creo que estoy viviendo un sueño, en cualquier momento podría despertar.
Mi cerebro no procesa el cómo pasé de tener momentos increíbles (y no desde el lado positivo) con mi jefe, quien era insoportable, estricto, perfeccionista y crítico. A estarme casando con la mejor versión del mismo hombre.
Es que ¡wow, ¿cómo rayos pasó esto?!
Veo atrás y solo puedo estar segura de algo: le agradezco a mamá.
Le agradezco por echarme, le agradezco por no buscarme, por no arrepentirse, por todo lo que hizo que logró que llegara a este punto.
Y no.
No me malinterpreten, fue horrible lo que hizo, y espero que de corazón se arrepienta de ello, ya que pude haber corrido con otra suerte... sin embargo, gracias a esto conocí a Dario, Natalia y otras personas maravillosas que me han acompañado en esta aventura.
No creo que sea la madre del año, pero su empujón fue lo que me trajo hasta aquí...
—Acepto—digo segura.
En estos momentos me estoy casando con el amor de mi vida, aquel hombre que hace unos meses decidió cambiar, cambiar por mí.
El mismo me besa y siento algo salado mezclarse en el beso.
¡Dario está llorando!
¿Quién es este, y qué hicieron con aquel manipulador desinteresado que yo conocí?
Tomo su cabeza con ambas manos y lo observo llena de ternura, es encantador, lo amo.
Ojalá nuestros padres estuvieran aquí.
A nuestra derecha se encuentran Sthi, Natalia y mi madre con hermosos vestidos color lila, mi favorito y nuestra izquierda Enrique y Kris con trajes blancos y un moño del mismo color de los vestidos de las damas.
Observo a nuestro alrededor, todo está como algún día lo soñé. Siempre quise una boda sencilla, con familiares y amigos, personas cercanas.
Desde joven he creído que los mejores momentos solo se comparten con personas que estarán felices por ello, después de ahí, solo es llenar espacios.
Y aunque todos esperaban una boda despampanante, optamos por algo que de verdad nos hiciera feliz, que mezclara ambos mundos, todo sencillo, pero caro y elegante.
¿Hablaremos de mi vestido?
¡Mi vestido es un sueño!
Es blanco, corte sirena, CORTE SIRENA. Es difícil explicar lo mucho que algo tan sencillo significa para mí y el sentimiento que lo acompaña. Me recuerda a cuando era pequeña y me dedicaba a ver programas de vestidos de novia con papá, él no entendía nada, pero se esforzaba a ver la ilusión en mi rostro.
Ahora la novia soy yo, soy quien lleva el corte sirena que tanto soñó.
Cuando fui a comprar mi vestido no sabía cómo sería, pero de algo si estaba segura, y era de su forma.
Me observo y no evito sonreír con nostalgia, me queda hermoso y papá no está aquí para verme. Este abraza mi figura y al terminar se abre en una falda fluida, está hecho de encaje fino con un bordado delicado y pequeñas aplicaciones de pedrería que reflejan la luz. El escote tiene una transparencia sutil.
ESTÁS LEYENDO
Más que tu jefe
Teen Fiction¿Qué harías si una noche tu madre decide echarte de casa sin nada más que la pijama con que pensabas dormir minutos antes? Naylea es una chica tímida, cariñosa y astuta, nunca ha tenido novio porque cree fielmente en que el amor no se busca, sino, q...
