Salí a tomar un poco de aire fresco con Sthi, estamos en el parque. Ayer no descansamos nada, bebimos un poco de vino y nos quedamos conversando en el mueble, me siento un poco mejor, pero no puedo evitar sentirme culpable por lo que estoy pasando.El sol comienza a descender, tiñendo el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa. Las risas de los niños jugando a lo lejos crean un ambiente tranquilo y lleno de felicidad...felicidad de la cual carezco en estos momentos.
Sthi está a mi lado, observando con una sonrisa su helado. Sabe que hay algo en mi mente; siempre lo sabe. Con un suspiro, comienzo a hablar.
—Sthi, no sé qué hacer con Dario . Él siempre tuvo razón, nuestra relación no funcionaría si seguía trabajando en un lugar donde mi jefe sintiera atracción por mí, y encima fueran competencia directa.
Ella gira su cabeza en mi dirección, sus ojos llenos de comprensión. Sthi siempre ha tenido el talento de brindarme apoyo sin siquiera emitir una palabra. Después de unos segundos de silencio, comienza a hablar.
—Sabes, es increíble que en estos momentos no sepas qué hacer, cuando él mismo te ha dado la solución millones de veces, amiga, Dario te ama y sinceramente...cometiste un error grandísimo, pero creo que con una buena conversación y un arreglo, tal vez vuelvan a estar las cosas como antes, han pasado por mucho, merecen ser felices juntos—concluye.
Si tan solo fuera tan fácil.
Sus palabras resuenan en mí. Sthi siempre ha tenido una forma de hablar que hace que todo pareciera tener solución. Tomo una respiración profunda, sintiendo la brisa fresca contra mi piel.
—Si Dario acepta mis disculpas, hoy mismo renuncio a ese trabajo, Joel no me respetó, no merece ni siquiera mi atención—aclaro.
—Haz lo que creas conveniente. Pero lo que sí sé es que mereces ser feliz y la búsqueda de la felicidad no siempre requiere de decisiones fáciles.
Miro hacia el horizonte, procesando sus palabras. Sthi siempre me da la perspectiva que necesito, incluso cuando ambas sabemos que cometí un gran error. Agradezco tener a alguien como ella en mi vida.
—Gracias, Sthi. Necesitaba escuchar eso —digo, sintiéndome un poco más ligera—ahora lo difícil sería hablarlo con Dario.
Ella sonríe y me da un abrazo con palmadita de espalda incluida.
—¡Ve por tu hombre!—me anima.
Salgo del parque emocionada y pido un taxi, necesito verlo, decirle cuánto lo siento, e insistir para tener su perdón.
Llego a su casa, y antes de tocar el interfón tomo una gran bocanada de aire.
—Naylea—me anuncio, para segundos después, presenciar el cómo se abren las puertas.
—Buenas tardes señora Bertha—saludo a una de las mujeres del servicio.
—Buenas tardes señorita, el señor Dario se encuentra en su habitación.
Me adentro a la casa y me dirijo a las grandes escaleras en busca de mi hombre. Al llegar entro sin siquiera tocar y lo veo ahí acostado con un antifaz, la claridad le da jaqueca.
—Bertha, ¿por qué entra sin tocar?, acaso no sabe que es mala—no termina su frase, ya que al quitarse el objeto de la cara, puede ver qué se trata de mí—Naylea...
—Si amor, soy yo—contesto acercándome a él.
—Te dije que no quería hablar contigo—me responde en un tono muy tosco.
—Dario no, hoy no aceptaré esto, acabamos de iniciar nuestra relación, no es posible que lo tires todo por la borda.
—Naylea, ese Imbecil te besó—contesta un tanto alterado—te besó porque quiso, te besó porque tiene acceso a ti, te besó porque sigues cerca de él, algo que yo te pedí que no hicieras, algo que te adverti que podría pasar. No me vengas que tiré todo por la borda si tú siquiera te montaste al barco... ni siquiera yo que pasé toda mi adultez siendo un mujeriego tengo estas acciones de mierda.
—Si, lo sé amor y me lo advertiste, tienes razón para estar enojado. Siento que hayamos que tenido que llegar a esto, te juro, nunca me imaginé que algo así podría pasar. Dejaré el trabajo, empezaré a ser tu asistente de medio tiempo y me inscribiré en la universidad.
Este me observa interesado y veo una pequeña sonrisa dibujarse en su rostro.
—¿No más Joel?—pregunta.
—No más Joel—aseguro.
—¿Qué te gustaría estudiar amor?—pregunta atrayéndome a él.
—Medicina—contesto.
—Mmm, médico, y a mí que justo me duele algo, ¿me puede ayudar futura doctora?
—Si, ¿qué le duele señor Dario?
Lo observo tomar mi mano y dirigirla hacia su zona íntima.
—Pues, en ese caso, lo puedo resolver.
———————————————————
Gracias por su apoyo y paciencia, estamos a ley de 6 capítulos para terminar esta historia🩷.
ESTÁS LEYENDO
Más que tu jefe
Teen Fiction¿Qué harías si una noche tu madre decide echarte de casa sin nada más que la pijama con que pensabas dormir minutos antes? Naylea es una chica tímida, cariñosa y astuta, nunca ha tenido novio porque cree fielmente en que el amor no se busca, sino, q...