Epílogo

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Gilbert
Los leves rayos de sol que lograban pasar por la cortina lograron despertarme, y como todos los días desde hace cinco años, me desperté con una sonrisa en mis labios.

Sin embargo, al mirar al lado mío me di cuenta que la razón de esa sonrisa no se encontraba en la cama, lo cual es un poco raro, ya que por lo general espera a que el desayuno esté listo para recién levantarse.

Desde que me casé con Sakura se nos hizo costumbre que el desayuno lo hago yo y la cena ella. En cambio el almuerzo nos vamos turnando, pero la mayoría de las veces lo hacemos juntos, lo cual es igual a terminar cubiertos de harina o algún tipo de comida en todo nuestro cuerpo a causa de las guerras de comidas.

Por esa razón me levante rápidamente para ver si se encontraba bien. Me dirigí directo a la cocina de nuestra casa, la cual es la antigua casa de Muriel, que nos las dio el día de la boda. Creo que es justo mencionar que Haru ya no vive acá, sino que vive con su ahora esposa, Josie Pye. Esa pareja en verdad nos sorprendió a todos, pero hacen muy bonita pareja.

Al llegar a la cocina pude visualizar a mi esposa de espalda mientras cocinaba algo.

- Buenos días, mi amor —le dije mientras la abrazaba por detrás y le daba un beso en la mejilla.

- Te despertaste temprano —dijo con un puchero— no alcancé a terminar tu desayuno —puede ser alguien más tierna. Le di suavemente la media vuelta para verla y pude notar que su nariz estaba manchada con harina.

- No te preocupes, puedo ayudarte a terminarlo —ahora su puchero se hizo más grande.

- Pero es tu cumpleaños, Gilbert, deberías estar descansando —ahh se me había olvidado— ¡se te olvidó! —dijo riendo.

- ¿Cómo lo supiste?

- Porque pusiste la cara qué haces cuando estás confundido o no entiendes algo, pero en esta ocasión es porque olvidaste algo. ¿Cómo puedes olvidar tu cumpleaños? —dijo rodeando sus brazos en mi cuello.

- He tenido mucho trabajo —ahora yo hice un puchero y ella me dio un mini beso que me hizo sonreír.

- Bueno —dijo mientras se separaba— te tengo un regalo que te va a hacer olvidar todos tus problemas —ahora fruncí las cejas.

- ¿Por qué?

- ¿Por qué qué?

- ¿Por qué me lo darás ahora y no después cuando vayas donde tu tía? —vi cómo se tensaba.

- Porque... es un regalo personal, Gilbert —dijo mientras me miraba con una sonrisa y escondía algo detrás suyo.

- Vaya, Sakura, ¿cuándo te pusiste tan atrevida? —le dije de juego, lo malo es que recibí un golpe en mi brazo izquierdo— ¡oye! Soy el cumpleaños.

- Uno muy cochino y que se lo merecía —dijo sacándome la lengua— Ahora —volvió a poner esa sonrisa que demuestra lo feliz que está, pero me arriesgaría a decir que está un poco nerviosa— abre tu regalo —y dicho esto me entrego un paquete.

- Muchas gra... —las palabras se quedaron en mi garganta cuando vi el regalo— Sa...Sakura, esto....¿esto es la que creo que es? — le dije si despegar mi vista de la polera que se encuentra en mis manos, la cual tiene en el medio una palabra que acelero los latidos de mi corazón y aguó mis ojos, la cual es "SuperPapá"

- Es cierto, Gilbert, vamos a ser papás —al escuchar esas palabras salir de la boca del amor de mi vida no pude evitar soltar un sollozo, ya que hace dos años, después de viajar con Sakura por distintos lugares, tratamos de tener un hijo, pero no lo lográbamos hasta el punto en el que nos rendimos, pero ahora saber que por fin seremos padres, me hace demasiado feliz.

- Te amo, Sakura —dije mientras la toma en brazo y ella rodeaba sus piernas por mi cintura— te amo mucho y seremos los mejores padres del mundo.

- Yo también te amo, Gilbert —dijo con los ojos llorosos— y seremos los mejores padres del mundo.

FIN

Este es el final del fanfic, espero que les haya gustado tanto como a mí escribirlo :)

La flor de cerezo. GBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora