58

256 20 0
                                    

Sakura
Me acerque con cuidado por detrás de Gilbert, ya no aguantaba más quería abrazarlo y darle un beso, ya que me enamore aún más al ver la emoción en sus hermosos ojos de color avellana.

- Son muy bonitos, ¿me dejas probármelo?

- Oh claro, Sakura, toma —me dio los anillos y se dirigió a las escaleras— me voy a ir a cambiar, sude mucho al correr para acá —una vez que no lo vi más dije.

- Te lo dije, Bash, no se iba a dar cuenta de lo emocionado que está —Bash solo soltó una carcajada.

Gilbert
Subí rápido por las escaleras, ya que quería cambiarme de ropa, llegue a mi pieza y me saque la polera. Estoy muy feliz de que le hayan gustado los anillos a Sakura... ¿espera qué?  Al darme cuenta que mi prometida está abajo y no me di cuenta baje corriendo las escaleras.

Cuando llegue a la sala la vi, se veía mucho más hermosa que la última vez, corrí para abrazarla y ella solo se rio. La tome en brazos mientras le dejaba besos por toda la cara, estaba muy feliz de verla y su sonrisa era enorme, lo cual me hacía mucho más feliz.

La deje en el piso y mire sus labios, tenía tantas ganas de besarla y podía ver que ella también quería, me empecé a acercar a ella de a poco.

- Gilbert —se me había olvidado que Muriel y Bash estaban aquí, y deje de acercarme a Sakura y los mire— estás muy emocionado y lo entendemos, pero podrías ponerte polera por favor —vi que Muriel tenía un pequeño sonrojo por lo que acababa de decir, después mire a Bash y él solo se reía en silencio.

Por último mire a Sakura y ella estaba como un tomate, seguí su vista que se dirigía hacia mi dorso para ver que tenía, y ese era el problema no llevaba polera.

Volví a mirar a Sakura y ella al darse cuenta que la pillé mirándome desvío su mirada.

- ¿Qué estabas viendo? —dije tomando su cara con cuidado para hacer que me mirara a los ojos.

- Na...nada —su cara seguía roja, yo creo que más que antes si es que era posible a causa de la pregunta que le hice.

- ¿Segura? —ella solo asintió— ¿entonces qué pensabas? —sus ojos se abrieron mucho más y me dejó de mirar a los ojos.

- Nada, Gilbert —me empujó un poco para que me alejara y después me empezó a escanear con la mirada— tengo que admitir que no estás para nada mal —dijo con su voz nerviosa, la amo, amo todo de ella, cuando se pone nerviosa o se ríe o cuando está seria, literal amo todo de ella.

- Te amo —le dije para dejar un beso en su mejilla y subir rápido a mi habitación a cambiarme.

Sakura
Estaba en shock, ahora sé porque se ponía cuando yo actuaba así. Sentía mi cara hirviendo de vergüenza, además no les voy a negar que está en muy buenas condiciones, que digo, está exquisito. Salí de mis pensamientos cuando mi tía me abrazó por detrás.

- No pienses cochinadas Saki, eres como un libro abierto y todos tus pensamientos se leen —mire a los dos que seguían en la habitación y estaban muertos de la risa. No puedo seguir en ese lugar o sino me va a dar algo por los nervios que estoy sintiendo.

- ¡Adiós! Díganle a Gilbert que me tuve que ir —no espere a que me respondieran y salí corriendo, solo pude escuchar unas risas de esos dos, son tal para cual.

Corrí hacia el lago, si iba a la casa, Haru se iba a dar cuenta, ¿por qué todos son capaces de saber lo que pienso?

Una vez que llegue me tire al piso, estoy muy cansada, hoy he corrido todo lo que no corrí en estos tres últimos años. Cerré los ojos y me quede dormida.

No sé cuanto paso, pero me levante de golpe al escuchar unas pisadas, mire al lugar donde las había escuchado y me relaje al ver quien era.

- No te quise asustar —dijo mientras se recostaba al lado mío.

- No te preocupes, es solo que me había quedado dormida —sentí que tomó mi mano y yo me acerque un poco a él.

- ¿Por qué te fuiste? Bash me dijo que te fuiste corriendo y no dijiste nada, me preocupe —acaso puede ser más tierno, pero ahora es mi turno de venganza.

- Por tu culpa —él giró para verme y yo hice lo mismo.

- ¿Por qué tuve la culpa?

- Por bajar sin polera —él soltó una risa mientras yo terminé de idear mi plan— ¿qué es tan gracioso?

- Es que me acorde de tu cara de tomate —vi que él noto mi cara de estar planeando algo y vi algo de temor en sus ojos.

- Es gracioso ¿sabes?

- ¿Qué cosa?

- Yo me acuerdo que cuando fui a tu casa después de haberme metido por primera vez en el lago.... —vi como trago saliva, sabía que él se había dado cuenta— mi polera se traslucía, aunque no lo sabía hasta que me vi al espejo, pero tú si lo sabías ¿verdad?

- No —su voz lo delataba, además de que su cara se empezó a sonrojar.

- ¿Enserio? Porque en el camino notaba que me mirabas mucho, pero no sabía porqué.

- No me había dado cuenta —ya estaba rojo, había logrado mi objetivo.

- ¿Entonces me dirás qué no pensaste nada indecente? —él negó y yo me empecé a acercar a él— ¿no pensaste que podríamos estar así de cerca? —me empecé a acercar de a poco, pero él volvió a negar— ¿no pensaste como sería besarme? —estábamos tan cerca que nuestras narices rozaban— ¿crees que eres él único que puede jugar así? —le susurré en el oído para después pararme.

Empecé a caminar para apoyarme en un árbol, pero Gilbert me tomo por la cintura y me dio la vuelta para quedar frente a frente mientras mi espalda estaba contra el tronco del árbol, ahora es mi turno de estar nerviosa.

- Que feo, Sakura —puso sus dos manos en mi cadera y me pegó un poco al árbol, lo que significaba que estaba inmóvil— sabes que es feo dejar las cosas sin terminar o no —ya sé porque él estaba tan rojo antes, yo debo estar igual— ¿no pensabas que te iba a dejar ir tan fácil, después de que me dejaste con las ganas, verdad? —yo sabía que él no lo iba a hacer, pero se empezó a acercar de a poco solo para ponerme nerviosa, pero yo no iba a dejar que me ganara, así que cuando estuvo lo suficientemente cerca rompí la distancia que teníamos y lo besé.

Al sentir sus labios una pequeña electricidad pasó por todo mi cuerpo, nuestros labios estaban en una perfecta sincronía, que me hizo pensar que estábamos destinados a estar juntos, que con ninguna otra persona podríamos estar así, sintiendo tantas emociones con un simple contacto.

Mientras nos besábamos mis manos se movieron hacia su cuello y lo empecé a acercar de a poco hasta que no existía ninguna distancia entre nosotros.
Era un beso con pasión, pero lleno de amor. Cuando nos faltaba aire nos tuvimos que separar y en tan solo un segundo ya lo extraña, no sé cómo explicarlo, sentía que éramos uno solo y al alejarse una parte de mí quedó vacía, aunque no me duró mucho porque ese vacío se llenó en cuanto me abrazó, un abrazo tan cálido y que extrañe tanto.

- Te amo, Sakura y no sabes cuanto, me duele tener lejos, pero todo ese dolor se va con tan solo verte, te amo y las palabras no son suficientes para expresar todo lo que siento al tenerte al lado mío por eso lo único que puedo hacer, es prometerte que haré lo posible para que tus días sean felices y llenos de luz, y voy a alejar todos los males que se quieran acercar a ti —no pude evitarlo y las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas.

- Te amo, Blythe y no tienes que hacer nada, ya que al tenerte a mi lado ya me haces feliz y con solo pensar que voy a pasar el resto de mi vida con alguien como tú ya me basta para despertar con una sonrisa todas las mañanas —me separé un poco para ver su rostro y mire que los dos estábamos con lágrimas, y traté de secarlas un poco— te prometo amor mío que nunca me voy a alejar de tu lado nunca mas.

Esas fueron las ultimas palabras, ya que como había dicho Gilbert las palabras no son suficientes. Nos sentamos cerca del árbol para apoyarme en él. Cerré los ojos y Gilbert apoyo su cabeza en mis piernas, le empecé a hacer cariño en el pelo hasta que nos quedamos dormidos con una sonrisa en nuestros rostros.

La flor de cerezo. GBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora