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Sakura
Es cierto, él también trató de sacarme de ese hoyo, pero yo le fallé y caí de nuevo.

-Lo siento tanto Haru —lo abracé más fuerte.

-¿Por qué te disculpas? —las lágrimas volvieron y con ellas unos pequeños sollozos mientras él me hacía cariño en el pelo para tratar de calmarme.

-Te falle —levante la mirada y pude ver que me miraba confundido— tú trataste de ayudarme, pero yo no fui suficientemente fuerte y toque fondo.

Haru
No me gustaba verla así, tan indefensa y frágil cuando siempre la veo dándole sonrisas y ánimos a las demás personas. 

-Pero ¿de qué hablas Sakura? —me iba a decir algo pero la interrumpí—, tú no estás en el fondo, mira tu habitación, está llena de colores que yo no tuve que lanzar, tú los quisiste acá y no quiero que te disculpes por caerte de vez en cuando, todo el mundo tiene sus tropiezos, pero tú a diferencia de muchos sigues tratando de levantarte por ti, por tus padres, por tus tíos y por tu amigos, no muchos logran esos, así que quiero que te pares con la cabeza bien en alto y digas "soy una luchadora, pero no solo eso sino que también soy una superviviente", dilo Saki.

- Soy una luchadora...

- ¡No te escucho! —soltó una pequeña risa.

-¡Soy una luchadora, pero también una superviviente! —me volvió a abrazar, pero ahora sonreía.

-¡¿Sakura estás bien?! —una voz que yo reconocí dijo eso, pero Sakura no fue.

- Hola tía, ¿a qué hora volviste? —me daba risa su tía toda preocupada y ella respondiendo muy relajada.

-Recién, pero escuche que gritaste y entre a la casa corriendo —me miro de reojo, al parecer no se acordaba de mi, pero después de escanearme por completo— ¡¿HARU?! —ya sé de quién Sakura saco su talento para dejar sorda a las personas.

-Tía Muriel, tanto tiempo —nos dimos un abrazo, ya que nos conocíamos desde que yo era pequeño y jugaba con Sakura.

- Estás gigante —miro a la pared—pero se nota que esta pequeña sigue teniendo poderes para hacerte hacer todo lo que te dice —solté una risa, era cierto, yo con tal de hacerla feliz podía ser capaz de mover agua y tierra.

- Tía no hables así de mi, él se ofreció voluntariamente a ayudarme, yo ni siquiera lo había invitado a la casa —su tía y ella tenían esa sonrisa burlesca, típica de la familia.

- Bueno, aceptó la derrota, pero solo por hoy.

- ¿Por qué no te quedas a almorzar? -
—preguntaron tía y sobrina al mismo tiempo.

-Sería un honor —Bajamos y comimos entre risas y charlas del pasado. También pasé la tarde hasta que llego la noche. Al caminar hacia mi casa, me acorde de todo lo que me hacía falta Sakura, de cómo sufrí cuando fui a buscarla a su casa y ya no estaba, cuando después de meses de buscarla me di por vencido, pidiéndole a las estrellas que cuidaran de ella, pero por fin la pude ver de nuevo y esta vez no la voy a dejar ir.

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Por fin llego el lunes, la verdad no vi a Sakura de nuevo después del sábado y aunque solo fue un día ya la extrañaba.

- ¡Haru! —me di la vuelta para ver quien era, pero no fue necesario, ya que solo una persona que conocía era capaz de lanzarse a mis brazos para darme un abrazo.

- Hola Sakura —la deje con cuidado en el suelo y vi su hermosa sonrisa— ¿cómo estás?

-Yo estoy súper bien, tú eres el que debería estar nervioso, ya que es tu primer día de colegio.

- La verdad si estoy en poco nervioso —no sé cuando llegamos, pero ya estábamos en frente de una ¿capilla?

- No te preocupes, sé que le vas a caer bien a todos los hombres y con respecto a las mujeres todas te van a amar —note un poco de tristeza en lo último que dijo.

- ¿Segura que estás bien? —nos detuvimos antes de subir las pequeñas escaleras.

- Si..... es solo que..... me gustaría tener algún amigo ¿sabes? —la mire confundido, yo pensaba que si tenía amigos— es decir si tengo amigos, pero igual me gustaría tener una amiga, mujer, a alguien con quien puedo hablar de moda o chicos —¿chicos....le gustará alguno?

- ¿y Anne? Yo pensé que ella era tu amiga —hizo un pequeño puchero.

- Si, pero es complicado, ella habla conmigo, pero a las otras no les caigo bien, entonces cuando nos ven hablando la llaman y ella siempre se va ¿me entiendes? —me daba pena, yo sé que ella piensa distinto y es más moderna, y no me gustaba que esa fuera la razón por la que la dejaban a un lado.

- Tienes que darles un tiempo Saki, si lo piensas bien, ellas pueden estar celosa de todo el tiempo que pasas con los hombres —una sonrisa se le formó, pero se le borró altiro, era obvio que recordó algo y ella se dio cuenta que yo me di cuenta.

- Es que una vez ¿encare? a una niña que no me dejaba ser amiga de Gilbert y por eso no me hablan —me dio una sonrisa que me demostraba que era culpable de su situación— pero gracias Haru, sin ti se me hubiese olvidado que mejor estar sola que mal acompañada.

- Además no vas a estar sola, vas a tenerme a mi y a tus amigos —le di un pequeño beso en la frente y entramos a clases.

La flor de cerezo. GBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora