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Sakura
Han pasado tres días desde que no salgo de mi pieza, "ya tuviste el tiempo suficiente para pensar" me dije a mi misma, así que me levante con cuidado tratando de no despertar a Haru que dormía en el sofá que estaba al lado de mi cama y baje las escaleras para encontrarme a mi tía mirando por la ventana mientras algunas lágrimas caían de sus ojos.
- ¿Tía estás bien? —me acerqué dándole un pequeño susto, pero en cuanto me vio se abalanzó para abrazarme— tía lo siento, no quería que lloraras por mi culpa.

- Oh mi vida eres un ángel, deja de preocuparte por mi, aunque sea por unos minutos y dime cómo estás tú.

- Estoy mejor tía, solo necesitaba pensar un poco y ya lo hice, lo cual significa que tome una decisión —ella me miraba confundida, pero yo estaba segura de mi decisión así que me senté en una silla esperando que ella copiara mi acción, pero con la silla que está enfrente a la mía.

- ¿Decisión? —me alegre cuando la vi sentarse y respire profundo para empezar a explicarle.

- Me voy a ir de Avonlea —ella iba a decir algo, pero no la deje— pero después de dar el examen de admisión.

- Pero Saki tú tienes una vida aquí —negué con la cabeza.

-Por favor tía, es una decisión tomada y espero que la entiendas. Después de lo qué pasó siempre fui el tema de conversación donde unas personas me creían y otras no, pero no me gusta eso, por eso siempre me estaba moviendo de lugar y por eso vine acá para empezar una vida nueva, pero ahora todos saben y no va a ser lo mismo. Además de que siempre estuvo en mis planes irme después del colegio, yo no quiero ir a Queens.

- Pero igual te van a ver en el colegio, no tiene sentido que te escondas.

- Es que ya no voy a ir al colegio

- Pero el examen

- Tía lo sé, por eso quería pedirte si me puedes hacer clases particulares después de las normales —no parecía muy de acuerdo— ¿Por favorrr?

- Esta bien Saki, pero no puedes desaparecer de la tierra, hay personas muy preocupadas por ti —negué de nuevo con la cabeza.

-La mayoría de esas personas no eran mis amigas y solo se sienten culpables por haberme tratado mal —mi tía se paro y fue a buscar un periódico para volver a sentarse.

- Toma —tome el periódico y leí el enunciado "¿Qué es justo? de Anne Shirley". Lo empecé a leer y me encanto, todas las ideas que siempre circularon en mi mente estaban escritas e impresas, dichas de la manera más pura del mundo— Mañana los chicos van a ir a luchar por los derechos de muchas personas y nos encantaría que fueras.

- Lo voy a pensar, ahora si me disculpas voy a volver a dormir —le di un pequeño beso en su mejilla y empecé a ir a mi pieza.

- Sakura —me pare en seco como siempre lo hacía cuando la escuchaba llamarme por mi nombre y no un apodo— te quiero y eres perfecta tanto por dentro como por fuera mi cielo, y estoy orgullosa de ser tu tía —mis ojos se llenaron de lágrimas de nuevo y corrí para abrazarla, estuvimos así unos minutos para después soltarla y subir a mi habitación.

Ya era de mañana, y Haru y yo nos estábamos poniendo en cubierto para que nadie notara nuestra presencia. Me interesaba ver lo que mis compañeros estaban planeando, así que le dije a mi tía que no les dijera que iba a ir. Estábamos irreconocibles cuando empezamos a caminar hacia el lugar donde iban a hacer todo ese escándalo, del cual yo quería ser testigo.

Anne
Estábamos celebrando, el plan había salido a la perfección, hasta Prissy y Josie se habían unido, pero lamentablemente Sakura nunca llegó o eso pensaba, ya que cuando mire hacia la multitud pude visualizar a dos personas con unas ropas normales, pero sus alturas se me hacían conocidas. La chica al ver que la estaba mirando le dijo algo a su compañero y se empezaron a marchar, pero antes de salir por la puerta se dio la vuelta, se sacó su sombrero permitiéndome ver su hermosa cabellera rubia, era Sakura, iba a decirle algo, pero ella me hizo una seña para que guardara silencio y después se fue con quien supongo que era Haru. Me alegraba haberla visto y ver que estaba bien. La admiraba y no podía negar admitir que sabía porque Gilbert la eligió a ella, era fuerte, inteligente y segura de sí misma, además de que era hermosa, pero yo sé que igual si ella hubiese tenido mi mismo físico, pero sin haber cambiado su personalidad, Gilbert la seguiría eligiendo a ella. Estaba orgullosa de haber podido llamarla "competencia", pero sobretodo estaba orgullosa de llamarla amiga.

La flor de cerezo. GBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora