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Sakura
Estaba afuera de la casa de mi madrina/tía. No lo voy a negar estoy nerviosa, además no sé como va a reaccionar, ya que igual si leía sus cartas nunca se las respondí. Toque la puerta dos veces esperando que me abriera.

- ¿Sakura? —dijo mi tía al abrir la puerta para proceder a abrazarme—me alegro tanto en verte, no respondías ninguna de mis cartas...

- Lo sé tía —la interrumpí, ya que su voz se estaba quebrando mientras mis ojos querían dejar salir alguna lágrima, pero me estoy aguantando— fueron unos años difíciles, quería alejarme para poder encontrarme a mi misma y también necesitaba un tiempo para aprender a vivir por mi cuenta.

- Pero eso no era necesario, pudimos haber pasado ese tiempo juntas mi cielo —yo sabía que tenía razón sobre eso, pero enserio necesitaba ese tiempo, si ella me hubiese visto al principio, si me hubiese visto en ese hoyo negro sin ninguna ganas de vivir, ella tal vez no lo hubiese soportado, si supiera todas las cosas que hice, el dolor que ella sentía se hubiese agrandado aún más, así que lo único que hice fue sonreírle y asentir mientras ella me guiaba hacia adentro de la casa.

Estuvimos un rato hablando y recordando las historias que teníamos juntas, aunque muchas de esas terminaban en pequeños llantos, ya que al igual que mis padres, su marido se contagió y murió de lo mismo. Fueron unas grandes perdidas las que tuvimos.

Seguimos hablando así por horas cuando llegamos a hablar de mi futuro.

- Y cuéntame, ¿qué quieres hacer ahora? —me preguntó mi tía mientras iba a buscar té.

- Tenía pensado volver a estudiar, ya que quiero ir a la universidad, aunque aún no sé a cuál ir.

- ¿A qué te quieres dedicar? —me preguntó mientras volvía con el té y unas galletas.

- La verdad es que me voy a dedicar a muchas cosas —ella soltó una pequeña risa al escuchar eso.

- ¿Me puedes decir? —tenía curiosidad se le podía ver en los ojos, lo cual me dio risa y me trajo recuerdos de cuando era pequeña y mis padres junto con ella y su esposo, empezaban a apostar sobre qué sería en el futuro.

Mi papá quería que fuera diseñadora de moda, mi mamá que fuera doctora, mi tía dijo que sería cantante y bailarina, y por último mi tío dijo que iba a terminar haciendo todas esas cosas, ya que veía en mí esas ganas de aprender que él tenía.

- Bueeno, decidí ser medica mientras que al mismo tiempo voy a tratar de hacer diseños de ropa y cantar y bailar.  Aunque quiero dejar en claro que siempre voy a hacer todas esas cosas, aunque no me vaya a especializarme —ví en su sonrisa un poco de nostalgia así que le tome la mano— Sé que va a ser difícil, pero amo todas esas cosas.

- Lo siento Saki —sip ella me llamaba así porque significa "florecer", el cual tiene un significado muy parecido a mi nombre y así también me llamaba mi mamá o mejor dicho era uno de los apodos que me tenía, ya que a mi tía y mi mamá les fascina encontrar nuevos apodos con distintos significados— es solo que tú sabes quién decía que ibas a hacer todas esas cosas.

- Lo sé y ellos fueron unas de las razones por las que elegí todas —puso una cara de preocupada— pero no te preocupes porque todo eso me gusta y no me parecía buena la idea de dejar algo que me gusta hacer.

- Por un momento pensé que lo hacías por ellos, recuerda Saki: "Tú eliges hacia dónde y tú decides hasta cuándo, porque tu camino es un asunto exclusivamente tuyo, no de tus padres, no de tus amigos, solo tuyo" —me dio un beso en la frente— ahora ve a dormir mañana será un nuevo día.

Subí a mi habitación y empecé a escribir una canción. Toda la naturaleza y el cariño con el que me recibió mi tía me dieron mucha inspiración. Después de avanzar un poco en la letra, decidí que ya era hora de dormir. Apagué la vela y me dormí, lo cual fue fácil porque estoy cansada.

La flor de cerezo. GBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora