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Sakura
Vi mi collet y como me lo había sacado antes de entrar al agua estaba seco, lo amarré en el pantalón para que afirmara lo que me quedaba grande del pantalón y baje usando la ropa de Gilbert y con mi pelo totalmente suelto.

-Oye Gilbert —grite mientras bajaba las escaleras— esperó que no te moleste, pero te saque un pijama —me sorprendí al llegar a la cocina, ya que estaba la señora Lynde muy enojada, Bash aguantando una risa y Gilbert me miraba con los ojos muy abiertos sin creer que me había puesto su ropa, pero de un momento al otro desvió su mirada, pero alcancé a ver que se sonrojaba.

Gilbert
No podía creer lo que dijo Sakura mientras bajaba la escalera y la cara que puso la señora Rachel me demostraba que había escuchado lo mismo. ¿Por qué tengo tan mala suerte, tenía que venir a visitarme hoy para hablar de una práctica de un baile? Ni siquiera es importante.

Cuando la pude ver, no noté ninguna expresión de vergüenza solo nos miraba, pero yo si sentía vergüenza, no por la señora Lynde sino porque al ver a Sakura con mi ropa no pude evitar pensar dos cosas. La primera era que se veía hermosa, como el blanco resaltaba sus ojos grises o azules, y que se veía tierna al verla con mis pantalones que le habían quedado grande y que tuvo que afirmar. Y lo segundo es que me imagine un futuro donde estábamos casados, la imagine usando mi ropa la mayor parte del tiempo en la casa para estar más cómoda. Al ver que ella me mira pensé qué tal vez había sino muy notorio al pensar eso y no pude evitar mover la cabeza para que no viera lo enrojecido que estaba.
- Pero niña, ¿cómo se te ocurre estar así vestida? —dijo Rachel, claramente enojada con Sakura.

- La respuesta a su pregunta es muy simple señora Rachel y es que tengo que dormir con ropa, ¿no cree que sería mucho peor dormir desnuda en una casa que no es la mía? —le respondió muy tranquila lo cual me hizo gracia.

- Para empezar no deberías quedarte a dormir en una casa con dos hombres, pueden hablar muy mal de ti. Lo segundo es que deberías usar un camisón no unos pantalones, ¿Gilbert no tienes algo de tu madre para prestarle a la chica y así puede regresar a casa? —iba a decir algo, pero alguien no me dejó hablar.

-Disculpe señora Lynde, pero si me permite tengo un par de cosas que decirle —me entró el pánico yo era testigo de como se ponía cuando la ofendían o le decían algo— Voy a enumerar las cosas al igual que usted lo hizo si me permite —hizo una pausa para respirar— Primero en esta casa si viven dos hombres, pero no se olvide de Delphine ella es una niña. Segundo a estos hombres yo los conozco y usted también, y ambas sabemos que serían incapaces de siquiera tocarme un pelo sin mi consentimiento —la señora Lynde trato de decir algo, pero Sakura siguió hablando— por favor Señora Lynde yo ya la escuché, ahora escúcheme.
Tercero, yo sé que nunca podemos confiar plenamente en que conocemos a alguien por completo, por lo que no hay que fiarse, por esa razón yo practique karate y Taekwondo, por lo tanto si algunos de esos hombres trata de hacerme algo yo soy perfectamente capaz de quebrarles la mano o privarlos de tener hijos —la señora Lynde quedó indignada por el tercer punto y se le podía ver en la cara, primero porque las artes marciales como diría ella "no son para las mujeres" y segundo porque ella no cree que una niña debería saber como se crean los hijos, y lo sé porque he escuchado como le decía a Ruby y a las demás chicas que con solo tener contacto con un hombre podrían quedar embarazadas— Cuarto, por la cara que puso puedo notar que se sorprendió cuando hable sobre los hijos, no quiero que me malinterprete yo sigo siendo virgen, —note que la señora Lynde se puso pálida al escuchar esa palabra— pero eso no quita el hecho de que sea una persona curiosa y lo haya buscado en un libro, ya que pienso estudiar medicina y para eso debo estar informada —no sabía que quería ser médica al igual que yo— y si, no escucho mal, yo quiero ser doctora no enfermera, no se confunda. Quinto punto, los pantalones son mucho más cómodos que los camisones, en especial en las casas ajenas, ya que mientras los camisones al dormir se corren y hasta hay veces que se levantan dejando la parte de abajo destapada, los pantalones no se mueven y son más calentitos. Además no entiendo el problema de usar pantalones si hasta me tapan las rodillas y estoy segura de que si usted se los probara los encontraría bastante cómodos —me fascinaba la forma en que soltaba las palabras, sin miedo a los prejuicios y solo siendo fiel a sí misma— Sexto punto, señora Lynde aún no se desmaye que ya me falta poco —tanto Bash como yo soltamos una pequeña carcajada que causó que Rachel nos mirara con odio— ahora en el caso de que si me importara al menos un poco lo que las demás personas piensan de mí tal vez no sería amiga de Gilbert o de Bash, y usted sabe muy bien que me estaría perdiendo una de las amistades más puras y sincera que podría tener en mi vida.... Ah casi se me olvida, Gilbert si me dio un camisón, pero yo por las razones que di anteriormente no me lo quise poner y busque en los cajones de Gilbert hasta dar con la ropa que tengo puesta ahora —la señora Lynde lanzaba humo por los oídos al completo al escuchar esto último y eso que se había calmado con el punto seis— y no es por ser desubicada señora Lynde, pero yo le pedí a Gilbert quedarme a dormir, ya que se hizo oscuro como para regresar caminando por lo tanto si Gilbert me diera ropa seca, ya que la ropa con la que llegue está mojada porque me lance al lago, yo no me movería de esta casa —dijo para finalizar con una sonrisa entre amable y burlona a Rachel, y su postura era recta, lo cual solo daba a entender que no se arrepentía de lo dicho y que se sentía orgullosa.

La verdad es que no podía dejar de mirarla y escuchar cada palabra que salía de su boca, en serio me impresionaba la confianza y alegría que transmitía a las demás personas.





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Disfrútenlo y espero que tengan una bonita semana 💛

La flor de cerezo. GBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora