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Sakura
Volví a mi casa y pude ver que Haru estaba sentado en la mesa con sus manos tapando su cara, cuando cerré la puerta él levantó rápidamente su cabeza para mirarme y pude notar que estaba preocupado.

- Por Dios, Sakura —se acercó a mi y me abrazó, un abrazo tan cálido, donde me sentía protegida— No sabía donde estabas. Fui a la casa de Muriel y me dijo que ella no te había visto, pero después Gilbert me dijo que te fuiste temprano, entonces volví a la casa y no te vi por ninguna parte, y ...yo...—no lo deje terminar.

- Haru, mírame —me separe un poco de él para poder ver su cara— estoy bien, incluso diría que mucho mejor que ayer —lo volví a acercar a mi y lo abracé con fuerza— lo siento mucho, no quise preocuparte de esa forma. En serio lo siento mucho.

- No te preocupes, quizás exagere un poco. Es solo que ayer te fuiste un poco enojada y pensé que quizás te había pasado algo en el camino —hizo una pequeña pausa— lo siento por siempre ser tan negativo.

- No lo eres, solo te preocupas mucho y es normal. Somos como hermanos y siempre hemos sido nosotros dos —me separé de nuevo y lo mire a los ojos— Te quiero mucho, ¿lo sabes?

- Yo también te quiero mucho —me dio un beso en la frente y se separó para romper el abrazo— ¿cocinemos algo, te parece?

- Creo que es una idea estupenda —dije mientras lo seguía a la cocina.

Cocinamos unas galletas de chocolates, que quedaron de maravilla y al terminar de cocinarlas tuvimos que ducharnos, ya que se nos ocurrió tener una guerra de comida. Después nos sentamos en la mesa para comerlas.

- Sabes —comencé a hablar— estuve pensando —él me miraba con intriga— creo que me gustaría especializarme en algo.

- Genial, es una gran idea Saki. ¿Tienes alguna idea?

- Pediatría —me quedo mirando para que le dijera la razón— me gustan muchos los niños y lo sé porque me encanta estar con Delphine.

- Tienes paciencia, lo harías genial —solté una risa.

- Eres un pesado —después de eso seguimos hablando hasta que nos dio sueños y cada uno se fue a acostar.

Cuando ya estaba acostada me di cuenta que todo el sueño que tuve hace un par de minutos desapareció y mi mente se llenó de pensamientos. En especial la cara Haru al llegar a la casa.

Me siento mal por ser la causante de esa cara y no puedo decir que él exagera, ya que tiene sus motivos. Sobretodo cuando la última vez que me fui enojada de la casa casi me violan, así que...no esta exagerando.

Además, hay que sumarle el hecho de que está preocupado por mi salud mental. No quiero que él siga así por mi culpa, quiero que se de cuenta que estoy bien, que puedo vivir con mi pasado en paz.

Por eso decidí escribir una canción, aprovechando de que no tengo sueño y de que no hay mejor manera de expresarme que con una buena letra que diga todo lo que siento, no puedo seguir preocupando a todos los que me rodean.

Estaba tan concentrada escribiendo que si no fuera por los escasos rayos de sol que entraron por mi ventana, no me hubiese dado cuenta que está amaneciendo. Por lo menos termina la letra de la canción.

Trate de dormir, pero no lo logre, así que me dirigí a la pieza de Haru.

- Haru —él me miro con un poco de enojo por haberlo despertado— ¿puedo dormir acá? —Él miró por la ventana y noto unos rayos de luz que se asomaban atreves de la cortina.

- ¿Aún no has dormido? —dijo mientras me hacía un lado en la cama.

- No podía —me acosté a su lado y nos quedamos mirando— lo siento —puso una cara de confundido la cual me dio risa porque seguía teniendo sueño.

- ¿Por qué? —dijo mientras bostezaba.

- Por hacer que te preocupes por mi —sus ojos que estaban entrecerrados se abrieron por completo de un golpe— sé que tú dices que no es nada, pero yo no quiero ser la causa de tus preocupación —le tome la mano—. Estoy bien, Haru y lo voy a demostrar.

- Lo sé. Lo puedo ver en tus ojos —dijo mientras me abrazaba— y estoy orgulloso....soy el hermano más orgulloso del mundo mundial. Estoy feliz de haberte conocido Sakura.

- Y yo de que me hayas soportado por tanto tiempo —él soltó una pequeña risa.

- Y aún faltan muchos años más —al escuchar esa frase una sonrisa se formó en mi cara y me quede dormida.

No puedo creer la suerte que tuve a encontrar a Haru y a Tillie, hablo enserio al decir que me salvaron, que me sacaron del hoyo negro, aunque no fueron solo ellos sino que mi tía, Bash, Delphine, Liam, todos ellos me ayudaron y hoy por fin puedo decir que soy libre, que veo todos los colores del mundo.

También tengo que decir que Gilbert y mi deseo de volver a verlo me ayudaron, aunque él no lo sepa, me ayudo.



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- Sakura despierta —escuche mi nombre de mientras alguien me sacudía, por lo tanto abrí los ojos para ver a Haru con una sonrisa impregnada en su cara.

- ¿qué quieres? —le dije mientras volvía a acomodarme en la cama para seguir durmiendo.

- No te vuelvas a dormir, Tillie nos invito a comer a su casa —yo seguía semi dormida y no pesqué mucho a lo que me decía, pero de la nada siento que me toma como si yo fuera un saco de papas.

- ¡Oye bájame! —dije mientras me reía y eso significaba que ya me había despertado por completo.

- Tienes que arreglarte o vamos a llegar tarde —me dijo dejándome en la puerta de mi pieza.

- Yaaaa bueno, papá, me voy a ir a arreglar —le dije entre risas mientras cerraba la puerta.

La flor de cerezo. GBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora