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Sakura
Después del colegio me sentía cansada, pero igual no quería regresar a mi casa porque iba a tener que hacer las tareas en mi pieza, por lo tanto tome un pequeño desvío hacia el lago para al menos hacer las tareas en un lugar que me inspirara.

Al estar cerca del lugar empecé a frenar poco a poco, ya que escuché la voz de una niña que no me parecía conocida. Me acerque un poco más y pude ver a una niña de mi edad, un poco gordita, pero a pesar de eso me pareció muy bonita. Ella estaba caminando de un lado al otro mientras susurraba algo, se veía preocupada así que decidí hablarle.

- ¡Hola! —al escuchar ella pegó un salto del susto y yo me tuve que aguantar las ganas de reírme— lo siento por asustarte no era mi intención —no me respondía nada, lo cual me molestó un poquito— ¿estás bien? —me acerque un poco más y me di cuenta que su cara me parecía familiar, tal vez era una de las amigas de Josie y por eso no me hablaba.

- ¿Qué te importa? —su voz no sonaba pesada, sino que tenía una mezcla de amabilidad y preocupación.

- Te vi un poco preocupada, ¿hay algo que te inquieta? Yo te podría ayudar...—hice una pequeña pausa para que me dijera su nombre.

- Tillie, estamos en el mismo curso deberías saberlo —ahora sonaba un poco enojada e indignada.

- Lo siento Tillie, es que yo no soy muy bien recibida en tu grupo y no pude presentarme correctamente —hizo un movimiento de cabeza que me mostraba que yo tenía razón.

- Esta bien, pero ¿por qué debería confiar en ti? —me miro de abajo para arriba, y yo la mire mal— no das mucha confianza.

- Las apariencias engañan —le di una pequeña sonrisa un poco falsa, pero fue la única que me salió— si quieres no tienes porque decirme —empecé a subir el árbol— yo voy a estar acá y si escucho algo puede que comente de vez en cuando, pero no veo a quién se lo estoy comentando —escuché una pequeña risa por parte suya— además no tengo muchos amigos para contarles lo que escucho en el bosque, van a pensar que estoy loca si les digo que escuche voces —ahora las dos soltamos una pequeña carcajada.

-...—hubo un pequeño silencio y yo pensé que se había ido— les gusto a dos chicos —eso me sorprendió, no pensé que se iba a abrir tan fácil— y no sé a quien prefiero.

- ¿Qué sientes cuando estás con ellos? Ósea con cada uno, no es necesario que me digas los nombres.

- ¿Acaso tú vas al colegio? —me preguntó con un tono divertido.

- Si ¿por? —en verdad no sabía a qué se refería.

- Hay un panel afuera del edificio y en ese lugar escriben confesiones, y hay salen los nombres de los tipos, ¿no lo sabías? —trate de acordarme si en algún momento escuche sobre eso, pero ningún recuerdo venía a mi mente.

- No lo sabía, en verdad no prestó mucha  atención a ese tipo de cosas, me gusta más jugar o hablar con mis amigos que leer rumores.

Tillie
Me sorprendía que lo dijera tan normal, con las chicas siempre hablamos de eso. Ahora que lo pienso nunca hablamos de nuestros verdaderos sentimientos o de cosas que nos importan, siempre son chicos o hablamos de otras personas.

- ¿Te fuiste? —salí de mis pensamientos.

- No, lo siento me quede pensando —de cierta forma me sentía muy cómoda con ella, me sentía libre como si no era necesario aparentar.

- ¿Me vas a decir que sientes por ellos? En verdad no me importan los nombres, solo tus sentimientos —¿los nombres no importan y dónde quedan los apellidos?— Tillie las familias tampoco importan —parecía que me leía la mente.

- Con los dos me siento alegre, me siento segura —no podía creer que le estaba contando a ella cosas mías, cosas que mis amigas nunca me preguntaron.

- ¿Por alguno sientes algo más fuerte? Es decir,  ¿te gusta estar más a sola con alguien en específico?

- Nunca he estado sola con uno de ellos, siempre estoy con los dos —me asusté cuando ella llegó al piso de la nada, pero más me asusté cuando se acercó a mi y puso sus manos en mis hombros.

- Ya tengo tu solución —me daba miedo esa sonrisa en su cara, en verdad no podía descifrar qué es lo que piensa hacer— Vas a salir con los dos —tuvo que haber notado lo confundida que estaba porque me empezó a explicar su plan— vas a ir a tomar o comer algo con cada uno de ellos, por separado.   De esa forma vas a poder aclarar qué sientes por cada uno cuando estás sola y si después de las citas sigues confundida me puedes pedir un consejo de nuevo —su sonrisa me daba confianza, creo que nunca la vi, siempre cuando nos miraba o mejor dicho miraba a Josie, su mirada daba a entender que la odiaba, pero la sonrisa que me estaba mostrando era sincera y pura— ¿estás de acuerdo con el plan?

- Si, creo que podría funcionar, tiene un poco de lógica —ella soltó una carcajada y después bajo su vista hacía mi canasta, ¿querrá algo a cambio por su consejo?

- ¿Tienes tus cuadernos? —yo asentí lentamente, me sentí desilusionada al pensar que ella querría ver mis tareas por haberme ayudado, aunque igual no las hice, así que no sería de mucha ayuda— ¿Quieres hacer las tareas conmigo? —me sorprendió escuchar eso, no buscaba nada a cambio, no sé pero siento que Josie si me las hubiese pedido— Estoy un poco aburrida de hacer las tareas solas, un poco de compañía femenina no me haría mal —su sonrisa aunque era sincera me hacía sentir culpa, nunca pensé que le importaba no tener amigas, ya que siempre se veía feliz con los hombres.

- Esta bien, pero no me va muy bien en el colegio —me daba un poco de vergüenza admitirlo, pero creo que ella no me va a juzgar.

- No me importa, yo te explico lo que no entiendes —me tomo de la mano y me acerco a un árbol— siéntate —me senté sin reclamar y empezamos a estudiar.

La verdad es que ella era muy simpática, y no se parecía en nada en como hablaban la demás niñas, creo que ni siquiera han hablado con ella. Además explica súper bien y tiene mucha paciencia. Espero poder llegar a ser su amiga.

La flor de cerezo. GBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora