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Diez días 
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arte II


Mientras Shelson lo miraba como si de pronto su coeficiente intelectual hubiera descendido a la mitad, Chris se percató del ambiente que reinaba en el resto del pasillo. Había chicas junto a las paredes grises donde terminaba la hilera de consignas de color teja: Dawn, Jasmine y Lilith; las pijas de chaqueta de punto como Amy Branshaw de las clases de la tarde de Chris; unas chicas de aspecto punk y con piercings, que se parecían un poco a Aryan, aunque no eran tan divertidas como ella.

Shelson y Chris estaban a punto de pelearse por un chico.

—¡Oh! —Chris tragó saliva—. Tú y Zabdiel...

—Sí. Estamos juntos. Desde hace tiempo. —Shelson no levantó la mirada hacia el.

—Muy bien —Chris se centró en respirar. Podía hacer frente a esa situación. Pero las murmuraciones que recorrían el muro de chicas le erizaron la piel y se puso a temblar.

—Lamento que esa idea te desagrade tanto —dijo Shelson con aire burlón.

—No, no es eso. —Pero Chris sentía desagrado hacia sí mismo—. Siempre pensé que yo era el único...

Shelson se puso las manos en jarras.

—¿Pensabas que cada vez que desaparecías durante diecisiete años Zabdiel no hacía nada? ¡Despierta de una vez, Chris! Zabdiel tiene un tiempo previo a ti. O un intermedio. O lo que sea. —Se interrumpió y dirigió una mirada de soslayo a Chris—. ¿De verdad eres tan egocéntrico?

Chris se había quedado sin habla. Shelson gruñó y se volvió hacia las chicas del pasillo.

—Este campo de fuerza plagado de estrógenos ha de disiparse —espetó sacudiendo los dedos hacia las chicas—. Vamos, moveos todas. ¡Ya!

Mientras las chicas se marchaban a toda prisa, Chris apretó la cabeza contra la consigna metálica y fría y deseó poder meterse y ocultarse dentro. Shelson apoyó la espalda contra la pared que había junto a la cara de Chris.

—¿Sabes? —dijo con un tono de voz más suave—. Zabdiel es un novio de mierda. Y un mentiroso. Te miente. 

Chris se incorporó con las mejillas enrojecidas para pegar a Shelson. Por muy enfadado que estuviera el con Zabdiel en ese instante, nadie iba a hablar mal de él.

—Ay. —Shelson se zafó—. ¡Por Dios, cálmate!

Se deslizó por la pared hasta dejarse caer en el suelo.

—Mira, no debería haber hablado de esto. Fue una noche estúpida de hace mucho tiempo, y era evidente que el tío se sentía muy mal sin ti. Yo entonces no os conocía a ninguno de los dos y toda la leyenda sobre vosotros dos me parecía... tremendamente aburrida. Lo cual, por si te interesa, explica el enorme resentimiento que te he tenido —Dio una palmadita en el suelo a su lado y Chris se deslizó por la pared para sentarse.

Shelson esbozó una sonrisa tímida.

—Te lo juro, Chris. Nunca pensé que te conocería. Y desde luego, nunca creí que serías tan... guay.

—¿Guay? ¿Me tienes por guay? —preguntó Chris sonriendo para sus adentros—. Tenías razón cuando decías que solo estoy pendiente de mí mismo.

—Hum, justo lo que pensaba. Eres del tipo de personas con las que es imposible estar enfadado, ¿no? —suspiró Shelson—. Está bien. Siento haber ido tras tu novio y, ya sabes, haberte odiado antes de conocerte. No volveré a hacerlo.

Era raro que lo que habría podido separar al instante a dos amigos los acercara aún más. Shelson no tenía ninguna culpa. Y si Chris sentía el menor enfado al respecto, lo tenía que tratar con... Zabdiel. Shelson había hablado de« una noche estúpida» . Pero ¿qué había ocurrido en realidad?











[ El poder de las Sombras ]▪︎ChrisdielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora