Seis días
Parte III
—¡Aryan! —gritó la camarera—. ¡No me toquéis los pasteles! ¡Intento ser tolerante, pero tengo que ganarme la vida!
—¡Vale, está bien! —gritó Aryan—. Ya continuaremos en la cocina.
Soltó al chico, bajó al suelo y le dio un puntapié con su zapato de plataforma. Él tropezó torpemente contra la puerta que llevaba a la cocina del restaurante.
—Vosotros tres, venid —les dijo a los de la mesa—. A lo mejor incluso aprendéis algo.
Miles y Shelson arrojaron sus servilletas de un modo que a Chris le recordó a los alumnos de Dover cuando arrojaban todas las cosas y salían corriendo al pasillo al grito de « ¡Pelea! ¡Pelea!» en cada ocasión que se producía el mínimo indicio de pelea.
En el interior de la cocina se oyó un golpe fuerte, y tres hombres ataviados con delantales sucios se apresuraron a salir de ella presas del miedo.
Cuando Chris pasó junto a ellos por la puerta batiente, Aryan tenía inmovilizado al muchacho con un pie en la cabeza mientras Miles y Shelson le ataban con el cordel de cocina.
Él tenía los ojos vacíos dirigidos hacia Chris, pero parecía mirara través de el.
Lo amordazaron con un trapo de cocina, por lo que, cuando Aryan se mofó preguntándole « ¿Querrás refrescarte un poco? ¿Qué tal en la sala de refrigeración de la carne?» , no pudo más que gruñir.
Había dejado de oponer resistencia.
Aryan lo agarró por el cuello, lo arrastró por el suelo, lo llevó a la sala refrigerada, le propinó un par de patadas por si acaso y luego cerró la puerta tranquilamente.
Se restregó las manos como queriendo desempolvarlas y se volvió hacia Chris con expresión de enojo.
—¿Quién me persigue, Aryan? —Chris tenía la voz temblorosa.
—Mucha gente, pequeño.
—¿Ese era... —Chris recordó su encuentro con Richard— un Proscrito?
Aryan carraspeó.
Shelson tosió.
—Zabdiel me dijo que no podía estar conmigo porque llamaba demasiado la atención. Me dijo que estaría a salvo en la Escuela de la Costa, pero ellos también fueron allí...
—Solo porque te interceptaron saliendo del campus. Tú también llamas la atención, Chris. Y cuando sales al mundo colándote en casinos y cosas parecidas nosotros lo notamos, y también los malos. Por eso, principalmente, es por lo que estás en la escuela.
—¿Qué? —Era Shelson—. ¿La escondéis con nosotros? ¿Y qué hay de nuestra seguridad? ¿Qué pasaría si los Proscritos aparecieran en el campus?
Miles no decía nada, solo miraba alarmado alternativamente a Chris y a Aryan.
—¿No entiendes que los nefilim te camuflan? —preguntó Aryan—. ¿Acaso Zabdiel no te habló de su... coloración protectora?
La mente de Chris retrocedió hasta la noche en que Zabdiel lo había dejado en la Escuela de la Costa.
—Tal vez dijo algo sobre un escudo, pero... —Aquella noche le habían pasado tantas cosas por la cabeza... Había tenido bastante intentando asimilar que Zabdiel lo abandonaba. Ahora sintió una nauseabunda sensación de culpa—. No lo entendí. Él no entró en detalles, se limitó a decir que tenía que permanecer en el campus. Yo pensé que estaba siendo demasiado protector.
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[ El poder de las Sombras ]▪︎Chrisdiel
Romance"Nadie en el mundo podria apagar la llama del amor" Saga del libro [Fallen]__Segunda Parte