34

5 1 0
                                    

Nueve días
P

arte III


—Nunca he practicado —adujo Chris con poca convicción.

—No te preocupes, Chris. No pretendemos que seáis duchos en este deporte—le contestó Francesca—. Intentamos medir vuestra capacidad relativa. Basta con que recuerdes lo que Steven y yo os hemos mostrado al inicio de la sesión y todo irá bien.

Lilith se rió, y dibujó una gran C en el aire con la punta del florete.

—La marca del Cero, perdedor —dijo.

—¿Ahora te dedicas a alardear del número de amigos que tienes? —replicó Chris.

Recordó lo que Rolan le había dicho sobre no demostrar miedo. Se colocó la máscara y tomó el florete que Francesca le tendía. Ni siquiera sabía cómo se agarraba. Asió con torpeza la empuñadura y se preguntó si emplear la mano derecha o la izquierda. 

Lilith lo miraba como si quisiera verlo muerto, y Chris sabía que no se podía permitir el tiempo de hacer un swing para probarla con ambas manos. 

 ¿En esgrima había swings?

Francesca se colocó detrás de el sin decir nada. 

Sus hombros acariciaron la espalda de Chris y prácticamente envolvió con su cuerpo diminuto a la chica;luego le cogió la mano izquierda y la espada entre su mano.

—Yo también soy zurda —explicó.

Chris fue a decir algo, sin saber si debía protestar o no.

—Como tú.

Francesca se inclinó sobre el para verle la cara y dedicarle una mirada de complicidad. Al recolocarle la empuñadura, una sensación cálida y tremendamente relajante fluyó a través de los dedos de Francesca hacia Chris. Fuerza, tal vez coraje... Chris no supo cómo funcionaba eso, pero se sintió agradecido por ello.

—Es mejor un agarre ligero —dijo Francesca, llevándole los dedos hacia la empuñadura de detrás de la cazoleta—. Empleas demasiada fuerza, la dirección del filo se vuelve menos hábil y los movimientos defensivos, más limitados. Si el agarre es demasiado flojo, entonces el arma se te puede caer.

Con un gesto tranquilo y elegante, Francesca colocó los dedos de Chris entorno a la empuñadura detrás de la cazoleta. Con una mano en la espada y la otra en el hombro de Chris, Francesca se apartó ligeramente a un lado bloqueando el movimiento.

—Paso adelante.

Chris fue hacia delante apuntando con la espada hacia Lilith.

La pelirroja se pasó la lengua por los dientes y dirigió una mirada celosa a Chris.

—Pase.

Francesca retiró a Chris como si fuera una pieza de ajedrez. Dio un paso atrás, le dio la vuelta para verle la cara y le susurró:

—El resto, simplemente, está de más.

Chris tragó saliva. « ¿De más?»

—En garde! —gritó Lilith. 

Tenía las largas piernas dobladas y sostenía el florete directamente apuntado a Chris con la mano derecha. Chris se retiró con dos pasos rápidos; cuando se sintió a una distancia bastante seguro, arremetió hacia delante con el arma extendida.

[ El poder de las Sombras ]▪︎ChrisdielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora