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Epilogo
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E

l pandemonio


—¿Qué ha pasado?

—¿Adónde ha ido?

—¿Quién le ha enseñado a hacer eso? 

Las voces nerviosas en el patio sonaban apagadas y distantes para Zabdiel.

Sabía que los otros ángeles caídos discutían y buscaban a Anunciadoras entre las
sombras del patio.

Zabdiel se había convertido en una isla, cerrado para todo excepto para su
propio dolor.

Le había fallado. Había fallado.

¿Cómo era posible? Llevaba semanas empleándose a fondo con el único
objetivo de mantenerla a salvo hasta el momento en que ya no pudiera ofrecerle
protección. Ahora ese momento había llegado y se había ido... igual que Chris.

A el le podía pasar cualquier cosa. Y podía estar en cualquier sitio. Jamás se había sentido tan hundido y apenado.

—¿Por qué no encontramos a la Anunciadora en la que ha entrado, la recomponemos y la seguimos?

Era el muchacho nefilim, Miles, que estaba de rodillas, peinando la hierba
con los dedos como un imbécil.

—No es así como funcionan —le espetó Zabdiel—. Cuando viajas en el tiempo te llevas a la Anunciadora contigo. Por eso no debe hacerse nunca a menos que...

Richard se volvió hacia Miles con una mirada suplicante.

—Por favor, dime que Chris sabe más que tú sobre viajes en Anunciadora.

—Cállate —dijo Shelson de pie junto a Miles con una actitud protectora—. Si
él no hubiera enviado el reflejo de Chris, Phil se la habría llevado.

Shelson tenía una actitud cautelosa y temerosa; se sentía fuera de lugar entre
esos ángeles caídos. Años atrás se había enamorado perdidamente de Zabdiel,
aunque por supuesto sin ser correspondido. Pero hasta esa noche él siempre la
había tenido en buen concepto. Ahora el era una molestia.

—Dijiste que Chris estaría mejor muerta que con los Proscritos —dijo Shelson, defendiendo aún a Miles.

—Unos Proscritos a los que precisamente tú invitaste.

Aryan se metió en la conversación dirigiéndose a Shelson, cuyo rostro se
sonrojó.

—¿Por qué supones que un nefilim sería capaz de detectar a un Proscrito? —
preguntó Molly desafiando a Aryan—. Tú estuviste en esa escuela. Deberías haber percibido alguna cosa.

—¡Callaos, todos!

Zabdiel no podía pensar con calma. El patio estaba repleto de ángeles, pero la
ausencia de Chris lo hacía parecer tremendamente vacío.

Apenas podía soportar ver a nadie. A Shelson, por caer sin más en la trampa de un Proscrito. A Miles, por creer que tenía alguna opción en el futuro de Chris. A Richard, por lo que había intentado hacer...¡Oh, ese momento en el que Zabdiel pensó haberlo perdido por una flecha estelar de Richard! Las alas se le habían vuelto demasiado pesadas para levantarlas.

[ El poder de las Sombras ]▪︎ChrisdielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora