El fin de la tregua
2/3Unos arcos de plata se levantaron a ambos lados de Chris. Richard volvió a sacar
el suyo de su abrigo, y Zabdiel había recogido del suelo el arco que la Proscrita
había dejado caer. Phil parecía contar con ello. En su rostro se esbozó una sonrisa siniestra.—¿Voy a tener que matar a tu amante para conseguir que te unas a mí? —
preguntó apuntando a Zabdiel— ¿O es preciso que los mate a todos?Chris tenía la vista clavada en aquel extremo raro y aplanado de la flecha de
plata, que estaba a menos de tres metros del pecho de Zabdiel.No había ninguna posibilidad de que Phil errara el tiro. Chris ya había visto cómo la flecha acababa con la vida de una docena de ángeles con un destello nimio de luz. Pero también había visto que una flecha rebotaba en la piel de Callie, como si no fuera más que la vara mocha que aparentaba ser.
De pronto cayó en la cuenta de que las flechas de plata mataban a ángeles,
pero no a humanos.Se puso delante de Zabdiel.
—No permitiré que le hagáis daño. Vuestras flechas no me pueden herir.
Zabdiel dejó escapar un sonido extraño, entre la risa y el sollozo. Chris se volvió
hacia él con asombro. Parecía asustado, pero sobre todo parecía culpable.Chris recordó la conversación que habían tenido bajo el melocotonero en Espada & Cruz, cuando él le había hablado por primera vez de sus reencarnaciones.
El chasquido del arco hizo que volviera a dirigir su atención hacia el Proscrito,
que en ese momento echaba hacia atrás la flecha de plata. Esta vez apuntaba a Miles.—Basta de charlas —dijo—. Voy a cargarme a tus amigos uno a uno hasta que te rindas.
Chris vio en su mente un destello de luz, un remolino de color y una vorágine
de secuencias de sus diferentes vidas: su madre, su padre y Andrew. Los padres a los que había visto en el monte Shasta. Will, patinando en el estanque helado. El chico que nadaba en la cascada . Y otras ciudades, casas y momentos que todavía era incapaz de reconocer. El rostro de Zabdiel desde mil ángulos distintos, bajo mil luces diferentes. Un estallido detrás de otro.Luego parpadeó y se encontró de nuevo en el patio.
Los Proscritos se acercaban, agrupándose y susurrando a Phil. Él no dejaba de indicarles que retrocedieran, inquieto, intentando centrarse en Chris. Todo el mundo estaba tenso.
Chris se sintió aturdido y se le nubló la vista.
A continuación tuvo la extraña sensación de estar quedándose sin algo, como si
alguien le arrebatara el armazón de la piel. Y entonces oyó su propia voz:—No disparéis. Me rindo.
Lo extraño es que las palabras retumbaban y parecían acorporales, si bien es verdad que Chris no las había pronunciado. Siguió el recorrido del sonido con la
vista y su cuerpo se tensó ante lo que vio.Detrás del Proscrito, llamándole la atención con un golpe suave en el hombro,
había otro Chris.No era una visión de un vida pasada. Ese chico era el mismo, con su traje. Con
su pelo negro y recién teñido. Sus ojos almendrados y burlones dirigidos al Proscrito.La llama de su alma claramente visible para él y también para los otros ángeles. Aquella imagen era un reflejo de el. Aquello era...
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[ El poder de las Sombras ]▪︎Chrisdiel
Romance"Nadie en el mundo podria apagar la llama del amor" Saga del libro [Fallen]__Segunda Parte