Cuatro días
Parte II
—Es difícil expresarlo con palabras —dijo al fin.
—Lo sé —repuso Miles—. Yo también he pasado una mala temporada. De hecho, hay algo que hace bastante tiempo que quería decirte...
—Chris. —Francesca apareció de pronto, interponiéndose prácticamente entre los dos—. Es hora de irse. Te acompañaré a tu habitación.
Adiós a hacer algo por cuenta propia.
—Miles, a tu tía Ginger y a Steven les gustaría verte.
Miles dedicó una última sonrisa comprensiva a Chris y luego atravesó el jardín para acercarse trabajosamente hacia su tía.
Las mesas se estaban despejando, pero Chris vio a Aryan y a Rolan riéndose a carcajadas cerca de la barra. Había un grupo de chicas nefilim entorno a Dawn. Shelson estaba junto a un chico alto de cabello muy rubio y piel muy pálida, casi blanca.
Era el novio patético. Seguro.
Estaba inclinado hacia Shelson, claramente interesado por el, pero era evidente que el chico seguía molesto. Lo estaba tanto que ni siquiera se dio cuenta de que Chris y Francesca pasaban a su lado, a diferencia de su ex novio, que clavó la mirada en Chris. El color pálido, no del todo azul, de sus ojos resultaba inquietante.
Entonces alguien gritó que el fin de fiesta se trasladaba a la playa.
Shelson llamó la atención de su patético novio dándole la espalda y diciéndole que era mejor que no lo siguiera.
—¿Te gustaría poder ir con ellos? —preguntó Francesca mientras se alejaban del barullo de la zona ajardinada.
El alboroto y el aire remitieron conforme avanzaban por el camino de grava de vuelta a la zona de la residencia y pasaban junto a hileras de buganvilias de color rosa intenso.
—No.
A Chris le gustaban mucho las fiestas, pero si tuviera que decir lo que le« gustaría» , desde luego no sería ir a una fiesta en la playa. A el lo que le gustaría... bueno, no estaba muy seguro.
Alguna cosa que tuviera que ver con Zabdiel, sí, pero ¿qué? Tal vez que él le contara lo que ocurría. O que en lugar de protegerlo ocultando información le contara la verdad. Por supuesto, seguía queriendo a Zabdiel.
Él lo conocía mejor que nadie.
Su corazón latía deprisa cada vez que lo veía.
Lo echaba mucho de menos. La cuestión era en qué medida Chris lo conocía a él.
.....
Francesca fijó la vista en el césped que bordeaba el camino que llevaba a la residencia. Con mucha sutileza, levantó los brazos a ambos lados con un gesto parecido al de las bailarinas en la barra.
—Ni azucenas, ni rosas —murmuró en voz baja mientras las puntas de los dedos le empezaban a temblar—. ¿Qué era entonces?
En ese momento se produjo un crujido suave, como cuando se arrancan de cuajo las raíces de una planta; de pronto, de forma milagrosa, apareció un arriate de flores blancas a ambos lados del camino.
No eran unas flores cualesquiera.
Eran densas, lozanas y de casi treinta centímetros de altura.
Se trataba de peonias salvajes, unas plantas poco comunes y muy delicadas,con capullos grandes como pelotas.
Eran las flores que Zabdiel había llevado a Chris cuando estuvo en el hospital, y tal vez en ocasiones anteriores. Colocadas en el margen del camino de la Escuela de la Costa, brillaban en la noche como estrellas.
—¿A qué viene esto? —preguntó Chris.
—Es para ti —dijo Francesca.
—¿Por qué?
Francesca le acarició la mejilla.
—En ocasiones las cosas bonitas llegan a nuestra vida como salidas de la nada. No siempre las podemos entender, pero tenemos que confiar en ellas. Sé que quieres cuestionarlo todo, pero a veces es bueno limitarse a hacer un acto defe.
Hablaba de Zabdiel.
—Mírame a mí con Steven. Sé que puede resultar bastante confuso. ¿Lo quiero? Sí. Pero cuando llegue la batalla final, voy a tener que matarlo. Esa es nuestra realidad. Ambos sabemos exactamente dónde estamos.
—Pero ¿no confías en él?
—Sé que él será fiel a su naturaleza de demonio. Tienes que confiar en que quienes te rodean serán fieles a su naturaleza, aunque parezca que están traicionando lo que son.
—¿Y si eso no fuera tan fácil?
—Eres fuerte, Chris, y eres independiente. Me di cuenta por cómo reaccionaste ayer en mi despacho. Me hizo sentirme muy... contenta.
Chris no se sentía fuerte, sino como una completo idiota.
Zabdiel era un ángel, así que su auténtica naturaleza tenía que ser bondadoso. ¿Y se suponía que el tenía que aceptar eso con los ojos cerrados? ¿Y su propia naturaleza? No todo era blanco o negro. ¿Acaso Chris era el motivo por el que las cosas entre ellos resultaban tan complicadas?
Mucho después de haber entrado en su habitación y haber cerrado la puerta, seguía sin poder quitarse de la cabeza las palabras de Francesca.
Al cabo de aproximadamente una hora, un golpecito en la ventana hizo que Chris diera un respingo mientras contemplaba el fuego que se extinguía en la chimenea.
Antes incluso de lograr ponerse de pie, oyó otro golpeteo en el cristal, aunque esta vez parecía más vacilante.
Chris se incorporó y fue hacia la ventana. ¿Qué hacía Zabdiel de nuevo por ahí? Después de tantos aspavientos sobre lo inseguro que era verse, ¿por qué no dejaba de aparecerse?
Ni siquiera sabía qué quería de el, a menos que fuera atormentarlo como le había visto hacer a las otras versiones de el en las Anunciadoras.
Esa noche lo único que Chris quería de él era que lo dejara tranquilo. Abrió los postigos de madera, levantó el cristal e hizo caer otra de las miles de plantas de Shelson.
Apoyó las manos en el alféizar y luego sacó la cabeza a la noche, dispuesta a reprender a Zabdiel.
Pero en la cornisa bajo la luz de la luna no estaba Zabdiel.
Era Miles.
Se había cambiado y ya no llevaba su ropa elegante, pero no se había puesto la gorra de los Dodgers.
La mayor parte de su cuerpo estaba sumida en la sombra, pero el contorno de sus amplias espaldas se adivinaba claramente recortado contra el azul intenso de la noche. Su sonrisa tímida fue respondida por otra de el.
Miles sostenía una cornucopia dorada llena de lirios naranjas que se había llevado de uno de los centros de mesa de la Fiesta de la Cosecha.
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CADA VEZ MAS CERCA DE LLEGAR AL FINAL DE LA TEMPORADA.
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[ El poder de las Sombras ]▪︎Chrisdiel
Romantizm"Nadie en el mundo podria apagar la llama del amor" Saga del libro [Fallen]__Segunda Parte