Quince días
Parte I
El no era tan castaño.
Chris se mojó las manos en el lavamanos y se las pasó por su lacios cabellos recién teñido.
Le quedaba bien.
Aunque la intimidad de su habitación la noche anterior con Shelson había reaccionado con amabilidad ante su nueva imagen, no era una persona efusiva en sus halagos como Aryan, ni su apoyo era incondicional como el de Hudson.
Al salir al mundo Chris se sentía nervioso. Miles fue el primero en verlo, y lo saludó con un pulgar en alto.
Dawn y Jasmine, como no podía ser de otro modo, se apresuraron a dirigirse a el después de clase de humanidades, deseosas de tocarle el pelo.
Mientras se lavaba las manos tranquilamente teniendo en mente si Zabdiel estará bien. Entonces la puerta del baño se abrió enérgicamente y entró una chica ¿que hacia una chica en los baños de hombres? La miro y la reconoció tan solo ver su piel morena. Amy no sé que más. Chris la conocía de la clase de historia de Europa. La muchacha se apoyó en el lavamanos junto a Chris y empezó a toquetearse las cejas.
—¿Por qué te has hecho eso en el pelo? —preguntó mirando a Chris.
Chris pestañeó asombrado. Una cosa era hablar de ello con esa especie de amigos que tenía en la Escuela de la Costa, y otra muy distinta hacerlo con esa chica, con la que nunca había hablado. Inmediatamente le vino a la cabeza la respuesta de Shelson, « empezar de nuevo» , pero ¿a quién quería engañar? La noche anterior el frasco de tinte no había hecho más que lograr que exteriormente Chris fuera tan falso como se sentía por dentro.
Por mucho que se tiñera el pelo, no lograría acabar con los recuerdos oscuros de las últimas semanas. Si realmente quería empezar de nuevo, tenía que hacer algo. La cuestión era cómo. Por el momento había muy pocas cosas que pudiera controlar. Todo su mundo se hallaba en manos del señor Cole y de Zabdiel. Y ambos estaban muy lejos.
Atravesó apesadumbrado el campus, mientras reflexionaba que, desde su llegada a la Escuela de la Costa, la única ocasión en que había sentido una especie de libertad había sido...En la soledad de los bosques, con la sombra.
Se sentía tan frustrado que, en lugar de dirigirse a su habitación, se apresuró por detrás de la cantina, descendió por el camino que conducía al final del risco y tomó la escalera de madera del pabellón nefilim. El despacho de Francesca se encontraba en el anexo de la segunda planta y les había dicho a sus alumnos que no dudaran en pasarse cuando quisieran. Mientras avanzaba en silencio por el piso de madera cayó en la cuenta de que no sabía cuál era el despacho de Francesca. Solo había una puerta entornada, la tercera. Su hermosa vidriera filtraba luz. A Chris le pareció oír una voz masculina. Se disponía a llamar con un golpe cuando el tono cortante de una voz de mujer la dejó paralizada.
—Fue un error incluso intentarlo —Francesca hablaba prácticamente entredientes.
—Aprovechamos una ocasión. No tuvimos suerte.
Steven.
—¿Que no tuvimos suerte? —repitió Francesca con sorna— Sería mejor decir que fuimos unos imprudentes. Desde un punto de vista meramente estadístico, las posibilidades de que una Anunciadora trajera malas noticias eran demasiado grandes. Ya viste lo que provocó en los chicos. No estaban preparados.
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[ El poder de las Sombras ]▪︎Chrisdiel
Romance"Nadie en el mundo podria apagar la llama del amor" Saga del libro [Fallen]__Segunda Parte