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Cinco días
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arte I


Alguien los había delatado.

El domingo por la mañana, mientras el resto del campus aún permanecía extrañamente silencioso, Shelson, Miles y Chris se encontraron sentados en fila aun lado del despacho de Francesca, a la espera de ser interrogados.

El despacho de la profesora era más grande que el de Steven. 

—Una nota anónima, ¡y un huevo! —musitó Shelson haciendo referencia al seco e-mail que había recibido cada uno de ellos de parte de Francesca esa mañana—. Esa desgraciada cotorra inmadura de Lilith.

Chris no creía que Lilith ni ningún otro alumno hubiera podido saber que habían abandonado el campus. Alguien más había puesto sobre aviso a sus profesores.

—¿Por qué tardan tanto?

Miles señaló con la cabeza en dirección al despacho de Steven, que estaba al otro lado de la pared y en el que se oían las voces de sus profesores discutiendo en voz baja.

—Es como si estuvieran decidiendo el castigo antes de escuchar nuestra versión de los hechos. —Él se mordió el labio inferior—. Por cierto, ¿cuál es nuestra versión de los hechos?

Pero Chris no lo escuchaba.

—Realmente no creo que pueda ser tan difícil —murmuró Chris, más para sí que para los demás—. Basta con adoptar una postura y actuar en consecuencia.

—¿Cómo? —preguntaron Miles y Shelson a la vez.

—Lo siento —contestó Chris—. Es solo... ¿Os acordáis de lo que Aryan explicó anoche sobre inclinar la balanza hacia un lado? Pues se lo comenté a Zabdiel, y él se puso muy raro. En serio, ¿acaso no es obvio que hay una respuesta correcta y otra equivocada?

—Para mí, sí —dijo Miles—. Hay una opción buena y otra mala.

—¿Cómo podéis decir algo así? —preguntó Shelson—. Es precisamente ese modo de pensar el que nos ha metido en este embrollo. ¡La fe ciega! ¡La aceptación sin más de una dicotomía prácticamente obsoleta! —El rostro se le enrojeció y levantó tanto la voz que posiblemente Francesca y Steven podían oírlo—. Estoy tan cansado de ángeles y demonios que toman partido. Todo ese bla, bla, bla de si esos son malos o son lo demás, como si supieran qué es lo mejor para el universo entero.

—¿Insinúas que Zabdiel tomará partido por el mal? —se mofó Miles—. ¿Que traerá el fin del mundo?

—Me importa un carajo lo que Zabdiel haga —repuso Shelson—. Y, la verdad,me resulta difícil creer que todo dependa de él.Pero tenía que ser así. 

A Chris no se le ocurría ninguna otra explicación.

—Mira, tal vez las líneas no sean tan claras como nos han contado —prosiguió Shelson—. Quiero decir, ¿quién dice que Lucifer sea tan malo...?

—Tal vez... ¿todo el mundo? —apuntó Miles buscando una mirada de apoyo de Chris.

—¡Error! —refutó Shelson—. Un grupo de ángeles muy persuasivos que intentan conservar su status quo. Solo porque hace mucho tiempo ellos vencieron en una batalla, se creen que tienen la razón.

Chris miró cómo las cejas de Shelson se arqueaban cuando se desplomaba contra el respaldo rígido de la silla. Esas palabras hicieron pensar a Chris en algo que había oído en otra parte...

[ El poder de las Sombras ]▪︎ChrisdielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora