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Es demasiado temprano y no quiero despertar a Elías de momento, fuera apenas está amaneciendo y me dedico unos minutos a observar a ese perfecto hombre que tengo a mi lado, ahí, durmiendo es adorable, dejo un pequeño beso en su frente antes de dirigirme a la ducha. Poco tiempo después ya estoy lista, preparada para el día que viene. Parece que sigo siendo una alumna más, pero no... no me dirijo a desayunar porque voy a llegar tarde a clase, si no a la sala de ensayo.

Elías y yo estuvimos allí media noche, prácticamente hasta hace unas horas, sin embargo y después de las últimas novedades, tengo que preparar esa canción a la perfección si quiero hacerlo bien.

Me sorprendo cuando escucho algo desde fuera, es una voz poco perceptible dentro de la sala, me extraña a estas horas pero aun así me pego a la puerta despacio, sí, alguien está cantando ahí dentro.

Abro lentamente para no interrumpir a quien quiera que sea. Le veo enseguida, es un chico y, ya que no le conozco debe ser nuevo en el orfanato. En cuanto ve que alguien está observando se detiene al instante, abriendo los ojos como platos mientras me observa.

— Perdón — Me atrevo a decir — No quería molestarte.

No me responde, simplemente sacude la cabeza mirando a sus pies, ¿qué hace aquí si no está apuntado en la lista del campeonato? En los últimos días hemos ocupado todas las plazas menos una, pero estoy segura de que él no ha venido a ninguna de nuestras clases.

— No sé si me conoces — Le sonrío, acercándome para parecer amable — Soy Julieta, ayudo a Elías en el coro.

— Te conozco — Murmura, apenas alza la voz y me cuesta oírlo — Ganaste el campeonato el año pasado, eres muy buena.

— Oh, gracias... — Me sonrojo sin querer, estoy casi junto a él y puedo ver que tiene los ojos castaños y el pelo revuelto, pero todavía no me mira a la cara — Pero no gané sola, el mérito es de todos. ¿Tú cómo te llamas?

— Soy Omar, he llegado este año al orfanato — Parece ir soltándose poco a poco. — Sé que no debo estar aquí a estas horas, pero...

— Tranquilo, yo era igual que tú.

Mis palabras parecen ayudarle, tanto que no para de preguntarme sobre el campeonato y, según habla, me doy cuenta de cuánto le apasiona la música. Me recuerda a mí hace más de un año y vivía por y para ella... aunque eso no ha cambiado demasiado.

No quiero ir demasiado lejos pero lo que he escuchado antes desde fuera me ha gustado, y mucho, quiero que vuelva a cantar de nuevo.

— ¿Puedo pedirte algo? — Me dice, con una media sonrisa. Yo simplemente asiento — ¿Querrías cantar algo conmigo?

Vuelve a estar avergonzado, pero me alegra que dé este primer paso, me levanto para que me siga y me pongo frente al piano, no me creo estar haciendo esto, yo antes era la alumna y sin embargo, estoy en una posición completamente contraria.

Eso hacemos, Omar me sorprende bastante, le falta trabajo pero hasta ahora es el que mejor canta de todos los chicos que hemos ido viendo.

— Pero dime, ¿cómo que no estás apuntado, no quieres ir al campeonato? — Le pregunto cuando descansamos entre canción y canción.

— Nunca he cantado delante de nadie — Baja la vista hacia sus manos, entrelazadas e inquietas.

— Lo has hecho delante de mí — Pongo una mano sobre las suyas para trasmitirle confianza — Así que, ¿por qué no vas a poder hacerlo frente a otros?

***

Ahora sí, somos catorce y faltan dos días para el campeonato. Solo un fin de semana para que vuelva a comenzar todo, y no simplemente eso, también voy a actuar.

Tras horas y horas de ensayo, Elías y yo creemos que la canción está perfecta. Siento nervios por usar un idioma distinto al habitual, pero dado el tiempo empleado, solo espero que nada pueda salir mal.

Durante el fin de semana dedicamos los ensayos a ultimar los detalles con los chicos, Omar al final y nada más verlo Elías, le dio el visto bueno y será nuestro solista. Mejora por momentos.

Una noche antes del campeonato Elías y yo nos reunimos en el cobertizo, es cierto que ahora tenemos más libertad, pero aun así ese sitio es nuestro, el primero donde pudimos compartir nuestro amor, y por eso siempre vamos a sentir cariño por él, pase el tiempo que pase.

— ¿Te das cuenta, pequeña? — Estamos tumbados sobre la moqueta mullida del suelo y apoyo mi cabeza en su pecho mientras él deja pequeños besos en mi pelo — Mañana será tu gran día, vas a actuar por primera vez ante el público sin formar parte del coro.

— No me lo recuerdes — Murmuro, no quiero pensarlo si no quiero que me dé algo de los nervios — Ojalá todo salga bien.

— No me creo que a día de hoy dudes de ti — Pone el dedo sobre mi mentón para levantar mi cabeza y mirarme a los ojos — Eres increíble, y mañana, además de toda la gente que ya es consciente, lo descubrirán muchos más.

***

Mi actuación será la primera esta noche una vez que las presentaciones estén hechas. Espero paciente y más nerviosa que nunca detrás del escenario, el presentador de cada año habla sin parar pero yo hace un buen rato que he dejado de escucharlo, simplemente intento concentrarme en que todo salga bien.

Es mi turno, lo sé porque a la lejanía escucho mi nombre y un pequeño discurso acompañándolo, diciendo que nuestro coro fue campeón el año pasado y que yo lo representaba... algo así, no lo sé, mis piernas me van llevando hacia el centro del escenario y el presentador me sonríe, le correspondo tan bien como soy capaz ahora mismo y me quedo sola y en silencio, con tan solo un foco alumbrándome y un micrófono ante mí.

Cojo todo el aire para volver a soltarlo después, a la vez que a mi espalda, saliendo de las teclas del piano, comienza a sonar la preciosa melodía de Tout L'Univers por todos lados.

Un nudo se instala en mi garganta cuando comienzo a cantar, me emociona estar haciendo de nuevo esto a pesar de las dificultades, las cosas se pusieron tan mal en la escuela de música que no me imaginé volver a subirme al escenario frente a tanta gente. Me siento mejor por momentos, me suelto y lo hago como Elías me ha enseñado... es justo cuando miro hacia mi lado derecho, donde está el piano... y casi me quedo en blanco, es él, ahí junto a mí en el escenario, Elías es el que está tocando y me atrevo a sonreírle. Él está a mi lado, como siempre, acompañándome a cumplir mi sueño. 

Sigue brillando, Julieta. (Segunda parte #ESDJ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora