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Tenemos el lunes siguiente libre de ensayos, después de todo el lío del fin de semana, Elías entiende que necesitamos descansar.

Podría significar eso para mí, simplemente un respiro, pero no, porque después de comer se acerca para hablar conmigo.

— ¿Te parece que pensemos esta tarde en tu nueva canción? — Pregunta.

— Claro, ¿nos vemos en la sala de ensayo?

— Me parece que no — Mueve la cabeza a ambos lados con una sonrisa — Tú sabes dónde nos vemos. En media hora te espero allí.

Asiento, ahora sí podría decirte de verdad que tenemos un sitio propio. La sala de ensayo lo era, pero ahí además de nosotros, podría ir cualquiera. El cobertizo es distinto, es solo nuestro.

Disfruto primero de un buen rato con mis amigos, hoy están jugando al scrabble y a mí ese tipo de juegos nunca se me han dado bien, siempre pierdo. Fabio gana, claro, es lo más normal del mundo formar palabras impronunciables y larguísimas. Menos mal que Diana y Edgar están más o menos a mi nivel.

— Han dicho que luego van a poner una película — Dice mi amiga, mirando las letras sin formar nada con ellas — ¿Nos apuntamos?

Edgar y Fabio dicen que sí, yo en cambio muevo la cabeza a ambos lados, deseando que ninguno de ellos me pregunte el motivo. Obviamente lo hacen.

— ¿Dónde vas a ir?¨— Edgar se gira hacia mí, mirándome con el ceño fruncido.

— A ensayar, como siempre — Me encojo de hombros — Pero hoy iré fuera, quiero pensar bien en alguna canción.

— ¿Fuera? — Ahora es el turno de Fabio para preguntar — ¿Con el frío que hace?

— Bueno, pues me abrigo — Contesto con pereza. Me levanto de inmediato, no me apetece escuchar una pregunta más y tampoco quiero llegar tarde a nuestro encuentro.

No es que quiera mentirles, no me gusta hacerlo. Pero los tres me han demostrado que no llegan a aprobar mi relación con Elías del todo, aunque lo único que ellos quieren es que no lo pase mal y se lo agradezco, pero no siento que sea el momento de decirles todo lo que está pasando.

Me apresuro a salir por la puerta trasera del orfanato, sin dejar de mirar atrás por si a cualquiera de mis amigos les pica la curiosidad y me siguen, aunque lo dudo mucho, ya que su partida parece interesante.

Recorro el mismo camino de la que ya he denominado gran noche y lo hago con ilusión. Creo que nunca se me va a ir este tipo de sensación cuando tenga que verle.

La puerta del cobertizo está abierta, solo tengo que empujarla para entrar. Está todo igual que hace unas horas, a diferencia de que hoy puedo ver perfectamente cómo es su interior.

La moqueta es de color amarillo, la mesita y paredes tienen color madera oscuro y, aunque no hay nada más, simplemente eso hace de este sencillo sitio algo precioso.

— Bienvenida a nuestro pequeño hogar — Elías aparece a mi espalda — ¿Qué te parece?

— Me gustó ayer sin poder ver nada, hoy solo puedo decirte que es perfecto — Lo observo todo sin parar, como si no estuviera aquí y de un sueño se tratase.

— Falta mucho por hacer — Sonríe, acercándose a mí para tomar mi mano — Pronto te sentirás como si fuera tu otra casa, al menos eso espero.

Nos sentamos en la moqueta, Elías enciende la música y escuchamos varias canciones, algunas que ya he hecho, otras que quedan por hacer y muchas más que no creo que cante nunca pero aun así, siguen siendo preciosas.

— ¿Sabes algo? — Pregunta ahora, cuando suena Can I be him? Una de las canciones que quería que descubriera mediante sus cartas — Me encanta lo que dice esta canción, es lo que yo siento cuando cantas. Ojalá algún día puedas mostrarla a los demás como sabes hacerlo.

— Es maravillosa... — Susurro, poniendo atención a la letra. Él asiente — Podría hacerlo dentro de dos semanas, en el campeonato — Murmuro, aunque por lo que veo, él tiene otra idea.

Exactamente, mueve la cabeza a ambos lados. Se gira hacia mí.

— Esta mañana he recibido un comunicado — Me explica — En el próximo campeonato solo podrán participar canciones clásicas de películas, es una nueva norma para que haya variedad.

— Pero... eso es una buena idea, ¿no? — No entiendo el porqué de su actitud hostil acerca de la noticia.

— Sí, pero tenía todo preparado para ti, Julieta — Suspira, parece mosqueado pero cuando me mira a los ojos vuelve la felicidad a su cara — Aunque contigo todo es fácil siempre y, tengas la canción que tengas, sé que lograrás hacerlo bien.

Mientras seguimos charlando y conociendo cosas de nosotros que antes no conocíamos, nos tumbamos sobre la moqueta, apoyo mi cabeza en su pecho y el rodea mi espalda con uno de sus brazos, besándome el pelo sin parar. Lo dicho, esto no parece real, es todo lo que llevo imaginando tantos meses que, ahora que lo estoy viviendo, me es imposible creerlo.

— Mis amigos sospechan algo — Le digo, recordándolos ahora — Pero no les he dicho nada.

— Tus amigos te conocen y te quieren — Susurra contra mi cabeza — Edgar estará preocupado por ti, pero eso no es malo. Si crees que no debes decirles nada de momento, no lo hagas.

— ¿Te molestaría que lo hiciera? — Pregunto, alzando los ojos para ver los suyos.

— Quiero que siempre hagas lo que sea que haga que tú estés bien, Julieta — Acaricia cada parte de mi cara con dulzura — Lo demás irá surgiendo.

Pasamos ahí parte de la tarde, tampoco queremos desaparecer por completo ya que quizá daría para sospechar, sobre todo en la gente que nos tiene calados a los dos, como mis amigos o hasta puede que Lola. A eso de las siete de la tarde vuelvo, Elías dice que quiere hacer unas cosas en el cobertizo.

Sigo pensando en lo que ha dicho, sobre una canción que haya salido en cualquier película. Sin duda, hay muchas, pero ya sé que lo básico no es algo con lo que Elías trabaje, nada que ver, debe ser especial y tener algo para que él dé el visto bueno.

Lo que resta de tarde hasta la hora de la cena, voy a la sala de ensayo para revisar algunas canciones aunque, dado lo que ha dicho Elías, esto le ha pillado de sorpresa y no tiene nada preparado, así que decido que lo mejor es ayudarle y que así todo sea más sencillo, apenas quedan dos semanas para el próximo campeonato.

Paso una canción tras otra, dejando a un lado las que creo que han salido en alguna película y descartando las que tengo por seguro que no. No sé si es buena idea, tampoco es que haya visto mucho cine en mi vida pero, si se trata de música, siempre intento estar al día, sea como sea.

No me decanto por ninguna en especial y creo que llevo más de treinta partituras, los ojos comienzan a cansarse de leer y tengo los músculos entumecidos, pero es justo entonces cuando la encuentro, no sé si Elías estará de acuerdo conmigo pero, desde luego, yo sé qué canción es la que quiero cantar en el próximo campeonato. 

Sigue brillando, Julieta. (Segunda parte #ESDJ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora