Seis meses después
La experiencia ha sido increíble, todavía no me creo que a día de hoy hayamos conseguido todo esto cuando hace no tanto tiempo parecía tan lejano.
Después de la actuación que ya he denominado como la más especial de mi vida, por ello de que Elías me pidiera matrimonio, comenzó todo.
En las siguientes semanas a aquel día recuerdo el teléfono sin dejar de sonar, llegaban todo tipo de ofertas y proposiciones y era abrumador. Sí, te sientes orgullosa por lo que se ha conseguido, pero al mismo tiempo todo eran nervios y tensión, yo solo quería cantar, y de repente parecía que el mundo se había dado la vuelta.
Lo bueno y, a día de hoy sigo agradeciéndoselo a Elías, es que siempre hemos tenido Miguel, ahora mi representante. Él solo formaba parte de la discografía al principio, pero luego nos demostró cuánto se preocupaba de que yo estuviera bien, por encima de los contratos y las actuaciones, él miraba por mí.
Rechazamos muchas cosas y me siento bien por ello, estoy segura de que si hubiera seguido otro camino, el destino hubiera sido distinto.
Miguel simplemente nos aconsejó lo que debíamos hacer y lo que no, y yo seguí todos y cada uno de esos consejos, no se equivocó.
Cuando comenzó el curso escolar de nuevo y con ello el coro, Elías quiso hablar conmigo. Tenía que tomar una decisión y era seguir dando clase a esos chicos, yo, por supuesto, lo entendí, sí que me dolió que no iba a estar conmigo en ciertos momentos, pero de vez en cuando, me acompaña y de la mano seguimos viviendo cosas increíbles.
Ahora, tras dos semanas fuera, vuelvo al orfanato, aunque simplemente lo llamamos casa, eso es y ha sido siempre para nosotros.
Hemos hecho una mini gira por distintas ciudades, presentando las tres primeras canciones de mi disco, ¿no suena raro? A mí todavía sí, hasta me cuesta decirlo; mis disco.
Por supuesto, las canciones no son solo mías, Elías tiene gran parte de culpa de lo que increíbles que me parecen a mí y, al parecer, a cierta gente que ha comenzado a seguirme y escucharme.
Igualmente y aunque mi trabajo ya esté fuera, estoy deseando llegar y ayudar a Elías con el coro, es algo que me encanta hacer, verlos mejorar día a día y, estoy segura de que este año el campeonato será mucho mejor para ellos que el anterior.
Cuando apenas me quedan unos minutos para llegar, abro la ventanilla de los asientos traseros para ver el edificio, a otros le parecerá lo más sencillo del mundo, a mí, el sitio más bonito y especial que puede existir.
Últimamente, antes de llegar toma un pequeño rodeo que no suelo entender, pero imagino que para no ir por el camino de tierra con estos coches que tanto cuidan, aunque da igual, ya lo veo a lo lejos y una sonrisa de oreja a oreja asoma en mi cara.
Es de noche, por lo que hay poca gente merodeando por aquí, imagino que estarán en la sala de juegos o en sus habitaciones, yo lo primero que hago es dejar el poco equipaje que llevo encima y cambiarme de ropa para ponerme más cómoda, después, al mi sitio preferido en el mundo; a la sala de ensayo.
Una vez allí me encuentro con él tras dos semanas, es increíble lo que le puedo llegar a echar de menos. Está al piano, de espaldas a la puerta, por lo que no me escucha entrar. Lo hago en silencio, hasta llegar a él y taparle los ojos.
— ¿Quién soy? — Susurro en su oído, rozándole con mis labios.
— ¿Y esa pregunta? — Sonríe enseguida, echando la cabeza hacia atrás para apoyarla en mi pecho — Te reconocería siempre, pequeña.
Quito mis manos de sus ojos y se gira enseguida, mirándome con ese peculiar brillo que nunca se borra, con tan solo eso sé que me ha echado de menos tanto como yo a él.
— ¿Qué tal? — Me siento en sus rodillas, dejando un pequeño beso en sus labios y abrazándole. — ¿Estabas preparando alguna canción para los chicos?
— En realidad, no — Mueve la cabeza a ambos lados — Solo haciendo tiempo para que llegaras — Apoya su frente con la mía — ¿Cómo le ha ido a mi cantante favorita?
Sigo sonrojándome cada vez que dice cosas como esas, quizá ya debería acostumbrarme, aunque no creo que nunca lo haga.
Hablamos de todo lo que he vivido, de las ciudades que hemos visitado y la gente que estaba ahí escuchándome. Él también me cuenta cómo han ido las cosas por aquí, todo sigue su curso y el coro mejora por momentos.
Después de las vacaciones comenzará una nueva ronda del campeonato, en la primera se clasificaron y dieron una gran impresión, lástima que no pude asistir, aunque ahora pasaré un tiempo aquí, hasta dentro de varias semanas estoy libre y simplemente quiero disfrutar.
— Tenemos ahora bastante tiempo para nosotros — Me dice Elías, que ya me lleva de la mano hacia arriba, es tarde y ambos queremos descansar.
— No sabes cuántas ganas tenía de escuchar esto — Muerdo mi labio inferior — ¿Tenemos algún plan para este tiempo?
— Me parece que... varios — Entorna los ojos, conozco muy bien esa mirada y tengo que bajar la cabeza para no ruborizarme — Aunque todo a su tiempo.
Y él es así, puede decir algo como eso, dejarme en ascuas y después actuar como si nada, menos mal que ya lo conozco demasiado bien.
***
Los siguientes tres días trascurren con normalidad, al menos dentro de lo posible, aunque sí es cierto que Elías parece más nervioso de lo normal, aunque siempre anda de allá para acá sospecho que esta vez esconde algo más, pero claro, por mucho que intente averiguarlo no suelta, nada, tampoco Lola, con la que pasamos ratos agradables cada día.
— Julieta — Me dice esa noche, estamos a solas y tomamos un té a la luz de la luna, sentadas en la entrada del orfanato — Mañana viene una visita importante, necesito que causemos una gran impresión.
— ¿Una visita? — Pregunto extrañada, ella asiente y la observo durante unos segundos para ver si continúa, pero se mantiene callada — ¿Necesitas que te ayude en algo?
— Me parece que sí — Asiente repetidas veces, nerviosa — Tú ponte elegante, con uno de esos preciosos vestidos que tienes para tus actuaciones... y nos vemos aquí a las once de la mañana.
— Lola, ¿tienes algo que decirme? — No me engañan, ellos creen que sí pero desde luego que traman algo...
— ¡Pero sí es tardísimo! — Se incorpora tan rápido que la taza de té está a punto de caerse de sus manos — Quedamos en eso, Julieta. Mañana a las once aquí.
Voy a abrir la boca para responderle pero ya es tarde, se marcha a pasos rápidos y desaparece por el comedor. Pongo los ojos en blanco, ni me quiero imaginar nada... haré lo que dice, le debo este favor y todos los del mundo, después, me levanto, echando un último vistazo al precioso cielo, y vuelvo dentro. Al parecer, mañana va a ser un día importante.
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Sigue brillando, Julieta. (Segunda parte #ESDJ)
RomanceSegunda parte El sueño de Julieta. En su último año en el orfanato, Julieta prepara todo para entrar en la escuela de música más importante del país, donde confía en triunfar y llegar a ser en un futuro una gran cantante. Pero no todo es eso, en su...