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Esta canción me trae tantos recuerdos...nada más comenzar a cantar es como si volviera a aquel día. Sola sobre el escenario y viendo a mis amigos, con los ojos iluminados, expectantes.

El público, en silencio. Era la protagonista, así me sentía, con todos los ojos puestos en mí y con la obligación de cumplir con el objetivo: ganar el campeonato.

Pero, sin embargo, nunca he sabido actuar sobre el escenario. Así me enseñó Elías, fue uno de los primeros consejos y quizá mi favorito: cantar con el corazón, como te salga hacerlo. Así fue, me emocioné mientras lo hacía porque nuestra historia estaba representada en esa canción.

Éramos él y yo, desde el principio profesor y alumna, pero poco a poco dos personas que se enamoraron, que no pudieron contenerse más. Era un secreto, el mejor guardado. Me emociono en este momento, tal y como lo hice allí.

Los ojos se me humedecen pero antes de que comiencen a caer mis lágrimas, termino la canción, desgarrada, vacía.

***

De camino a la escuela de música nos mantenemos callados. En el estudio me han felicitado y Miguel me ha dado tiempo para que piense las cosas, según me ha dicho, ellos sabrán cuidar de mí si al final me decanto por grabar un disco.

— ¿Estás mejor? — Elías aparca a un par de calles de la escuela, se quita el cinturón y se gira hacia mí.

— Claro, he recordado todo de nuevo, solo es eso — Le sonrío, aunque con tristeza. No sabía que añoraba tanto el orfanato hasta hoy, hasta sentirme bien cantando de nuevo, como hacia allí.

— Has estado increíble — Cierra los ojos e inspira por la nariz — No sabes cuánta magia tienes ahí escondida — Señala mi pecho.

— Elías, no voy a poder agradecerte nunca que estés a mi lado en cada momento — Me acerco a él y pongo ambas manos en su cara — Gracias.

— Eh, ya vale de estar mal, ¿de acuerdo? — Coge mis manos, aún en su rostro — Te quiero, y sé que me quieres. Pensemos en eso, Julieta, lo demás irá viniendo. — Acerca su cara a la mía, hasta chocar nuestras frentes. Después me besa.

No es el primer beso, tampoco espero que ninguno sea el último, pero eso no quiere decir que todos y cada uno de los que me da sepan removerme por dentro.

— Tengo una idea, y aunque queden unos meses, ¿por qué no pasamos las vacaciones de navidad en el orfanato? — Pregunta, con los ojos muy abiertos, ilusionado.

— Siempre tienes las mejores ideas, Elías.

Nos despedimos en la puerta de la escuela de música, voy hacia la residencia de estudiantes, llamo al timbre y el chico de recepción no tarda en abrirme.

— Buenas tardes — Saludo.

— Hola Julieta — Va hacia el mostrador, de él saca una hoja de papel — Tengo un recado para ti, Juan te espera en su despacho. Me ha pedido que te lo diga en cuanto llegaras.

— ¿Sabes qué quiere? — Pregunto, sorprendida. Ese hombre no ha cruzado palabras conmigo en ningún momento y ahora me llama a su despacho, no me da buena espina.

— No, la verdad — Se encoge de hombros — Nunca se sabe por dónde va a salir.

Le agradezco que me lo haya dicho y vuelvo sobre mis pasos. La escuela está a unos cuantos metros, en la misma calle. Llego hasta allí sin ganas, al igual que esta mañana. Ese hombre consigue arruinarlo todo.

La escuela está más vacía que nunca, tan solo quedan algunos trabajadores de la limpieza y creo que algún profesor rezagado, igualmente llego a su despacho enseguida. Toco la puerta y espero.

— Adelante — Escucho su osca voz.

Abro la puerta y después, vuelvo a cerrarla a mis espaldas. Me siento frente a él sin decirle nada, solo esperando que hable, ya que es quien me ha llamado.

— Así que estás decidida a grabar ese disco — Murmura, acercándose a mí — A pesar de haberte ordenado que no lo hicieras.

— No creo que debas ordenarme nada — Pronuncio las palabras con lentitud — Pero si tanto te importa, no, no he ido a grabar ningún disco, al menos por ahora.

— Oh, vaya... estás enfadada — Muestra una sonrisa burlona — No soy tu enemigo, Julieta, nada que ver. Creo que tienes potencial, y de hecho, tengo buenas noticias para ti. — Me mira, pero me sigo manteniendo en silencio — ¿No dices nada?

— Creo que prefiero esperar esas noticias — Digo en modo sarcástico.

— De acuerdo — Asiente y se levanta, rodeando la mesa hasta ponerse a mi lado — Mañana quiero verte a primera hora, aquí mismo.

— ¿Algo más? — Me levanto, no quiero tenerle cerca más tiempo, mueve la cabeza a ambos lados — Hasta mañana entonces.

Salgo pareciendo decidida, con la cabeza lo más alta posible, y una vez que he cerrado la puerta, me obligo a recomponerme. No sé qué pretende, pero si quiere verme aquí mañana mismo, aquí estaré.

Me cuesta dormir más que nunca. Este sitio no era como esperaba, será mi carácter pero no consigo hacer migas con nadie, ni siquiera tener algún compañero con quien charlar de vez en cuando. A veces siento que la gente aquí me mira como si fuera inferior, como si no debiera estar bajo el mismo techo que ellos.

¿Y si me he equivocado? Quizá mi camino era otro. Sí, esta es la mejor escuela de música del país, pero no todo vale si no te satisface. A veces creo que si hubiera estado en cualquier otro sitio, aunque fuera más humilde, estaría mejor.

Como cada noche antes de dormir, Elías me llama.

— Hola preciosa, ¿estás más animada? — Dice cuando descuelgo — Me has dejado un poco preocupado.

— Ojalá estuvieras aquí conmigo — Le digo en susurros, no quiero despertar a mi compañera de habitación.

— ¿Quieres que vaya? — Pregunta enseguida — Solo tengo que ponerme las zapatillas y estaré ahí en cinco minutos.

— Tu también debes descansar — Muerdo el labio inferior, pensando en estar ahora mismo aquí con Elías, hasta siento arder las mejillas solo de imaginarlo — Mañana tienes que volver a dar tus magníficas clases.

— Me da igual, Julieta. Solo quiero estar contigo.

Me cuesta, pero al final consigo convencerlo de que no es buena idea que venga. Sí le comento la conversación con Juan, que mañana quiere verme a primera hora. Me promete que a esa hora él también vendrá. Se fía de él tanto como yo, o sea, nada.

Agradezco que vaya a venir, así al menos no tendré que enfrentarme yo sola a ese hombre que está consiguiendo que mi estancia aquí sea de todo menos buena.

Sigue brillando, Julieta. (Segunda parte #ESDJ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora