Me cuesta mucho más de lo que debería el dueto que Elías nos ha asignado a mí y a Edgar. No es porque sea difícil, ni porque no llegue a alguna nota, nada parecido, pero es que la canción me dice tantas cosas que la emoción me sobrepasa sin que me dé cuenta, y más sabiendo que Elías sigue lejos.
Cierro los ojos y lo imagino a él cantándomela, con su dulce voz y sus dedos bailando sobre las cuerdas de la guitarra, haciendo que me crea todas y cada una de las palabras que pone ahí.
— Estás despistada — Lola se acerca a mí después de clase. Si es capaz de darse cuenta ella, es que es grave.
— Es cierto — Admito, sin poder negarlo. — No conocía la canción, en cuanto me familiarice con ella será más sencillo.
— ¿Es solo eso? — Aquí está, aparece ahora la Lola que es más madre que directora y en este caso profesora, yo asiento sin poderle mirar a los ojos. — Estoy para ayudaros siempre de la mejor manera, Julieta.
— Lo sé, y te lo agradezco — Digo con un hilo de voz. La sensibilidad ha vuelto a mí y soy capaz de echarme a llorar en cualquier momento. — Pero no necesito hablar, Lola. Elías me ha enseñado siempre que la mejor manera de expresar lo que sientes es cantando, y así lo hago.
Asiente, cruzándose de brazos y aguardando, y es cuando caigo en la cuenta de que quiere que lo haga, que cante ante ella, así, en frío. A pesar de haberlo hecho tantas otras veces, me cuesta mucho más por la situación en la que me encuentro, y es que nuestra directora no tiene ni idea de que me siento de esa manera porque echo de menos a mi profesor, y no de la forma que ella cree.
Cojo la guitarra, dejo que la cinta se pose en la parte de atrás de mi cuello y una vez acomodada sobre mis rodillas, toco las primeras notas de yellow, me sale sola esa melodía y es que recuerdo que fue la canción que me cantó Elías hace ya mucho tiempo.
Como tantas otras veces me ha sucedido, me emociono mientras interpreto la canción y, tal y como dice Elías, dejo salir todo. No soy la única, Lola me acompaña en mi triste llanto, vaya panorama tenemos las dos, en la sala de ensayo y llorando a moco tendido. Solo me seco las lágrimas cuando he terminado.
— Por favor, Julieta — Dice entre suspiros, incluso haciéndome reír — No puedes hacerme estas cosas — Saca un pañuelo de papel para enjuagarse sus lágrimas, ofreciéndome otro a mí.
— Lo siento — Es lo único que puedo decir ahora mismo.
— ¿Qué te diría Elías ahora mismo? — Pregunta, pillándome completamente desprevenida. — Quiero decir, después de hacer algo como esto, ¿tiene palabras? — Se aclara, y menos mal.
— Supongo que Elías me diría que es el momento de sacar esa canción que tanto me cuesta, y que lo haga como sea, llorando o riendo, pero lo haga — Sonrío, como si estuviera viéndolo aquí ahora mismo, inclinado sobre mí, con el ceño fruncido y explicándome cosas sin parar.
Lola me mira, ladeando la cabeza e incluso se le escapa también a ella una pequeña sonrisa, pero dura poco, porque es entonces cuando me pide que haga justo eso, que canta Cuando nadie ve, el dueto que tanto me cuesta ahora mismo.
***
No va a ser nunca igual, pero sí es cierto que Lola ha sabido cumplir su papel, no como directora ni como profesora, si no como esa madre comprensiva que cualquiera querría tener, esa que aunque muera por preguntarme lo que sucede, solo escucha y aconseja de la mejor manera. Haciéndome sentir mejor en una tarde que, como todas las anteriores, se tornaba complicada.
— Has estado mucho tiempo en la sala de ensayo — Dice Edgar esa noche durante la cena — ¿Has conseguido cantar? — Solo tengo que asentir.
— Sí, me ha acompañado Lola — Intento sonreír y así dejarlo tranquilo, estaba preocupado por si no nos salía la dichosa canción.
Asiente, convencido. Tras cenar no podemos dedicar ese poco tiempo libre a hacer algo que nos apetezca, si no a nuestros deberes, o sea, estudiar. Solo queda una semana y unos días para que finalice el trimestre, para que empiecen las navidades y tengamos unas semanas de respiro.
La mañana siguiente me levanto con una mentalidad completamente diferente, lo cierto es que no sé qué es lo que me ha hecho cambiar de opinión de manera tan drástica, supongo que la tarde de ayer ha ayudado, pero hoy es distinto, parece que quiero comerme el mundo cuando hago los dos exámenes que nos corresponden y bueno, durante el resto del día.
Me he convencido a mi misma de eso mismo, de que las navidades están a la vuelta de la esquina y, sea lo que sea lo que retiene a Elías en la ciudad y fuera del orfanato, no puede hacerlo en esas fechas especiales, sé que estará aquí para pasarlas con nosotros, conmigo. Me lo repito una y otra vez.
Y es así como llegamos al último día de clase antes de las ansiadas vacaciones, me centro en los exámenes y una vez acabados y con todo mágicamente aprobado, me dejo llevar por mis dos canciones, sobre todo por el dueto. Me he dado cuenta de que cada vez que lo canto, siento a Elías un poquito más cerca, y eso me da fuerzas para sonreír mientras lo hago cuando antes solo soltaba lágrimas sin parar.
— ¡Esto me gusta! — Exclama Edgar, aplaudiendo cuando acabamos una de las veces y nos sale completamente perfecta — ¡Sabía que podríamos hacerlo!
— ¿Cuándo no hemos conseguido algo tú y yo? — Pregunto, contagiada por su alegría — Ya la tenemos lista para el campeonato.
Esa noche de viernes me voy a la cama con una sensación contradictoria, como si, por algún motivo que no conozco, esperara algo, algo bueno. Que mañana, el primer día de vacaciones y un día antes de noche buena, fuera a suceder algo. Podría parecer que estoy loca, quizá sí, pero he aprendido a creer en las casualidades, en que existe algo parecido al destino que hace lo que quiere con nosotros, manejándonos a su antojo, haciendo que encontremos a las personas correctas para ponerlas en nuestro camino, para que nos acompañen en nuestra vida. Aunque también haciéndonos elegir con quién quedarnos y a quien alejar.
Y así, con todo eso en la cabeza y sin olvidar lo que imagino, lo que creo y pienso, me quedo profundamente dormida.
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Sigue brillando, Julieta. (Segunda parte #ESDJ)
RomanceSegunda parte El sueño de Julieta. En su último año en el orfanato, Julieta prepara todo para entrar en la escuela de música más importante del país, donde confía en triunfar y llegar a ser en un futuro una gran cantante. Pero no todo es eso, en su...