Yo, que vine dispuesto a quedarme aquí un par de días, solucionar todo el tema de Julieta o al menos intentarlo, y después volver al orfanato sin más, he cambiado de planes, o bueno, mejor dicho, me han hecho cambiarlos.
Ese día, de hace ya más de dos semanas, en el que me decidí a marcharme sin más, con las manos vacías y de repente sonó el teléfono del motel que lo cambió todo de un momento a otro, recuerdo esa llamada, esa conversación.
— ¿Sí? — Contesté, cauto por no saber quien se encontraba al otro lado del auricular.
— ¿Elías? — La voz me suena vagamente familiar, poco después caigo en la cuenta de que es la chica de recepción de la escuela de música. — ¿Eres tú?
— Eh... si, ¿qué ocurre? — Me siento completamente perdido.
— Juan Gutiérrez quiere verte — Parece sonar alegre — No sé qué has hecho esta mañana, pero parece estar convencido de algo. Quiere reunirse contigo esta misma tarde, ¿estás disponible?
— Claro — Se me seca la boca, ¿son buenas noticias? Tienen que serlo.
Quedamos en vernos a mitad de la tarde, a las cinco tendré que presentarme de nuevo en su despacho, y ahora de una forma completamente distinta, sin irrumpirlo, como reunión decente.
Las horas que restan las paso nervioso, sin saber qué va a suceder aunque por el tono de la chica no parece nada malo, al contrario. Quiero pensar que Juan está convencido de aceptar a Julieta una vez que ha escuchado el disco con sus canciones, de que él mismo se ha dado cuenta de que no hay nadie mejor que ella ahora mismo y por supuesto, de que seguirá aprendiendo, seguirá creciendo y brillando y puede hacerlo en su escuela de música.
Tras comer algo rápido en el sitio que está más cercano a dicha escuela, me dirijo hacia ahí, unos minutos antes de la hora, sí, pero es que me ha sido imposible esperar más.
La chica de recepción me sonríe animada cuando cruzo por delante de él, le correspondo agradecido y con las manos en los bolsillos de mis vaqueros llego al despacho, golpeo un par de veces con los nudillos en la puerta de madera y cuando me han autorizado, me introduzco en la sala.
No encuentro lo que esperaba del todo, sí, ahí está Juan, pero también un par de tipos más, tan trajeados y repeinados como él. Me ofrecen sitio en el sofá de cuero negro, donde ellos están con un vaso de un líquido marrón claro frente a ellos. Juan hace una rápida presentación, ambos son socios de la escuela.
Me siento, entrelazando las manos y esperando a que sea alguno de los tres el que comience a decir lo que sea.
— Bienvenido de nuevo, Elías — Es el mismo Juan el que habla primero — Aunque no estaba muy por la labor por motivos que ya he dicho antes, me he dejado llevar por tu ímpetu y he acabado escuchando el disco.
— ¿Y bien? — Pregunto impaciente cuando se queda callado.
— Julieta es una joven que tiene algo que pocos más tienen — Habla el tipo que se encuentra a mi lado izquierdo — En esto estamos todos de acuerdo. — Asiento, dándole la razón — Pero también es cierto que buscamos chicos y chicos que se impliquen completamente con la escuela.
— Ella lo hará — Hablo atropelladamente — Julieta vive por y para la música, es su sueño.
— Estamos seguros de ello — Ahora se pronuncia el tercero, con una sonrisa que me parece amable al menos — Pero nos falta algo, alguien que la convenza de ello, de que no puede distraerse con otras cosas, de que esto es lo más importante que le sucederá y debe ser consciente de ello.
No entiendo muy bien esa parte, sé que lo que menos puede gustarles de Julieta es que se deje llevar tanto en el escenario, eso para ellos es algo malo cuando para mí es todo lo contrario, aunque sí es cierto que eso, en parte, fue lo que hizo que quedáramos segundos el año pasado y no ganáramos.
— ¿Qué necesitáis? — Acabo preguntando.
— A ti — Habla de nuevo Juan — Como profesor en la escuela. Si estás de acuerdo, claro.
¿Qué si estaba de acuerdo? Todavía me sigo preguntando eso. No era lo que tenía en la cabeza, no era mi idea trabajar aquí como profesor y dejar el orfanato, pero era la única condición de que, una vez que Julieta acabe sus estudios en unos meses, pueda entrar aquí y cumplir su sueño, ¿cómo decir que no si justo eso es lo que yo ansiaba?
Ahora, trascurridas más de dos semanas, lo más difícil va a ser tener que esperar tanto alejado de ella, lo más fácil es saber que estudiará aquí y que en un futuro estaré cerca suya, y no solo eso, si no que seguiré su camino, estaré a su lado.
Así que acepté, no tardé ni una hora en hablar con Lola y contarle todo. Le dolió mi decisión, por supuesto, pero también lo entendió. Me dijo que contrataría un nuevo profesor o profesora de música tras las navidades, que mientras tanto ella misma se encargaría del grupo.
Le pregunté por los chicos, y contenta respondió que, como siempre, su progreso es bueno y están casi preparados. El campeonato que se celebrará después de navidad será mi último con ellos, después les dejaré volar junto a otra persona y tendré que dedicarme completamente a la escuela de música.
Todo esto, entre tantas muchas cosas, es lo que tengo que explicarle a Julieta una vez que llegue al orfanato, mañana mismo tengo el viaje de vuelta, aunque solo serán un par de semanas antes de volver aquí.
Estoy seguro de que va a ser igual de complicado para Julieta que para mí no vernos en bastante tiempo, pero también sé que será consciente de que no será malo, si no al contrario, que debemos pasar por momentos complicados para que los buenos acaben llegando y eclipsándolos a su vez.
Pero ahora, a pesar de que hayan sucedido tantas cosas en tan poco tiempo, a pesar del cambio repentino, solo puedo pensar en que voy a volver a verla y tenerla conmigo, que voy a poder escucharla cantar y brillar sobre el escenario de nuevo. Tan solo quedan unas horas para reencontrarme con ella al fin.
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Sigue brillando, Julieta. (Segunda parte #ESDJ)
RomanceSegunda parte El sueño de Julieta. En su último año en el orfanato, Julieta prepara todo para entrar en la escuela de música más importante del país, donde confía en triunfar y llegar a ser en un futuro una gran cantante. Pero no todo es eso, en su...