Kim Taehyung lo tenia todo o al menos eso lo creía, un hombre exitoso, con muchas mujeres muriendo por él, creía que lo sabia todo, pero realmente no. Ahí entraba su mayor pregunta. ¿Cuál era el secreto del asistente Jeon? Jeon Jungkook, su asistent...
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—Sentémonos acá un rato, el atardecer es hermoso —Taehyung habló.
—Bien... Si, hagámoslo.
Taehyung adoraba lo particular que era Jungkook después del beso, estaba actuando tan nervioso como si hubiera cometido un pecado, pero sus manos aún estaban unidas con las suyas, ambos se sentaron a la orilla del lago viendo el sol ocultarse, de verdad que era precioso como se veía el cielo, su color acentuaba a la perfección las hojas de otoño.
—Jungkook, ¿Te sientes bien? —El castaño se recostó en su hombro.
—Me siento bien, Hyung... Es la primera vez que logro sentirme tan bien en todos estos años de oscuridad —Contestó.
—Eres hermoso —Y así recostó su cabeza por sobre la de Jungkook mirando al sol esconderse.
Taehyung no quiso preguntar sobre el pasado de Jungkook, quizás no era el momento indicado para hacerlo, dejaría que él se abriera por sí solo y por fin conocería su secreto, el secreto del asistente Jeon, necesitaba saberlo, quería saberlo, no solo por la apuesta, tenía la necesidad de saber qué era lo tan grande que podía hacerlo temer tanto de un solo helado, de los premios y que debía portarse bien, lo descubriría, Jungkook lo quiera o no.
—Está oscureciendo... Deberíamos volver —Jungkook habló, ambos se pusieron de pie.
—Bien, hagámoslo, dejamos algunas cosas de nuestro picnic y si no nos cambiamos podremos enfermar... ¿Trajiste los bóxer extras que te dije? —Jungkook se sonrojó, porque si lo hizo.
—Yo... Lo hice, señor Kim —Dijo.
—¡NO! Ya no soy tu Hyung. —Taehyung fingió molestia tirándose al suelo mientras Jungkook reía y lo jalaba. —Seguiré aquí tirado si no me llamas Hyung —Amenazó.
—Bien... Hyu... Hyung —Taehyung se levantó enseguida dándole un beso en la mejilla.
Jungkook hizo un puchero viendo al mayor frente a él tomarse tantas libertades, pero tampoco podía quejarse porque le gustaban esas libertades, solo esas, solo él, solo si era él, Taehyung iba a besarlo de nuevo en los labios cuando comenzó a llover, el pronóstico del clima no avisaba sobre ninguna lluvia.
Pero eso no evito que jugaran, Taehyung hizo a Jungkook correr por todo el lugar para terminar en donde habían dejado su picnic guardando las cosas que habían dejado en la manta en la parte trasera del auto, Jungkook agradecía que habia dejado su bolso en el auto y sus cosas no se fueran a mojar, solo que su ropa estaba completamente empapada, Taehyung quito su abrigo de lana quedando solamente en su camiseta negra, Jungkook se sonrojo viendo la forma en que se marcaban sus clavículas y a su vez como su camiseta se pegaba a su cuerpo, Taehyung tenía un cuerpo increíble, sus brazos bien marcados y su pecho alto como si gritara "Alábame". Corrieron un rato bajo la lluvia gracias a Taehyung que actuaba como un niño pequeño, Jungkook lo disfruto, disfruto poder correr bajo la lluvia, poder reír por las tonterías o caídas torpes de Taehyung, porque nunca tuvo eso, jamás se lo permitieron y lo estaba teniendo en esos momentos, Taehyung le estaba brindando lo que alguna vez no tuvo, felicidad.
