Extra

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No pregunten porque, pero pinto dejar un extra por aca

La luz del sol lo despertó temprano esa mañana, todo estaba en completo silencio a excepción del ruido que producían los pavos reales en el jardín. Se pasó la mano por el cabello mientras una pequeña sonrisa crecía en su rostro. Realmente no podía creer que estén ahí nuevamente, compartiendo la cama de su habitación, semidesnudos después de haber descargado los sentimientos que habían acumulado todos estos años.
Giro su rostro hacía la derecha, podía ver la espalda de la joven, surcada por ese maravilloso tatuaje que terminaba en su espalda baja. Recorrió con delicadeza cada una de las cicatrices de su espalda. Algunas incluso cruzando sobre el dibujo de las alas.
Pero no podía quedarse ahí todo el día. Ahora ya no eran niños.
Suspiró resignado y se levantó en silencio para buscar ropa y ducharse, debía ir al hospital el día de hoy por lo que llegaría tarde a la mansión.

Hannah bajo las escaleras lentamente, eran alrededor de las 8 de la mañana y se sentía renovada. Se había despertado sintiendo la ausencia del rubio a su lado por lo que supuso que debió salir de la mansión para trabajar. Esperaba no tener que cruzarse a nadie mientras iba hacia la salida, evitando dar explicaciones de porque se había quedado en la mansión.
Pero en destino no estaba de su lado. Al niño fue el primero que se cruzó en la sala de estar, el la vio confundido al verla bajar del segundo piso donde estaban las habitaciones.
-Buenos dias hannah- saludo el con una sonrisa. La joven era de su agrado y le gustaba saber que su padre comenzaba a hacer nuevos amigos.
-Scorpius- saludo ella con un asentimiento de cabeza - ¿Sabes dónde está Narcissa? -
-en el jardín, podando algunas rosas con Ruffi- respondió el niño rapidamente- ¿Te quedaste aquí anoche? Creí que te irias-
Hannah torció el gesto. Ella no sabía llevarse con niños, no sabía que debía decir y que no sobre lo sucedido.
-algo así- se limito a responder - ¿Crees que puedes guardar el secreto?-
-no lo sé, ¿Que puedes ofrecer?- pregunto el niño está vez sonriendo de manera altanera.
Así Hannah fue vilmente manipulada por el joven Malfoy, resoplo cuando prometió comprarle su helado favorito más tarde. Era exactamente igual a su maldito padre.
Salió a los jardines, por suerte en su habitación aún quedaba algo de su ropa por lo que no debería explicar que hacía con la misma ropa de ayer.
Narcissa estaba  entre las rosas blancas acompañada de su elfa. La pequeña criatura traía una canasta de mimbre mientras Narcissa dejaba pequeñas flores en el.
-Narcissa- la llamo la joven sorprendiendola
-has venido temprano hoy- señaló la mujer mientras con una tijera seguía cortando los rosales
-tenia tiempo libre- se encogió de hombros mintiendo fácilmente
-podria darte algunas rosas para que adornes la mansion- sonrió la mujer mientras colocaba algunas en el cesto de la elfa
Pero algo extraño noto la joven cuando la elfa la observó con preocupación, señalando disimuladamente a su ama.
-no me gustan mucho las flores, pero aprecio tu consideracion- respondió Hannah observando nuevamente a la mujer frente a ella, esta vez con más detenimiento.
-¿De que hablas? Siempre te llevas alguna a la mansión, ese lugar es muy lúgubre con feliz alli, se que a Hannah le encantarán- respondió dejándola completamente confundida
-si, seguro- fue lo único que pudo decir
Había notado algún que otro cambio en Narcissa desde que había despertado después de tantos años, a veces olvidaba cosas o la llamaba por otro nombre. Pero nunca nada como esto.
-Evangeline, debes traer más seguido a esa niña, se que Draco es algo duro pero se nota que le encanta jugar con ella-
Asintió brevemente compartiendo una mirada con la elfa.

-no te pierdas niño- le dijo a scorpius mientras caminaba por los pasillos de Saint mungo
- querida ya te dije que solo me confundí es todo- le dijo Narcissa mientras la arrastraba por el lugar -no había que venir aquí-
-Narcissa créeme no quieres discutir conmigo- le respondió indiferente- utilizaré un imperius de ser necesario-  la mujer hizo una mueca, no le gustaba que la tratarán como una niña, pero no replico ya que nunca había visto a Hannah de esa manera.
En recepción las atendieron al instante, y las llevaron a otra sección del hospital donde las atendería un doctor. Mientras tanto, Narcissa pidió a la recepcionista avisar a Draco que estaban allí.
Se encontraban en una sala privada, el nombre Malfoy aún tenía algo de poder en la actualidad. Narcissa se encontraba sentada en una silla frente a un escritorio, a la espera del doctor especialista, estaba molesta.
En cambio Hannah estaba apoyada en la pared del pasillo, lejos de su vista. Scorpius se encontraba junto a ella en silencio.
-a veces me llama por el nombre de mí padre- murmuró él chico con una mueca- ¿Crees que algo este mal con ella?- pregunto con algo de tristeza
Hannah hizo una mueca pero no contesto. Narcissa aunque no lo pareciera ya era una persona mayor y  no sabía que tanto se había perdido de su vida en estos años.
Draco llego unos minutos después, caminaba rápidamente por el pasillo. Llevaba una bata blanca y bajo está una camisa con corbata y pantalones de vestir. Si no estuviera tan preocupada tal vez se detendría a admirar lo realmente guapo que se veía así.
-¿Que sucedió?- pregunto al instante que llegó.
-la abuela se confundió de nuevo- respondió Scorpius por ella
-ya sabemos que eso ocurre de vez en cuando- explico el rubio con paciencia, el había puesto al tanto a Hannah de los cambios que tenía narcissa en el momento que se quedaba en la mansión.
-me llamo Evangeline, me ofreció flores para llevar a La mansion, nombró a Félix y dijo que a Hannah le gustarían- resumió Hannah mientras la mirada de Draco se tornaba más seria
-ella no quería venir, está molesta- dijo Scorpius a su padre
-bien, hablaré con ella en lo que llega el doctor Harryson- su mirada se dirigió a su hijo no muy convencido de que hacer con el, luego a Hannah con una mueca - ¿Crees que podrías...?-
Hannah bufo cuando vio que el rubio no confiaba del todo en ella con su hijo aún.
-vamos niño, aún tengo cuentas que saldar contigo- murmuró poniendo la mano en la espalda del niño para llevarselo del pasillo en búsqueda del helado. Esperaba que en la cafetería tuvieran.
Draco no supo cómo sentirse al ver a Hannah interactuar con su hijo. Vio al niño emocionado como si supiera de lo que la joven hablaba mientras le preguntaba cosas y ella asentía en silencio. Parecía que ambos habían formado una especie de amistad y se pregunto cómo se tomaría Scorpius el hecho de que estén juntos.
Suspiró pesadamente sacando esos pensamientos de su cabeza, miro hacia adentro de la habitación donde narcissa esperaba con la mirada pérdida. Era hora de tener una charla importante con su madre.

Un Mortifago Angelical - Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora