Capitulo 27

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Advertencia: escenas con contenido para adultos, aunque no son muy fuertes, tengo que avisar para aquellos que no les gu, No soy de hacer estas escenas asique disculpen si no sale como pensaban..

•El rubio la siguió saliendo de la habitación apresuradamente, si encontraba a Pansy engañándolo se enojaría muchísimo. ¿Quería deshacerse de ella? Si... pero ¿Cómo había podido ser capaz de cambiar a él, Draco Malfoy, el chico que todas deseaban por otro cualquiera? El era irremplazable y mejor en todos los sentidos, en la cama incluido, podía hacerla gritar de placer y decir su nombre cuantas veces quisiera, ¿Por qué buscaría a alguien más? Su ego sería completamente herido y humillado si le había montado los cuernos.
Bajaron las escaleras silenciosamente, los únicos que se encontraban en el lugar eran los elfos domésticos, quienes limpiaban frenéticamente la mansión para que al amanecer cuando sus amos se levantaran, estuviera impecable como siempre.
El rubio la siguió por la salida de la cocina, no conocía esa puerta que al parecer daba al patio trasero. Y de allí ambos se dirigieron a los setos que separaban la mansión del resto del bosque.
Caminaban sobre el patio apresuradamente, la joven tomaba la delantera, su capa la cual no se había dado cuenta hasta el momento que era el mismo uniforme de mortifagos que tenía su padre, se ondeaba con cada paso firme y preciso. Sus piernas parecían resaltar en la oscuridad de la madrugada, siendo tan blanca como la misma luna que los alumbraba, su cabello era escondido por su capucha para disimular un poco su identidad y no ser descubiertos antes de llegar al objetivo.
Llegaron al final del patio donde estaban los setos, y con un movimiento de varita estos se escondieron dando paso a una pequeña reja negra de la cual no conocía su existencia.
Abrió la puerta en silencio dedicándole una mirada brillante al pasar por ella y se adentraron en la oscuridad del bosque. La luna ya no se veía, y con suerte podían verse ellos mismos. Ella tomó su mano para guiarlo a través de los arboles...
-no puede vernos-susurro ella mientras se detenía en medio de la nada-creerá que vinimos a encontrarnos a escondidas, pero si muestras tus recuerdos de ti, a sus padres, no podrá escapar de la verdad-
Draco asintió y observó a su alrededor. No sabía hacia donde quería la chica que fuera, hasta que agudizo su oído y lo sintió.
Un gemido ahogado. Y lo conocía perfectamente, el lo había provocado varias veces.
Miró a la joven de pelo blanco con ojos entrecerrados, para luego dirigirse hacia el lugar de donde el gemido provenía.
A unos pasos más adelante, sobre un pequeño círculo libre de arboles, se encontraba una pareja. Pansy tenía sus piernas enrolladas en la cadera del hombre mientras este la aprisionaba con fuerza contra un árbol, sus pantalones estaban medio bajos, y el vestido que ella había llevado a la fiesta estaba a la altura de su estomago, y con una manga caída sobre su hombro.
Dejo escapar un gemido nuevamente mientras se agarraba con una mano del cuello del hombre y con otra del mismo árbol, su cabello perfectamente peinado ahora estaba completamente enmarañado, y sus labios estaban despintados y los mordía con fuerza.
Y en ese momento sintió la furia apoderarse de su cuerpo, manteniéndolo quieto mientras observaba la imagen de su prometida con otro hombre.
-¿ahora... sigues pensando...que no podría...con ella?-preguntó el hombre entre jadeos, aumentando los movimientos con velocidad, era mucho mayor que ella, y era un mortifago de las líneas bajas. Lo conocía perfectamente ya que pertenecía a los carroñeros.
Como respuesta Pansy lanzó otro gemido. Abriendo los ojos desmesuradamente. El hombre había terminado el acto, llevándolos a ambos al climax al mismo tiempo, apoyo una mano en el árbol sosteniendo su cuerpo y con la otra sostenía el trasero de la chica.
Segundos después se retiró, dejándola bajarse de su cintura sin delicadeza. Mientras comenzaba a subirse los pantalones, como si hubiera cumplido su objetivo y fuera hora de irse. Como si fuera la puta barata de los más oscuros rincones del callejón Diagon.
-recuerda el trato, debes alejarla de el-dijo ella mientras acomodaba su vestido como si eso fuera a devolverle algo de clase-ya no puede seguir entrometiéndose-
-lo hare preciosa, y cuando lo haga tendrás que pagarme, esto solo fue un adelanto-aceptó el hombre que tendría unos treinta años, terminó de abrocharse los pantalones y sin siquiera dirigirle una mirada salió caminando de allí, con la camisa aun desabrochada.
Fue allí cuando Draco se dio cuenta que estaba conteniendo la respiración, vio a Pansy irse para el lado contrario, y pensó que era lo que debía hacer ahora.
Su rostro estaba tenso, su mandíbula se apretaba con fuerza al igual que su mano sobre su varita. Nadie, jamás, engañaba a Draco Malfoy. NADIE. Y estos la pagarían muy caro.
Siguió el camino que el hombre había tomado, mientras repetía en su mente la maldición asesina una y otra vez. Iba a matarlo de la forma más cruel y dolorosa posible.
No supo en qué momento fue que lo alcanzó, pero su vista estaba roja, no sabía lo que hacía, era guiado por su ira. Solo supo que de un momento a otro se encontraba sobre él, propinándole puñetazos en el rostro, como si fuera un sucio muggle.
Había dejado su varita a un lado, quería sentirlo sufrir bajo su piel.
-¿¡de que trataba el acuerdo que hiciste con ella?!-le gritó mientras lo tomaba del cuello de la camisa y lo amenazaba con volver a golpearlo, el rostro del hombre estaba completamente cubierto de sangre, escupió un poco antes de poder hablar, todo había pasado tan rápido que no sabía a quién se enfrentaba.

-de...Hannah Hamilton...y Draco Malfoy...-murmuró con dificultad, su ojo izquierdo estaba comenzando a hincharse, y estaba seguro que algún diente le había quebrado. Draco gruño de enojo y volvió a propinarle un golpe, haciendo que su cabeza revotara contra el pasto, pero cuando quiso encestarle otro, una mano blanca envolvió su puño impidiéndoselo.
Giro su rostro unos centímetros, molesto por la interrupción para encontrarse con el rostro encapuchado de Hannah, quien sonreía abiertamente.
-Esa no es la manera de solucionar las cosas entre caballeros, Draco-le dijo con un tono de paciencia que Narcissa usaría.
Draco suspiro pesadamente, intentando calmarse, para luego levantarse dejando al hombre completamente herido tirado en el suelo, se acerco a la joven pateando el torso del hombre sin importarle nada.
-¿Qué pretendes que hagamos?-pregunto con sarcasmo, seguramente ella ya tendría un plan de venganza, mucho mas eficaz y calculador. Miró sus nudillos con atención, comenzaban a doler un poco, tal vez se había fisurado algún dedo por la fuerza aplicada.
-Darles donde más les duele-respondió ella mientras se agachaba a la altura del hombre al borde de la inconsciencia. Luego lo desmemorizó quitando sus recuerdos de la pelea-A veces, hay otras maneras de provocar dolor, más eficaces sin llegar a lo físico-explicó mirando al hombre para luego despertarlo y lanzarle un maleficio imperio. -volverás a tu hogar. Cuando despiertes, recordaras como la noche anterior unos hombres desfiguraron tu rostro intentando robarte a la salida de un bar, solo eso ocurrió-el hombre asintió, sus ojos se encontraban grises como si tuvieran cataratas, se levanto del suelo tambaleante y siguió su camino, hacia donde iba cuando Draco lo había interceptado-y el primer paso, será romper tu compromiso con Pansy Parkinson-

Un Mortifago Angelical - Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora