Capitulo 37

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Advertencia: ALTO CONTENIDO DE SMUT.
Leer bajo tu responsabilidad.
Primera vez que escribo uno, se sintió raro hacerlo ya que no es mi estilo pero sentí que era necesario para la historia.

•La reunión terminó tarde, ya eran las cinco de la madrugada cuando Draco Malfoy recorría los pasillos oscuros de su mansión fuera de la habitación de Narcissa. Su madre había estado descompuesta ante la escena protagonizada por la serpiente, por lo que Hamilton se quedó con ella, Narcissa no quería que su hijo la viera en ese estado deplorable por lo que lo echó de su habitación o comenzó a tener arcadas.
Lucius aun se encontraba en la planta baja de la mansión, entablando conversaciones con los mortifagos que quedaban, por lo que Draco fue quien se tuvo que encargar de subir a su madre a las habitaciones con ayuda de la joven para que luego pudiera descansar en paz.
-¿Cómo se encuentra?-preguntó Draco cuando vio a la joven Hamilton salir de su habitación, cerrando la puerta lentamente.
-logre que se recostara-dijo ella mirándolo a los ojos-se durmió luego de una poción de sueño-
Draco despeinó su cabello con frustración. El señor tenebroso ponía a todos con los pelos de punta en ese lugar.
-no deberías preocuparte-murmuró ella encogiéndose de hombros-no creo que siga así por mucho tiempo-le regaló una sonrisa seductora y se encaminó hacia su cuarto dejando al joven allí confundido.
-¡Espera!-gritó el siguiéndola. Se metió a su habitación y cerro con llave la puerta para que nadie los molestara-¿Qué quieres decir?-preguntó mientras ella se sentaba en el tocador y empezaba a sacar los clips de su cabello.
-Tuve una visión, la misión de la que Snape habla, no funcionara-dijo tranquilamente mirándolo a través del espejo
-En verdad ¿crees que Potter pueda ganarle?-preguntó nuevamente curioso, nunca se había puesto a pensar en esa posibilidad, ¿realmente San Potter era capaz de vencer al señor tenebroso?
La joven se levantó sin decir nada, y se acercó a él con una sonrisa seductora y pasó sus brazos por detrás de su cuello.
-¿enserio quieres saberlo?-preguntó enarcando una ceja mientras una sonrisa se extendía por el rostro del rubio
-La verdad no me interesa-respondió el tomándola de la cintura y acercándola a él-tenemos asuntos pendientes-
La pegó a su cuerpo y no perdió tiempo en besarla. Sus labios se amoldaban perfectamente a los suyos, parecían hacer una danza perfectamente coordinados, el rubio sintió como la joven mordió ligeramente su labio inferior logrando que su camisa y el resto de su ropa comenzaran a sofocarlo. Sus manos viajaron lentamente desde su cintura hacia su trasero, apretándolo ligeramente logrando que la joven sonriera en medio del beso.
Draco sintió las manos de la joven revolver su cabello, y las uñas acariciar su nuca, ni siquiera lo pensó, caminaron lentamente hacia la cama de la chica y ella se dejo caer, dándole al chico una vista que lo hizo sonreír.
La chica estaba completamente despeinada, su vestido estaba levemente levantado dejando a la vista sus piernas pálidas y sus labios hinchados por los besos intensos.
-¿te gusta lo que ves?-preguntó la chica enarcando una ceja lo que hizo al joven sonreír con egocentrismo
-Eh visto cosas mejores-bromeó sabiendo que era mentira. Nunca había sentido ese fuego interno por nadie, el se había acostado con la mitad de Hogwarts, incluso Pansy que era la chica a la que había elegido para casarse era solo un pasatiempo al contrario de esta niña.
La chica sonrió seductoramente mientras se sentaba en la cama, enderezándose y llevando sus manos hacia atrás de su vestido.
-No lo creo-repuso segura ella desabrochando su sostén de encaje negro y quitándoselo sin sacarse el vestido, dejando traslucir sus pezones a través de la tela.
El joven perdió la cabeza en ese momento, se aflojó la corbata sacándola de su cuello y se recostó sobre la joven, entre sus piernas mientras comenzaba a besar su cuello y pasaba una de sus manos bajo el vestido, su respiración se agitaba, podía sentir su entrepierna frotándose contra el bulto de su pantalón, haciendo que su mente se nublara completamente sin pensar otra cosa por ella que necesitar follarsela allí mismo. Hacía mucho tenia sueños húmedos con la joven, muchas veces se encontró cogiéndose a Pansy mientras decía su nombre lo que la rubia intento ignorar por mucho tiempo, la veía pasar con esos vestidos, imaginándose como se los arrancaba a mitad del pasillo de la mansión, acorralándola contra una de las paredes y follandosela junto a los cuadros. Mucho tiempo pensando en ello.
Y ahora estaba allí, sobre ella, la tenía a su merced sobre la cama, y podría hacerle lo que él quisiera, y no escaparía esta vez.
Apretó con fuerza el trasero de la joven, mientras ella pasaba sus manos por la marcada espalda del chico, dejando pequeños rastros de sus uñas en ella. Soltó un pequeño gemido cuando el rubio mordió el lóbulo de su oreja, sentía la humedad comenzando a presentarse entre sus piernas, el calor esparciéndose por la parte baja de su estomago, el deseo de necesitar al joven dentro de ella.
Jadeó levemente cuando el rubio bajo dejando un camino de besos hasta su escote, su mano viajo de su muslo a sus hombros, despojándola de los breteles de su vestido y bajándolo lentamente hasta dejar al descubierto sus senos, con los pezones erectos de la excitación.
El joven sonrió mirándola con sensualidad, dejó una de sus manos en la espalda baja de la joven, apretándola contra sí mismo mientras frotaba su bulto contra las bragas de la chica, y comenzó a besar y mordisquear sus pezones.
Con su otra mano, acarició uno de sus senos, masajeándolo con apremio mientras la chica gemía ante el juego previo que se desarrollaba. Pero decidió actuar ante la necesidad de tocarlo.
Desabrocho su camisa con rapidez, al igual que el cinto y el cierre de su pantalón, e introdujo una de sus manos dentro de este, pasando el bóxer color verde y tomando firmemente el miembro del rubio, logrando que este jadeara cuando comenzó a masajearlo, tirando de él hacia arriba y hacia abajo, logrando que el joven tuviera que contenerse de no terminar allí mismo.
Estaba jugando con él, sabía lo que ella provocaba en su cuerpo pero no pensó que podía sentir placer hasta tal punto, se dejo agasajar por unos minutos hasta que ella ralentizó el movimiento, para luego comenzar a moverse con rapidez de nuevo, alargando el momento. Lo volvería loco pero dos podían jugar ese juego.
Terminó de quitarle el vestido, logrando que quede solamente con sus bragas.
-¿no crees que es injusto?-preguntó ella con un puchero mientras observaba como ella tenía solo su ropa interior, y el aun tenia puesta la camisa desabrochada, el pantalón y sus bóxers.
-preciosa la vida no es justa-murmuró él en su oído mientras la acorralaba nuevamente contra las sabanas-pero eso podemos arreglarlo-
Con un movimiento de pies quitó sus zapatos mientras ella le bajaba los pantalones de un tirón, quedando solamente en bóxers. La joven soltó una pequeña risilla mientras el chico comenzaba a besar sus labios, tomando con una de sus manos y llevándola detrás de su cabeza, contra el cabezal de la cama, y con la otra acariciaba levemente su pierna, desde su rodilla hasta su muslo, finalmente terminando en su cintura donde bajó sus bragas de encaje negro, sintiendo el sonido que estas hacían al romperse. Soltó un pequeño grito de placer al sentir los dedos del joven adentrándose entre sus labios, llegando al interior de su vagina, moviéndose rítmicamente haciendo que el calor dentro de sí aumentara, dándole la sensación de que terminaría allí mismo, lo peor era sentir la necesidad de tocarlo, de acariciar todo su cuerpo y no poder hacerlo debido a que el muchacho sostenía ahora ambas manos.
-Draco...-gimió por lo bajo con desesperación al sentir que no podría seguir aguantando, el rubio sonrió con venganza satisfecho de lograr que la joven dijera su nombre.
-no logre oírte...-murmuró haciendo que su aliento chocara en su oído, mientras el calor dentro de la joven seguía creciendo, cerró ambas piernas intentando contenerse, mientras el chico seguía moviendo rítmicamente los dos dedos que había introducido dentro de ella.
-¡Draco!-gritó ella ahora abriendo los ojos mientras arqueaba su espalda intentando liberarse, a lo que el rubio entendió que era el momento, terminó de quitarse los bóxers y se introdujo dentro de ella comenzando a penetrarla.
No fue suave ni romántico, fue violento y brusco, ambos estaban quitándose de encima toda esa tensión sexual que los rodeaba siempre que se encontraban juntos. La velocidad comenzó a aumentar, mientras ambos disfrutaban el momento, Draco se aferró al cabezal de la cama para darse más estabilidad, mientras esta se movía con violencia, las sabanas estaban caídas en el suelo, mezclándose con la ropa de ambos, ambos mantenían la mirada firme en el otro, alcanzando el clímax al mismo tiempo, soltó un gemido de placer al correrse dentro de ella, sintiendo como ella también lo hacía, jadeó en busca de aire unos segundos, para luego apartarse, dejándose caer en la cama junto a la chica quien respiraba entrecortadamente.
No se dijeron nada durante algunos minutos, tratando de recuperar el aliento después de el salvajismo con el que ambos se habían atacado, el pelo blanco de la joven se esparcía por las almohadas perdiéndose allí, completamente despeinado dándole un aire sexy.
Se giró poniéndose sobre el pecho del chico, mientras el pasaba su brazo por su cintura, atrayéndola a él nuevamente, logrando que la joven sonriera y comenzara nuevamente a besar su cuello, mordisqueando el lóbulo de su oreja.
-Eres malvada-rió el por lo bajo, cerrando los ojos mientras se dejaba llevar por sus besos-debería castigarte- muchas ideas corrieron por su cabeza.
-¿pero sabes qué?-preguntó ella acercándose a sus labios, mordiendo levemente su labio inferior, haciendo que el chico soltara un suspiro relajado-me toca a mí hacerlo-
No tardó mucho en bajar su cabeza hasta la entrepierna del chico y jugar con su miembro mientras sentía la mano de el en su cabeza, acompañando el movimiento que hacia ella al lamerlo, jugando con su lengua y succionando, para luego de unos minutos sentarse sobre el y seguir con dándose placer mutuamente, llenando ambos el vacio que sentían en su interior.
Porque a pesar de estar disfrutando la situación, encontraron sin darse cuenta un consuelo el uno en el otro, ambos liberaron la tensión que sentían días atrás con la presencia del señor tenebroso en la casa, olvidaron completamente sus problemas saciando su sed pasión y sexo.
Draco comprendió tarde mientras la observaba dormir, mientras ella le daba la espalda, dejando a la vista el hermoso tatuaje que la adornaba dándole un aire angelical, que no era solo un capricho como había pensado al principio. Creyó que luego de follarsela hasta hartarse, el problema se solucionaría.
Que equivocado estaba.
Un nuevo sentimiento nació en el logrando que frunciera el ceño, sin lograr conciliar el sueño. Tenía esa picazón en las manos que se generaba cuando dejaba de tocarla por mucho tiempo, esa extraña molestia en la boca de su estomago cuando pensaba en que no era completamente de él. Podía imaginarse al mortifago Ethan tocar su cintura brevemente, acariciar su espalda, e incluso besar los labios que a él le pertenecían. Enojo, furia, molestia, diferentes emociones que terminaban en una sola conclusión. Celos.
Pero sonrió al saber que era él quien estaba ahora observando su cuerpo desnudo, y no el estúpido mortifago. El iba a ser el único que podía poseerla, el único que la haría gemir su nombre todas las noches hasta el hartazgo. Se acercó posesivamente a ella, besando sus alas y pasando un brazo por su cintura para pegar su espalda a su pecho.
Porque ella era suya, y el no compartía sus cosas con NADIE.

Un Mortifago Angelical - Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora