Capitulo 42

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Otro capítulo, espero que les vaya gustando La historia, gracias por seguirme y votar! Comenten y pulsen La estrella!

Elisa Barbará Hamilton, 30 de Mayo de 1958

Hice pruebas, hechizos, pociones, incluso me uní a un grupo de Brujas de Salem especialistas en linajes de sangre, pero lo único que logre descubrir era que proveníamos de una antigua familia sangre pura que se casaban entre sí para mantener su linaje.
¿Es posible que el hecho de que la mescla entre los de su misma sangre haya causado una mutación genética en nuestro ADN? ¿Puede ser la endogamia culpable de nuestros dones?
Por otro lado encontré un Profesor de la escuela Ilvermorny especialista en Mitología y leyendas Mágicas de todo el mundo. Trabajando juntos encontramos algo en los libros de algunos creyentes católicos de algunos siglos atrás.
Ellos tienen la creencia que todos nosotros tenemos ángeles guardianes, estos guían a las personas hacia el camino correcto, y las protegen de todos los males.
Ya lo sé, suena imposible. Pero ¿es posible que mi deber en este mundo sea cuidar de una persona en particular? Ariana Dumbledore fue la persona a la que mi madre debía salvar si seguimos este camino, y al no cumplir su misión no tenía nada más que hacer en la tierra.
¿Ángeles Guardianes? ¿Mutaciones genéticas? Todo es muy disparatado y ya no se qué pensar.
Las visiones están enloqueciéndome, ya no puedo ocultarlo por mucho más tiempo de los que me rodean, pero aun no tuve ninguna profecía como mi madre lo hizo, tal vez no es mí tiempo.

Esa noche no tuvo la presencia de Draco en su habitación, estuvo leyendo el diario de su madre hasta las 3 de la mañana, y después se le hizo imposible dormir.
Se giró en su cama colocándose de costado, y llevo su mano hacia el nacimiento de su tatuaje en la espalda. Todo era muy confuso, ¿un ángel? Imposible que lo fuera.
Era despiadada, era cruel, mataba personas sin piedad alguna, esas no eran cualidades de un ángel. Aun recordaba el día en que se hizo el tatuaje. Fue dos días después de la muerte de su madre, ella si podía ser digna de llamarse así.
Evangeline era la bondad en persona, amable, inteligente, divertida, generosa con los carenciados, y hermosa como jamás había visto a nadie sobre la tierra.
Eres hermosa, tu aspecto parece casi el de un ángel... un ángel con sed de poder y sangre
Aun recordaba lo dicho por Voldemort esa misma noche, pero ni siquiera estaba segura de creer en dios.
Dios para ella era solo una manifestación de las personas, la necesidad de creer que alguien superior a ellos podría salvarlos de los pecados cometidos, era la fe de la gente. Solo eso. ¿Dios existía para ella? No. O al menos esa fue su creencia todo este tiempo.
¿Pero si existiera? ¿Pondría ella su fe en alguien como dios? Definitivamente no.
El había pedido la vida de su hijo a cambio del perdón de toda la humanidad. El había matado a miles de personas a lo largo de toda la historia de la biblia y mas luego de ello, Inundaciones, incendios, Plagas, muchas desgracias había golpearon a los seres humanos durante toda su existencia ¿Dónde estaba dios en ese momento? ¿Dónde estaba dios ahora que Voldemort se apoderaba de la vida de toda esa gente?
No pondría su fe en el aunque existiera, eso era definitivo.
Sintió el relieve de su tatuaje entre sus omoplatos, se removió incomoda pensando en todo acerca de la religión y lo escrito en el diario.
Fue alrededor de las cuatro de la mañana cuando se levantó de su cama y salió de la habitación, golpeando la puerta de junto.
No escucho ruido alguno adentro, por lo que decidió entrar. Con un movimiento de varita, destrabó la puerta de madera y entró a la habitación haciendo el mínimo de ruido posible.
El rubio dormía boca arriba con el ceño ligeramente fruncido, estaba en ropa interior y las sabanas de su cama estaban completamente desordenadas. Su pecho subía y bajaba lentamente, y su cabello desordenado caía ligeramente sobre su frente, no parecía enterarse de que había alguien allí.
Gateó lentamente sobre la cama y se acomodó junto a él apoyando su rostro sobre su pecho. Draco se removió ligeramente, y aun sin abrir los ojos supo que era ella la que estaba allí. Su olor característico a flores inundaba sus fosas nasales, su piel suave la reconocería aun entre miles de personas, con inercia movió su brazo hacia su cintura atrayéndola a él, hundió su rostro en su cabello y inhalo profundamente disfrutando su victoria. Esta vez ella había venido hacia él.
-¿Alguna razón por la que te aparezcas a estas horas en mi habitación?-preguntó el rubio con voz algo ronca por las horas de sueño anteriores
-¿Crees en la existencia de dios?-preguntó Hannah elevando su rostro y observándolo fijamente, Draco abrió sus ojos y la vio detenidamente. Había un brillo extraño en ellos, la situación en sí lo era.
Ella parecía una persona diferente, incluso le causó algo de ternura en su interior, no traía esa mascara de frialdad que siempre tenía con todas las personas a su alrededor, algo había cambiado en ella.
-No lo sé, no había pensado en ello-respondió el con tranquilidad-¿porque lo preguntas?-
-Curiosidad-respondió ella encogiéndose de hombros mientras una sonrisa traviesa cruzaba su rostro
-¿Enserio? ¿Vienes a las cuatro de la madrugada a mi cuarto y me preguntas sí creo en dios solo por la curiosidad?-preguntó el enarcando una ceja
La joven soltó una carcajada sorprendiéndolo, su voz sonaba tan delicada y atrayente que le recordaba a las sirenas de los cuentos donde cantaban para atraer a los marineros a la costa y después comérselos
-No vine con ese objetivo Draco Malfoy-respondió ella para luego sentarse a horcadas sobre él, con sus manos sobre su pecho, acariciando su piel-Vine en busca de algo mas...-sus labios comenzaron a besar su cuello, mientras las manos del joven iban a parar a sus muslos
-No lo sé, no tendré sexo contigo hoy- imitó él con burla sobre la noche anterior-aunque tal vez puedas convencerme-
Pudo sentir la sonrisa en los labios de Hannah mientras ella besaba debajo de su oreja para luego sentir un pequeño mordisco en el lóbulo de la misma. Un pequeño gemido salió de los labios del joven mientras ahora el rodaba sobre la cama y la ponía debajo suyo.
-Me convenciste- dijo divertido ante una pequeña risa de la joven.
Al menos se tenían ambos para distraerse de toda la oscuridad que se les vendría encima.
Se despertó muy temprano esa mañana, se levantó sin que el rubio despertara y se colocó una bata para ir a su cuarto, allí se baño y se vistió con unos shorts de cuero junto con una remera azul oscuro y unos tacones del mismo color.
Peinó su cabello hacia un lado, dejándolo algo rebelde y solo se delineó los ojos.
­-señorita ¿quiere que le lleve el desayuno a el jardín?-preguntó una elfina vestida con un saco de papas mientras retorcía sus manos nerviosa en su vestimenta.
-si-fue lo único que respondió antes de dirigirse al jardín delantero.
Sus tacones se hundieron en la piedrilla del camino, mientras se dirigía a la fuente de agua, últimamente pasaba mucho tiempo allí. Con sus manos levantó un poco de agua observando su reflejo en el. Luego se levanto y se dirigió a los rosales ara poder desayunar.
Las tostadas y el jugo de calabaza fue lo que le trajo la elfina. Desayunó mirando el profeta donde informaban los cambios del gobierno, el ascenso de Pius Ticknees como ministro de magia y cosas por el estilo.
-¿Sabes? No me gusta que desaparezcas por las mañanas-gruño el rubio molesto sentándose frente a ella mientras terminaba su jugo.
-¿prefieres que nos acurruquemos?-preguntó la joven con burla
El rubio se carcajeó ante la idea de tener algo tan ridículo como ello. La Joven vio a Narcissa llegar hacia ellos, bajo sus ojos había unas notables ojeras que ya no se molestaba en cubrir, llegó a ellos con una pequeña sonrisa al verlos juntos. Sabía que algo estaba ocurriendo, mas aun desde que le había dado el consejo de cortejarla a su hijo.
-Madre, ¿quieres desayunar?-preguntó el rubio mientras se levantaba para recibir a su madre-puedo pedirle a los elfos que te preparen algo-
-Te lo agradezco hijo, pero ya desayune-respondió ella mirando a su hijo con adoración-en realidad venia por Hannah, hay un hombre preguntando por ti en...-
-¡Hannah!-gritó Ethan desesperado corriendo hacia la casa-Aquí estas, ¿Dónde te habías metido? Te estuve buscando por todos lados-gruño molesto
Hannah volteo los ojos y Draco bufó con molestia mientras se sentaba de nuevo y volteaba a ver a otro lado.
-Señor Bornes-le reprochó Narcissa de brazos cruzados-le pedi explícitamente que esperara en la sala-
Ethan iba a replicar algo pero Hannah se levantó bruscamente de su asiento y tomó el brazo del Mortífago y desapareció de allí.
-¿Qué acaba de pasar aquí?-preguntó Narcissa confundida.
-Te dije que nadie podía saber de nuestra relación-le dijo molesta la peliblanco al Mortífago luego de aparecer en el bosque de Dean.
-Es que quería verte...-dijo triste él, viéndola caminar de un lado a otro, siguiéndola con la mirada-¿tú no querías verme?-
Hannah suspiró armándose de paciencia, si dejaba que su molestia la invadiera podría mandar todo el plan a la mierda.
-Creí que estabas intentando algo con Hannah-dijo Narcissa a su hijo sentándose donde la joven estaba anteriormente-¿acaso te arrepentiste hijo?-
-Madre no hablaré de esto contigo-respondió el rubio frustrado, ¿Por qué tenía que aparecer Ethan a cagarlo todo?
-No es que no quiera verte, simplemente no pueden saber que estamos juntos-respondió Hannah fingiendo un puchero-¿podrías hacer eso por mi?-
-¡pero quiero gritarle al mundo que te amo!-dijo desesperado el hombre-¡Me importa una mierda el señor tenebroso!-
-¿tienes problemas hijo?-preguntó Narcissa preocupada-los eh visto juntos estos días, sé que hay algo entre ustedes-dijo con una pequeña sonrisa-solo quiero lo mejor para tu futuro-
- Entiéndelo Ethan, el señor tenebroso me necesita en estos momentos, pero prometo que cuando todo esto acabe, no nos esconderemos más-
-A mí también me preocupa mi futuro madre-dijo el rubio pasando una mano por su cabello, mientras se inclinaba hacia adelante y bajaba la mirada-hay cosas que no entiendo aun pero prometo contarte cuando todo termine...-pero fue interrumpido cuando su marca tenebrosa en su brazo izquierdo comenzó a arder con ansias.
Gimió de dolor cuando la marca comenzó a irritarse, mientras Ethan se acercaba a ella preocupado.
-El señor tenebroso me necesita-dijo luego de un momento, hacia mucho no utilizaba la marca tenebrosa para llamarla, debía ser alguna misión. Se acercó al Mortífago lentamente y siguió-Recuerda lo que me prometiste-le pidió mirándolo a los ojos acariciando su mejilla lentamente-Te contactaré pero no puedes aparecerte así-el hombre asintió para luego posar tiernamente sus labios sobre los de ella-Adiós-
-Señor-saludó ella cuando llegó al despacho de Lucius, El señor tenebroso se encontraba mirando por la ventana parado con la vista perdida, mientras que junto a él, frente al escritorio, un rubio cabizbajo sentado como si fuera un niño regañado por su director.
-Oh Hannah esperaba hablar contigo-respondió el volteando al verla, ella inclinó la cabeza con respeto y se sentó junto al rubio mientras el señor tenebroso rodeaba el escritorio-Tengo una misión para ti-

PD: no quiero ofender a nadie con temas religiosos, el punto de vista de Hannah es el mío, cada uno tiene su visión de La vida.

Un Mortifago Angelical - Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora