Capitulo 29

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Un capítulo más para un domingo por la noche, disfrutenlo beibis

•El silencio reino en todo el comedor, Narcissa se decidía entre sentir alivio de que algo desarmara ese compromiso, o enfurecida por que su hijo había sido vilmente engañado. Lucius miro a su hijo inspeccionándolo, decidiendo si matarlo o sonreír por su astucia, mientras que los Sres Parkinson estaban mortalmente indignados con la acusación. Hannah sonreía abiertamente mirando la discusión y Pansy estaba estática en su sitio, sin defenderse, con las lágrimas apunto de derramarse.
-¡Esto es insultante!-grito el señor Parkinson- ¡Mi hija jamás haría algo como eso! ¡Discúlpate inmediatamente muchacho!-golpeo nuevamente la mesa, mientras su mujer lo apoyaba completamente.
-Draco, hijo-lo llamo Lucius mientras los otros seguían insultándolos-espero que tengas pruebas para una acusación tan terrible-
Draco pudo verlo, los ojos de Lucius brillaron con algo de orgullo, él sabía que si Draco había dado este paso sin avisarle es porque tenía prácticamente el juicio ganado, y su cuenta de Gringotts crecería considerablemente.
-les daré mis propios recuerdos si así es necesario, señor Parkinson, ¿usted sabe donde estaba su hija anoche?- repitió la misma pregunta que Hannah le hizo a él anoche.
-Por supuesto que lo se-respondió completamente ofendido el hombre-se encontraba aquí contigo muchacho asique no intentes engañarme-lo señalo con su dedo amenazantemente
Draco dirigió su mirada de nuevo a su prometida, la cual ahora se encontraba sollozando mientras tapaba sus ojos, y su madre intentaba consolarla diciéndole palabras bonitas, el rodo los ojos ante el espectáculo, Hannah solo pudo evitar no reír ante la mirada de disgusto de Narcissa.
-su hija se retiró en cuanto la fiesta acabo señor-le informó el rubio con tranquilidad al hombre furioso frente a él-pero si no quiere creerme...puede preguntarle a los elfos, o ver mis recuerdos, yo la vi entrar al bosque detrás de la mansión con uno de los Mortifagos de la última línea, un miserable peón de este ejército, mucho mayor que ella, la vi ensuciar asquerosamente parte de la tierra en donde vivo-
-¡Ya basta!-grito fuertemente el padre de Pansy-¡Quiero pruebas!-exigió con el rostro rojo de ira.
-Con gusto-dijo Lucius fríamente, chasqueo los dedos, haciendo aparecer a uno de los elfos-trae el pensadero, ¡Ahora!-ordeno rápidamente
-¡No padre!-hablo por primera vez Pansy saliendo de su mar de lagrimas, se levanto de la silla donde se encontraba, quitándose de encima a su madre, abalanzándose sobre su padre-¡No lo mires! ¡Es verdad! Yo estuve con aquel hombre-confeso entre lagrimas mientras su padre la observaba sorprendido, el PLOP del elfo fue lo único que se escucho, quien venía con una especie de bandeja redonda-yo lo engañe-termino de decir para romper en un desesperado llanto
-¿tú te atreviste a engañar a mi hijo bajo nuestro territorio?-preguntó Narcissa enfurecida mirando a la joven con desprecio, ya nadie quedaba sentado, solo Hannah que disfrutaba el espectáculo con una pequeña sonrisa-¿te atreviste a manchar mis terrenos con tu vulgaridad? los quiero fuera de aquí-
-Larguense, creo que tiene razón Sra Parkinson, la mitad de la fortuna será lo justo por el daño que le han hecho a nuestra familia-concordó Lucius con su esposa, mirando a todos fríamente y con superioridad, había ganado el juego de negocios y estaba feliz.
-¡Solo quería alejarlo de ella!-gritó desesperada Pansy cuando su padre le dio vuelta el rostro de una bofetada, en ese momento todos observaron a la joven sonriente sentada en un costado, pasando desapercibida-¡Ella es Malvada! ¡Mato a nuestro Alexander! ¡Quiere quitarme a mi Dracki! ¡lo planeo todo desde un principio!-
-Es una lástima que mi matrimonio con Alexander Parkinson haya terminado de esa forma, Pansy-dijo con sarcasmo la niña, mientras la miraba fijamente, Draco sintió un escozor en las manos cuando lo mencionó, tenía ganas de golpear algo, o tal vez era la ira acumulada del momento-Pero mírale el lado positivo, eres una solterona infiel pero aun estas viva ¿no?-pregunto riendo con gracia
Pansy gritó frustrada asustando al pobre elfo que traía el pensadero, quien con un movimiento de mano de Lucius se retiró rápidamente, y Salió corriendo en dirección a la joven, olvidándose completamente de su feminidad y su varita, queriendo aventarse encima de Hannah quien se levantó rápidamente de su asiento y esquivaba con facilidad cada golpe, con sus ojos completamente blancos y una sonrisa de niña buena en su rostro, ni siquiera era necesario que usara sus manos, las cuales tenía en su espalda.
-¡Pansy!-la reprendió su padre, sosteniéndola del hombro, y arrojándola contra su madre quien lasostuvo fuertemente para que no se fuera encima de la jovencita, luego se giróhacia Hannah-¿Está usted amenazando a mi hija?-pregunto Abraham enfurecido, acercándose amenazante a la chica que se levantó de su asiento, con el mentón arriba y la mirada tan fría que podría helarle el alma hasta el mas peligroso de los dementores.
Draco intento ponerse junto a Hannah para que el hombre no se le fuera encima, incluso Lucius apoyó su bastón de manera amenazante en su hombro, deteniendo su paso. No tenía su varita, ya que el señor tenebroso la estaba utilizando, pero la varita nueva que tenía junto a él, si bien no funcionaba perfectamente, podría utilizarla para lanzarle el más poderoso Crucio de toda su vida.
-Vigile que su hija no se meta en mi camino...Sr Parkinson, o no me temblará la mano a la hora de arrebatarle la vida a otro Parkinson-le siseó en el rostro, para luego sonreír ampliamente.
Abraham Parkinson se alejó pálido de ella, podría ser una simple adolescente, pero era más intimidante incluso que Bellatrix Lestrange. No parecía cuerda completamente, sus ojos azules y trasparentes trasmitían una frialdad inimaginable, que te erizaba los bellos de los brazos y la nuca del miedo, su estatura si bien era algo baja, imponía respeto con su postura, sus hombros atrás, su pecho inflado de odio y coraje, su mentón arriba, sus ojos sin acobardarse de amenazar a un hombre mucho más grande que ella, sin mirar al piso ni un segundo y sin mirar algo que no fuera sus ojos. El hombre retrocedió unos pasos solo para tomar a su hija Bruscamente del brazo y arrastrarla mientras esta gritaba.
-Te veré con mi abogado Lucius-le dijo al detenerse junto a él para salir de la habitación, junto su mujer y su hija
-¡Está demente! ¡Ustedes la vieron! ¡Completamente loca!-gritaba Pansy hasta que desaparecieron por la puerta principal. Luego el salón se hundió en completo silencio nuevamente
-Draco-lo llamo Lucius a su hijo, haciendo que este volteara a verlo, tragando saliva. Se esperó una gran reprimenda por no haberle avisado de sus planes, pero quería manejarlo solo-Debiste decirme-
-Lo siento padre-fue lo único que dijo, pero sonrió levemente al ver la cara de Lucius cambiar de Frialdad a orgullo.
-Gran jugada-fue lo único que dijo antes de retirarse a paso firme, saliendo de la habitación directo a su nuevo estudio, seguramente a redactar los papeles de separación.
-Hijo-le dijo dulcemente Narssisa acariciando su mejilla, Hannah nunca la había visto dar una muestra de afecto tan cercana a alguien jamás-Estoy tan orgullosa de ti-sus ojos eran brillosos, por primera vez de felicidad en meses-Hannah, eso fue muy descortés de tu parte- la reprendió la mujer a la joven, ganándose un pequeño puchero de niña buena
-Lo siento Narcissa-fue lo único que dijo antes de saludar con una pequeña inclinación y retirarse a sus aposentos
-Deberías cortejarla-le dijo Narcissa a su hijo, ambos viendo como la chica se marchaba a su habitación-ahora que no tienes compromiso-
A Draco se le congeló el corazón un minuto antes de comprender lo que su madre le pedía, quería que cortejara a Hannah Hamilton, y no había pensado que ahora era libre de hacer lo que se le antojaba cuando quisiera.
-Lo pensare-respondió dudoso luego de unos minutos, para recibir una caricia en su cabello de parte de su madre y una risilla.
Al fin estaban saliendo las cosas bien para su familia.

Un Mortifago Angelical - Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora