Extra

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Bueno, la verdad dudé mucho en publicar este extra porque la verdad no me gustó como quedó pero creo que todos lo merecíamos así que vengale pues

La vida se había vuelto monótona para su parecer.
Tener un objetivo que cumplir le daba ganas de estar viva, pero ahora que había cumplido su objetivo ¿Que era lo que debía hacer con su vida?
Iba a visitar a Narcissa algunas veces, cuando sabía que el rubio no estaba en la mansión. También tenía que presentarse con una medimaga especialista en psiquiatría por obligación de la corte, pero no hablaba con ella, y a ella tampoco parecía importarle tratarla. Caminaba por el callejón Diagon de vez en cuando pero la mirada de la gente comenzaba a molestarle por lo que no iba tan seguido. No tenía amigos ni familia, vivía sola en la oscura mansión Hamilton, la cual había renovado por completo, y aún así le repugnaba estar su propio hogar.
Necesitaba cambios. Necesitaba algo que la hiciera sentir viva nuevamente.
Observo el agua cristalina del lago donde la había encontrado el rubio hacía meses en los terrenos de los Malfoy. Se quitó la chaqueta y avanzó por el agua sin importarle mojar su largo vestido gris. El agua estaba fría.
Disfruto de la sensación de calma que ese lugar le daba. Sentía una conexión con algo en ese lugar.
Se adentro aún más, el agua ahora le llegaba a los hombros. Mojo su rostro, echando su cabello hacia atrás. Mirando así el cielo sobre ella.
Necesitaba que le dé una señal, necesitaba que Evangelina le dijera que hacer.
-no te sacaré de ahí de nuevo- dijo una voz a lo lejos
El momento de paz se interrumpió cuando vio al rubio en la orilla del lago, observándola de brazos cruzados. Tenía puesto una camisa blanca subida hasta los codos y unos pantalones de vestir, probablemente del trabajo.
-nunca te pedí que lo hicieras- le respondió molesta. Ella creía que ese día no estaría el rubio en la mansión-¿Que quieres?-
- son mis terrenos, puedo estar aquí si quiero- Draco se encogió de hombros, molestándola -¿Que quieres tú?-
La rubia bufo molesta mientras comenzaba a acercarse a la orilla, claramente en búsqueda de su ropa para huir de la mansión.
-me evitas- le reprocho el hombre mientras salía del agua, con su vestido goteando y pegado a su torso. Busco su varita en la chaqueta que dejó en la orilla, secándose a si misma por completo-ahora eres tu la que huye ¿a qué le temes?- pregunto observándola fijamente.
-yo no le temo a nada- respondió ella completamente molesta, con su chaqueta en mano y su varita en la otra, apretándola fuertemente.
-mientes- bufo molesto el rubio- ¿No crees que debemos hablar de lo que pasó?-
-estuve embarazada, perdí al niño, superalo, yo ya lo hice- respondió ella rápidamente mientras se giraba para salir caminando por el bosque, en dirección a la mansión para poder retirarse.
-te comportas como una niña- fue lo que dijo el a sus espaldas, haciendo que detuviera el paso.
Los dedos alrededor de su varita de pusieron blancos por la presión que ejercía sobre ella.
-¿Una niña?- pregunto ella dándose vuelta para así encararlo de frente- ¿Será tal vez por qué hasta hace unos meses atrás yo era una niña?- pregunto nuevamente furiosa- lo último que recuerdo es morir con 17 años para luego despertar casi 20 años después, discúlpame si no me comportó como deseas-
-se que muchas cosas cambiaron rápidamente para ti, pero no puedo comprenderte si me evitas como si tuviera Viruela de dragon- dijo ahora un poco menos molesto, intentando comprenderla
-¡No necesito ayuda!- grito molesta la rubia, incapaz de contenerse
- ¿Entonces por qué te alejas?- Pregunto furioso el hombre frente a ella, avanzando hasta invadir su espacio personal- ¿Que cambio entre nosotros?-
-¡Nada cambio!- grito ella nuevamente, últimamente se sentía desbordada de emociones- nada en estos casi malditos 20 años cambio, porque yo hace un año atrás estaba yendo a buscarte a la sala de menesteres intentando salvar tu trasero del fuego del fuego mágico- gruñó molesta intentando contener la ira.
Fue allí que el rubio no supo que hacer más que besarla. Comenzó como un impulso, tal vez estaba demasiado molesto, o quería que se callara, pero no era la primera vez que necesitaba sentir sus labios sobre ella nuevamente.
Y ella respondió igual de apasionada, descargando toda su frustración e irá en sus acciones.
Fue como si el tiempo nunca hubiese pasado. La sensación era la misma de antes, era como si sus cuerpos se reconocieran mutuamente. Las manos del rubio acariciaron su cintura con desesperacion, intentando  que su cuerpo quede grabado en su memoria.
Pronto ambos se quedaron sin aire, el calor había subido en sus cuerpos y sus respiraciones estaban aceleradas.
-nada cambio respecto a nosotros si es lo que te preguntas- dijo el rubio después de un momento de silencio-  me vi obligado a seguir con mí vida, pero no cambia lo que sentía por ti en ese momento ni ahora-
La chica respiro con fuerza intentando asimilar las cosas. No estaba acostumbrada a tantas emociones juntas.
- era verdad- dijo luego de un momento- lo que dije ese día, cuando casi morimos quemados por la maldición, era verdad- esquivo su mirada algo avergonzada por la confesión. Se sentía como una idiota hablando de sentimientos
-lo se- respondió el nuevamente con un suspiro, incapaz de saber cómo seguir ahora- solo ... Intenta no morir nuevamente- agrego con tono de burla
Un golpe en el hombro fue lo que recibió de la rubia frente a el, molesta nuevamente, pero esta vez en broma.
Río divertido antes de volver a besarla , incapaz de contenerse. Había perdido 20 años de su vida lejos de ella, no perdería un minuto más.

Un Mortifago Angelical - Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora