Epilogo parte 1

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Era normal que Severus Potter pasará más tiempo en la mansión Malfoy con Scorpius que en su propia casa quizás.
Ellos se encontraban en los límites de la mansión Malfoy ahora renovada. Luego de 19 años desde la guerra, ese lugar parecía el paraíso, ni rastros de la noche de horror que sufrieron 19 años atrás.
Aunque los fantasmas perseguían a algunos integrantes de esa familia tan peculiar.
Lucius Malfoy había recibido una condena en Azkaban finalmente. Mientras que Narcisa lo visitaba alguna que otra vez, el resto de los días se la pasaba en la gran mansión, siendo visitada por su nieto y el pequeño Potter.
Ya era una mujer adulta, su cabello era más canoso y su mente a veces perdía la compostura, pero seguía siendo ella misma cuando eso no ocurría.
Y ahora ella se encontraba vigilando a Scorpius y Potter, jugar en el límite de la mansion, tomando un jugo de naranja junto a su elfa Daisy con quién jugaba ajedrez alegremente. El día estaba nevado, por lo que estaban en una especie de invernadero que las protegía de la nieve.
Sintió como el aura de la casa le anunciaba la llegada de su hijo, el ahora hombre Draco Malfoy con su cabello engomado hacia atrás y su maletín en mano, cargando en la otra un guardapolvo de medimago parecía traer negatividad al hogar.
Y es que la vida de su hijo no había sido fácil después de todo.
-madre- la saludo el rubio con el rostro serio observando como los niños se perdían entre los arboles con puntas nevadas. Los terrenos eran completamente seguros hoy en día.
-hijo, qué placer tenerte aqui- le sonrió la mujer cariñosamente- Daisy, ¿Te molestaria traerle algo de beber a mí hijo?-
-con gusto señora- respondió encantada la elfina, quien saltó de su asiento y corrió al interior de la mansión por el trago preferido del joven
-¿Como estuvo tu día?- pregunto su madre mientras el tomaba el lugar donde la elfina se encontraba anteriormente
-agotador-murmuro  dejándose caer con pesades
-bueno, déjame decirte que pude hablar con los abogados de los Greengrass, y Astoria accedió a firmar el divorcio junto con la tenencia compartida de Scorpius- le informo su madre mientras el rubio exalaba de alivio al escuchar eso. Desde que se había separado de Astoria, fue más difícil lidiar con los padres de su esposa que con ella misma.
La elfina apareció a su lado, junto con un whisky, era una época de mucho frio y al menos esto le brindaba algo de calor en la garganta. Brindó por el éxito con su madre mientras aflojaba un poco su corbata cuando llego agitado corriendo desde la lindera del bosque.
-¡Papá! ¡Papá!-gritaba Scorpius mientras corría hacia el empapado de nieve, tal vez estaban jugando a la guerra de bolas de nieve- ¡Tienes que verlo! ¡Tienes que verlo!-
-¿Qué sucedió?- dijo el levantándose al instante, observando la falta del niño Potter en el lugar-¿Qué ocurre? ¿Donde esta Severus?-
-¡Esta en el lago! ¡Ven rápido!- grito el niño desesperado señalando hacia el límite de bosque.
El color bajo del rostro de Draco al instante imaginado lo peor, compartió mirada con su madre y salió disparado hacia donde su hijo salio minutos antes. Narcisa lo siguió rápidamente a su paso mientras era seguida por la elfina.
Maldita sea el niño Potter si se ahogó y congelo en el lago. Lo reviviré para matarlo a imperdonables pensaba para sus adentros el rubio mientras corría a toda velocidad, o al menos a la que su traje le permitía.
Por suerte su respiración se normalizó cuando llego junto al lago y el chico Potter estaba arrodillado junto a su hijo en la orilla.
El lago estaba completamente congelado, ni siquiera había una grieta en el.
-¿Están locos?- pregunto completamente molesto- creí que había ocurrido algo, no me asusten asi, lo que me falta es al auror cuatro ojos jodiendome el culo-
-¡Draco!- lo reprendió su madre llegando junto a el por utilizar malas palabras- niños  ¿que ocurre?-
-¡Hay una chica en el fondo del lago!- explicó Severus a Narcisa, que es a quien menos temor le tenia, puesto que el señor Malfoy le provocaba pavor.
-no hay sirenas en nuestros terrenos- bufo el rubio sin poder creer que le jugaban una broma unos niños
-¡no papá, no es una sirena, es una chica!- Scorpius se asomó nuevamente al lago donde apoyaba los guantes para poder ver mejor hacia las profundidades del lago.
Draco compartió una mirada con su madre, quien con una ceja enarcada le señaló el lago. El rubio bufo nuevamente.
Se acercó obligado a la orilla donde Severus y Scorpius se alejaron para darle espacio.
Luego acercó su rostro al frío hielo.
No podía ver nada.
Solo oscuridad se podía describir en el fondo del pequeño lago.
-yo no veo...- pero su voz se perdió luego de unos segundos. En el fondo, muy en el fondo, se veia un pequeño destello de claridad con movimiento, y algo de ropa. No creía que fuera una sirena.
-daisy lleva a los niños adentro y no dejes que salgan- ordenó rápidamente levantándose a la elfa, mientras se quitaba el saco
-si señor- la elfa tomo la mano de los jóvenes que empezaban a quejarse invadidos de curiosidad y desapareció del lugar con un chasquido.
-creo que tienen razón, es una chica- dijo Draco una vez que se fueron a su madre, dandole la prenda
-¿Crees que este viva?- pregunto Narcisa preocupada, lo último que necesitaban era encontrar un cuerpo en terrenos de ex mortifagos.
Draco le dio una mirada no muy alentadora, saco la varita de su bolsillo y con un movimiento de muñeca el hielo se derritió, lanzó un hechizo de temperatura a su cuerpo y se sumergió en el agua deseando que la persona en el fondo del lago este con vida.
No le tomo mucho llegar junto a ella, la oscuridad los rodeaba a ambos pero la joven parecía tener la piel extremadamente blanca y su cabello color claro lo que ayudaba a poder distinguirla, una vez a tuvo en brazos no lo pensó dos veces, pronunció un ascendió y fue impulsado a la superficie donde Narcisa lo esperaba completamente preocupada.
Tosió un poco mientras subía el cuerpo de la joven a la orilla. Narcisa ya con toallas calientes que daisy le acercó para luego volver con los niños, se acercó a ella para poder calentarla un poco.
Draco entrando rápidamente en su papel de médimago giro a la joven que estaba boca a bajo y corrió el cabello rubio largo de su rostro para poder ver si respiraba.
Al ver que su pecho no se movía comenzó un hechizo para quitar el agua que había ingerido.
Y luego, el sonido de la vida, la joven comenzó a toser con brusquedad.
Draco respiro nuevamente cuando la escucho entrar en estado conciente y se recostó a descansar sobre la orilla, el hechizo de calor comenzaba a perder efecto y el seguía mojado.
Fue cuando volteo a ver a su madre que se dio cuenta que algo andaba mal, Narcisa había dejado caer las toallas y veía a la chica quien aún tosía con brusquedad, con los ojos como platos.
Y fue cuando realmente la vio.

Un Mortifago Angelical - Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora