Capitulo 14

975 65 4
                                    

Me acaban de sacar una muela de juicio y acá estoy actualizando por que soy una gorda fan de draco malfoy...

•El año escolar comenzó mal para Draco, estaba nervioso por su misión, había contado sus planes a Blaise y Theodore, quienes se encontraban preocupados por él. El rubio se encontraba irritable, más de lo normal para él, se metía con cualquiera que encontraba, había dejado de lado sus tareas, por lo que casi nunca las tenía a tiempo, pero lo que más le jodía, era el hecho de que tenia al perrito faldero Potter pisándole los talones. No se conformaba con haberle roto la nariz en el tren apenas llegaron a Hogwarts, no, él quería mucho mas, sentía un gran odio dentro de sí que debía sacar al exterior, y él era la persona indicada.
Discutían en los pasillos cada vez que podían, y Draco sabía que él lo perseguía cuando creía que no lo notaba. Pero no debía distraerse con estúpidas peleas escolares en este momento. Su misión era matar al viejo, y lograría hacerlo cueste lo que cueste.
Mantenía correo con su madre casi todos los días asegurándose que Hannah Hamilton mantuviera su parte del trato (aunque lo sabía también porque no había sentido cambios sobre su juramento inquebrantable) Según su madre todo estaba perfectamente igual que cuando se había ido de la mansión, le pedía que se cuidara en cada una de las cartas, y aunque ella se lo ocultaba sabia que todo había empeorado en la mansión, no era la única con la que mantenía correspondencia.
Hannah Hamilton le mandaba una carta todos los jueves sin excepción, lo mantenía al tanto de los cambios no solo entre Mortifagos y reuniones sino también de sus visiones, lo había salvado de varios problemas con McGonagal aunque también había muchos que no había visto venir.
Y lo que tampoco se vio venir fue el esperar ansiosamente todos los jueves para recibir sus cartas, Pansy solía volverlo loco cada vez que esta caía sobre la mesa de Slytherin frente a él en el horario del correo, pero ese no era el único de sus problemas.
Estaba dando vueltas por los pasillos del castillo, sus nervios no lo dejaban tranquilo, era tarde en la noche, al día siguiente podrían visitar hogsmeade y allí utilizaría un plan de emergencia contra el decrepito anciano del director.
Entró con violencia al baño de niñas situado en el primer piso del castillo, tiró de su corbata verde para aflojarla sin importarle arrugarla o estropearla, y se apoyó en el lavamanos mientras observaba su reflejo en el espejo sucio de allí.
Estaba condenado. El armario evanescente estaba lejos de poder arreglarse, su plan del día siguiente difícilmente funcionaria, Potter pisaba sus talones cada vez más, y la vida de sus padres estaba en peligro.
De repente un sonido comenzó a llegar a sus oídos, y tardó mucho en darse cuenta que estos provenían de sí mismos, sollozos intentando ser contenidos con dificultad. Las lagrimas comenzaron a emanar de sus ojos mientras sentía que la histeria se apoderaba de él, observo su reflejo. Su cabello rubio estaba opaco y desordenado, sus ojos rojos e hinchados y su piel pálida como si estuviese viendo un fantasma…o tal vez a su padre, igual de miserable que él en esos momentos.
-No-murmuro para sí mismo desesperado mientras con manos temblorosas abría la canilla dejando correr el agua, y limpiando su rostro con ella-no, ¡NO!- gruñía con más fuerza al ver que su imagen empeoraba, incluso terminó lanzándole un puñetazo al espejo, quebrándolo en pedacitos-¡Demonios!-sus nudillos sangraban, y era agradable sentir algo distinto a esa acongojante angustia que llenaba su pecho.
Se sentó sobre el suelo de azulejos, y  descansó su cabeza sobre sus manos, intentando respirar con normalidad  y bajar el ritmo de los latidos de su corazón.
-Me matará-murmuró para sí mismo, sin saber que alguien lo espiaba desde los cubículos.
-¿te encuentras bien? –Preguntó una joven de cabellos negros y gafas, Draco rápidamente se levantó y la apuntó con la varita volviendo a su máscara de frialdad-¿Quién te matara?-preguntó nuevamente curiosa
Solo era Mirtle, pensó el aliviándose, solo un estúpido fantasma muerto con el cual nadie quería hablar
-No te incumbe fantasma-le respondió el mientras se daba vuelta y observaba  el espejo nuevamente, o lo que quedaba de él.
-Tal vez pueda ayudarte-Mirtle salió del cubículo y se posiciono detrás de él, donde podía verla a través de un fragmento de espejo
-¿¡que no entiendes?! ¡Nadie puede ayudarme! ¡Nadie! ¡Estoy solo en esto!-gritó exponiendo su ira ante ella, pasó con frustración su mano sobre el pelo, desordenándolo aun mas.
-Sé lo que se siente estar solo, tal vez necesites desahogarte, tal vez yo comprenda cosas que los demás no…-
El joven soltó un bufido, ahora se encontraba destilando su mierda con un patético fantasma.
-El me dio una misión, tengo que hacer algo muy malo y casi imposible-contó sin adentrarse mucho en dar información-y si no lo hago me matará, a mí y a mis seres queridos, yo… no sé cómo comenzar-
- ¿y con él, te refieres al señor tenebroso?-preguntó ella mientras un escalofrió recorría al joven de pies a cabeza al escuchar la pregunta la cual no respondió- estoy segura que ellos harían lo mismo en tu lugar, que cualquier persona lo haría.-
-cualquier persona no-respondió el imaginándose a los patéticos Gryffindors sacrificándose valientemente como héroes
-No, pero es valiente lo que haces, creo que es muy dulce de tu parte-dijo la joven trasparente frente a él, quien le devolvió la mirada dura ¿él una persona dulce? Definitivamente no sabía con quien hablaba.
-¿tú que sabes demonios sabes de mi? Tu familia debe haberse olvidado de la pobre y niña triste muerta en el baño del colegio, los demás fantasmas te ignoran, al igual que los alumnos, no eres nadie, solo un triste recuerdo de alguien a quien nadie le interesa-dicho esto salió a volandas del baño sin importarle la niña que había empezado a llorar desconsoladamente para irse directo a las cañerías por el retrete

Un Mortifago Angelical - Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora