capitulo 22

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•Se encontraban todos reunidos en el salón principal, el señor tenebroso se encontraba en el sofá, sentado con Nagini en su regazo.
-Dumbledore cayó desde la torre de astronomía, el castillo sufrió gran daño, dimos el primer golpe mi señor-dijo Snape con voz seria, inclinando su cabeza
-¿Quién lo hizo?-pregunto Voldemort acariciando la cabeza de su serpiente
Snape dirigió su mirada al rubio, Draco se encontraba junto a sus padres, con la cabeza gacha, luego miró a su amo nuevamente.
-Yo lo hice mi señor-respondió bajando la cabeza nuevamente, en señal de respeto.
Voldemort se levanto de su asiento, dejando a la serpiente en el suelo para que se vaya del lugar, su sonrisa era macabra, sus dientes amarillos y sus ojos rojos infundían temor en todo aquel que los mirara.
-Bueno, el niño pudo dejarlos entrar, y estoy de buen humor con el viejo Dumbledore muerto...aunque hubo algunas bajas...-su mirada se dirigió hacia la joven de pelo blanco, junto a los Carrow-tu esposo fue uno de ellos si mal no recuerdo-
La joven estaba palida, pero aun mantenía su sonrisa de niña inocente, su brazo estaba empapado de sangre, al igual que su vestido negro y sus botas.
-cayó dentro de Hogwarts-respondió ella sin dar detalles
Draco no se había dado cuenta que estaba allí, levantó la vista intrigado. ¿Alexander muerto? Observó el estado de la joven, parecía tener un brillo especial en los ojos... ¿acaso ella...? No, ella no sería capaz de eso... ¿o sí?
Hannah Hamilton de Parkinson... por ahora. Recordó el final de su última carta.
-ella lo mató-murmuró una voz quebrada que provenía de las filas del fondo, los mortifagos se abrieron dejando paso, dejando ver a una pálida y temblorosa Parkinson, la sonrisa de inocencia de Hannah, paso a ser una sonrisa sincera de disfrute. La había visto, la vio asesinar a su primo- lo-o... lo mato, yo-o lo vi, ella...ella lo degolló-la señaló con el dedo tembloroso-había sangre por todos lados-la joven rompió a llorar, mientras caía de rodillas, y la vista de el señor tenebroso fue hacia la joven de pelo blanco nuevamente.
-Alexander era uno de los mejores Hamilton, me satisface que hayas vencido a uno de los mejores-la felicitó, esa niña se estaba convirtiendo en su mejor mortifago, sangre fría y despiadada como pocos-pero temo que tengo que castigarte si eso es verdad, acércate por favor-
Hannah camino sin miedo hacia su señor, con sus brazos en la espalda como niña buena e ignorando el dolor de su puñalada. En ningún momento aparto la mirada de Pansy quien seguía lloriqueando, asqueando a los otros mortifagos.
Sabía que el señor tenebroso no la castigaría si viera sus pensamientos, por lo que lo dejo entrar a su cabeza solo por una fracción de segundos para que vea lo ocurrido en el castillo, dejando a todos expectantes.
Ambos con los ojos cerrados, concentrándose en los recuerdos hace unas horas ocurridos.
Una sonrisa se extendió en la cara del señor tenebroso.
-Bien, visto que fue un ataque de parte de Alexander Parkinson lo que provocó todo, no veo problemas con ello-fue el veredicto que dio-Dumbledore está muerto-rio como demente diciéndolo para sí mismo- ¡Dumbledore murió!-ahora todos los mortifagos rieron, siguiéndole el juego-ahora todo el juego a cambiado, ¡quiero a Harry Potter y lo quiero vivo!-
Los gritos de alegria llenaron la habitación, esta situación se ponía interesante.
La reunión finalizó y todos los mortifagos se retiraron a sus casas, excepto los Hamilton quienes se quedaron por solicitud del señor tenebroso.
Narcissa no podía sentirse peor, hace dos horas estaban reunidos allí con su amo, y la niña no paraba de sangrar, cada vez estaba peor. Felix estaba feliz, habían logrado un gran paso esa noche, y como gran deboto al señor tenebroso, él estaba feliz si su amo lo estaba...pero por otro lado, la muerte de Alexander Parkinson implicaba que si bien sus riquezas aumentaban, debía vivir nuevamente con su hija, lo que ponía sus pelos de punta.
-Muéstrame, muéstrame como sufren- había pedido el señor tenebroso a la joven. Ella se acercó paciente, colocó sus manos a ambos lados de su cabeza y sus ojos se pusieron completamente blancos, mostrándole lo que ocurría.
La sonrisa de Voldemort solo iba en aumento, Draco se había retirado de la habitación incapaz de quedarse allí por voluntad propia. Solo esperaba que su madre invitara a Hannah a dormir para poder hablar con ella en su habitación.
Lucius se encontraba junto a su esposa y Felix, observando la escena. Poco sabia de los poderes de la jovencita y poco le importaba, solo esperaba que todo saliera bien y su señor en algún momento lo perdonara, se sentía miserable, un perdedor, todos pasaban sobre él como si de un Elfo se tratara.
-Ahora al ministerio, muéstrame al ministerio-pidió nuevamente el señor tenebroso sin importarle que la joven se encontraba en pésimo estado. Hannah lo observó fastidiada y nuevamente le mostro lo que el quería.
-mi señor...-le dijo Narcissa con voz timida-Hannah necesita atención medimaga, ¿cree que podría...?-
-oh claro que si Narcissa-dijo una vez que Hannah sacó sus manos de su rostro- tendrás un gran futuro en mis filas querida-
Dicho esto ambas mujeres se retiraron a sus aposentos, Narcissa guió a una palida Hannah por las escaleras a su habitación, había perdido mucha sangre, necesitaría una poción para reabastecer su sangre de nuevo, y algunos hechizos para cerrarla, aunque dudaba que se cerrara del todo.

Un Mortifago Angelical - Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora