Capitulo 20

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•El día más esperado llego, ese día era la fecha límite que le habían dado, había logrado transportar un pájaro sin que sufriera daños y eso bastaba para su Amo. Ambos esperaban ese día por diferentes razones. Lord Voldemort había dado órdenes de que todos los mortifagos debían pasar por el armario, y eso incluía a la nueva pareja Parkinson de la cual él estaba orgulloso.
Era un día perfecto para un homicidio.
Draco se levantó lentamente de la cama de la enfermería, su cuerpo le dolía aun, pero todas sus heridas habían sanado, y la gran mayoría habían desaparecido. Tomó la ropa que tenía a mano, consistía en un pantalón de vestir negro y una camisa del mismo color. Salió de la enfermería cautelosa y con varita en mano, caminó por el pasillo y subió las escaleras hasta los corredores del séptimo piso y pasó tres veces por delante de la pared donde apareció una gran puerta de roble.
Las cosas inservibles se acumulaban dentro de la sala, pilas gigantes de tesoros perdidos o resguardados de la gente común. Caminó entre los objetos acumulados, y llegó hasta su objetivo y se detuvo delante de el.
Armonia Nectere Pasus susurraba por lo bajo, haciendo florituras con la varita en alto, terminó de cantar el hechizo y volvió a salir del lugar, ahora con el objetivo de la torre de astronomía.
Últimamente el chiflado y el cuatrojos se aparecían ahí tarde por la noche, y lo había descubierto por causalidad cuando una madrugada subió allí para despejarse.
Caminó por las viejas escaleras de la Torre. Escuchando voces desde el interior. Abrió la puerta bruscamente y encontró al viejo apoyado contra el barandal, tenía aspecto débil e intentó sacar su varita al verlo en posición de ataque pero con un Expelliarmus lo detuvo.
-¿Quién mas está aquí?-preguntó el rubio con ferocidad-¡Responda!-
Su mano temblaba, estaba frente al mismísimo Albus Dumbledore y debía matarlo, al mago más grande de todo el mundo, podría hacerlo trisas si quería.
-No hay nadie más aquí-respondió por lo bajo con dificultad, le costaba respirar. Ya no se molestaba en esconder la mano ennegrecida de la vista del joven.
-Lo escuche hablando viejo loco, ¡si hay alguien debe decírmelo!-gritó Draco con desesperación, acercando aun mas su varita a el.
-Draco…eres mejor que esto-dijo el profesor Dumbledore , su mano buena estaba sobre la baranda, y su mano negra se extendía hacia el muchacho, ofreciéndole protección –podemos ayudarte-
-No, el los asesinará, ¡me asesinará si no lo hago!-grito desesperado, ya no intentaba ocultarlo, era un muchacho, solo un niño, no podía matar a nadie, no servía para eso, era un inútil, incapaz de proteger a su familia.
-Matalo Draco-murmuró una voz junto a él, un aliento putrefacto chocó contra su cuello- ¡Matalo!- Bellatrix estaba cerca de él, lo sostenía por los hombros “reconfortándolo”
-No tiene las agallas-rió Fenrir Greyback junto a Bellatrix-su padre tampoco las tuvo-
Unos pasos apresurados se oyeron, la capa arrastrándose por el suelo, Severus Snape entro en el lugar, con paso firme y mirada inexpresiva.
-Severus…por favor…-suplicó el viejo, Draco observó a su padrino con atención, buscando una orden en el, pero solo miraba a Albus, con expresión indescifrable.
Avada Kedabra

Un Mortifago Angelical - Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora