Capitulo 10

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Buenaaas, otro cap de esta chica peculiar. ¿alguien ahí? Los capítulos los tengo ordenados de una manera más larga pero tengo que cortarlos para que no se hagan cansadores. Espero que les vaya gustando la historia

•Se levantó de buen humor aquel día, peinó su cabello en una trenza cocida, se colocó un vestido bordó y le sonrió a la imagen que su espejo le devolvía. Ese día Lucius había salido temprano a una misión del señor oscuro y Narcisa visitaría a Severus con Bellatrix Lestrange y el señor tenebroso estaría en su habitación como siempre. Era uno de los pocos días en los que la casa no estaba llena de Mortifagos.
Salió de su habitación al pasillo, y caminó hasta llegar a las escaleras de mármol que daban al primer piso, allí la abordó Ruffi, quien tenía la piel color morada en algunos lugares de su rostro.
-Señorita, el ama Narcisa le dijo Ruffi que la trate como de la familia, Ruffi quiere saber si quiere desayunar en el jardín que tanto le gusta a usted- le preguntó temeroso sin mirarla a los ojos
-Oh está bien Ruffi- le respondió sin detenerse a mirarlo, bajando lentamente las escaleras. Pronto sintió al pequeño elfo detrás de ella
-el amo Draco está con el señor Theodore y el señor Blaise en el jardín, pero le prepararé un gran desayuno y se lo serviré en los rosales lejos de ellos señorita-le decía mientras la seguía a las puertas traseras
-perfecto Ruffi-respondió sonriente, haciendo que el Elfo dejara de seguirla mirándola extrañado, no le había dirigido ninguna palabra de odio en todo el trayecto.
Desayunó entre los rosales, el elfo le había traído comida para al menos cuatro personas y se había ido a las cocinas rápidamente. Caminó entre las flores, observó que más allá de las rosas había narcisos, claveles e incluso margaritas. Los pavos reales se correteaban unos a otros, a lo lejos, una lechuza revoloteaba por los arboles, intentando ocultarse de su vista. El día era perfecto.
Volvió a entrar a la mansión después del mediodía, una música fina sonaba de fondo, pasando la sala de estar, cerca de donde se encontraba la ex oficina de Lucius, ahora lugar donde Voldemort se encontraba con Bellatrix Lestrange, Colagusano, y algunos otros Mortifagos más conocidos (de los cuales se denominaba “los caballeros de Walpurgis” entre los demás de baja posición entre las filas), siguiendo mas allá de la biblioteca de los Malfoys, se encontraba la sala de entretenimiento.
Se escuchaban finas notas musicales desde una gran puerta entreabierta, escuchó atentamente lo que parecía ser un piano y sin hacer ruido entró en la habitación. Esta era un lugar de recreación, había pinturas a medio hacer, de las cuales la gran mayoría había pintado Narcisa. Retratos familiares pintados a manos, rosas en la gran mayoría de los lienzos, algunos apilados contra una esquina de la habitación, muchos otros colgados, de todas formas y tamaños. Un gran ventanal iluminaba la habitación, el cual tenía un largo banco en el, con almohadones de terciopelo azul. El techo estaba decorado con una pintura de la edad media, seguramente hecha por los mejores artistas del país, o incluso internacionales. Y delante del ventanal, un gran piano de cola negro, reluciente sonaba con una triste canción que parecía ser irreal.
Narcisa se encontraba junto a Draco, su hijo sentado sobre el taburete del piano, deslizando sus manos pálidas rápidamente sobre las teclas. Su madre, perdida entre las notas musicales sonreía con los ojos cerrados, metida en sus propios pensamientos y con su mano sobre el hombro de su hijo.
De un momento a otro las notas cesaron, Narcisa abrió los ojos y felicitó a su hijo con una mirada de orgullo.
De repente el momento se rompió, la puerta se abrió con violencia y por ella entró Félix, estaba sucio con la misma ropa que tenía cuando lo apresaron, sus cabellos blancos se encontraban con mechones pegados color negro, sus ojeras prominentes indicaban noches en vela, sus ojos demostraban la furia contenida dirigida a su hija, Narcisa y su hijo se dieron vuelta a observar el alboroto.
-Tu ¡maldita mocosa del demonio!-Gruñó Félix sin importarle el lugar donde se encontraban, caminó hasta la joven quien lo observaba con parsimonia, sin ningún gesto alguno-Se que viste venir lo del puente, ¡me lo has ocultado! ¡Eh pasado días en Askaban por tu culpa!-la joven sonrió enigmáticamente, la verdad es que no lo había visto venir, pero fue una grata sorpresa de su parte.
Al verla sonreír sin decir nada, Félix exhalo un grito de frustración, mataría a esa chiquilla, y lo haría sin importar lo que el señor tenebroso quería de ella.
Se acercó aun más, de manera amenazante, y estaba a punto de tomarla del cuello, hasta que Narcisa intervino.
-Félix, este comportamiento no es permitido en mi casa, te pido por favor que te retires- le dijo con voz fría e impersonal Narcisa, ella y su hijo se habían acercado a la escena, Draco observaba a la joven y su padre con curiosidad, allí en esa relación no se sabía quién mandaba a quien.
-Es mi hija ¡haré lo que quiera con ella!- le dijo desquiciado, luego se dirigió a la joven de cabellos blancos lo observaba divertida-¿De qué te ríes estúpida?-
Su hija se acercó a él y colocó sus manos al los costados de su rostro, sus ojos se volvieron blancos aunque mantenía su sonrisa, y la cara de Félix entró en un transe donde pasó de  estar rojo de enojo a una palidez mortal y miedo en menos de un segundo.
-¿Qué hace ella madre?-le pregunto en un susurro Draco a Narcisa quien parecía saber que estaba pasando, ahora si estaba totalmente confundido.
Los ojos de la chica volvieron a la normalidad, y su padre se alejo de ella como si su contacto quemara su rostro.
-¡No me toques! ¡Aléjate de mí!-gritó fuera de sí, cayendo sobre su trasero y arrastrándose lejos de ella-¡me repugnas!-dicho esto se levantó trastabillando del piso de madera y salió corriendo por el pasillo por donde había entrado.
Narcisa suspiro de alivio cuando el hombre se fue, y luego se acercó a la joven quien aun miraba la puerta con diversión-No sé qué has hecho Hannah pero él es tu padre, y eso fue muy descortés-
-Lo siento Narcisa-respondió se disculpo con un puchero de niña buena, Draco pudo ver con molestia como le mentía a su madre pero se quedo en silencio. Se sentía dolido, su madre la trataba como una hija y la consentía igual que a él, la trataba igual que a él, y ella solo había llegado hace unas semanas atrás. Sentía celos de la nueva habitante de su casa.
La joven caminó junto a ellos y se sentó en el piano, en SU piano.
-Iré a ver a si Félix se retiró de la mansión- dijo Narcisa retirándose de la habitación, dejándolos a ambos solos.

Un Mortifago Angelical - Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora