Pasó mucho rato antes de que consiguiera hacer desaparecer la molestia en mi entrepierna, estar encerrado en un baño no era la mejor manera de calmar toda la maraña de sensaciones en mi cuerpo, una ducha fría, era imposible ahora, joder, ¿por qué su padre tenía que aparecer en el mejor momento? Cuando estoy seguro de que todo está en orden, me coloco la camiseta antes de atreverme a salir de la pequeña habitación que funcionaba como baño.
Cuando me acerco al borde de las escaleras, soy capaz de escuchar la discusión de las dos personas en la planta baja.
Recuerdo todas las veces que mi madre dijo que escuchar conversaciones ajenas era de mala educación, pero la curiosidad es más grande que mi sentido de la educación, así que me coloco a un costado de las escaleras, en un lugar en donde puedo escuchar con claridad, sin ser descubierto.
—Papá, justo ahora hay un amigo en el baño —pronuncia y sonrío al darme cuenta de que me está usando como excusa para salirse de la discusión que mantiene con su padre. —No queremos que nos escuche discutir.
—¿Un amigo? —el tono rudo con el que el hombre hablaba apenas hace unos minutos se ha trasformado por uno de curiosidad —¿y por qué no ha bajado?
—Seguro lo hará en un segundo —afirma Olivia.
Le doy una rápida mirada a mi atuendo, como intentando asegurarme de que estoy lo suficientemente presentable como para bajar. Gracias al cielo los moretones en mi rostro han desaparecido, así que puedo contar con que no habrá preguntas extrañas.
—Buenas noches —la mirada de las dos personas a un par de metros recae en mí cuando aparezco en las escaleras. —No quería interrumpir su conversación —me disculpo.
Olivia luce un tanto nerviosa, y en realidad no sé si se deba a lo que estuvo a punto de pasar hace unos momentos, o es por el encuentro que mantengo con su padre.
—No interrumpes nada importante —pronuncia —¿Son amigos? —eleva una de sus cejas, como si no creyera que eso era posible.
—Así es—murmuro —Mucho gusto, señor Brooks.
Extiendo una de mis manos en su dirección, una sonrisa complacida se apodera de sus labios mientras tiende la de él para tomar la mano que le ofrezco.
—¿Cuál es tu nombre? —inquiere.
—Luke —informo. Él arruga la frente.
—¿Luke, y qué apellido?
Antes de que pudiera dar una respuesta, Olivia responde por mí.
—Johnson —murmura. —Es Luke Johnson, un viejo amigo de la universidad, ha venido a la ciudad de visita —la observo con confusión, sin entender muy bien que es lo que ha ocurrido.
—Johnson —el hombre repite el apellido —No me suena —añade. Toma una inhalación antes de girarse hacia su hija —Como sea, Olivia te espero mañana temprano en la empresa, necesitamos hablar de los asuntos que dejamos pendientes —sentencia.
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Contra las cuerdas. ©
Teen FictionLuke Lewis tenía un solo sueño: Convertirse en el próximo ganador del campeonato nacional de boxeo en peso ligero. Tenía un único plan: Ganar. Lo único que debería de hacer, era seguir las líneas perfectamente trazadas y planeadas con anterioridad...