¡Mañana otro capítulo!
Me detengo justo antes de entrar al club, escondo las manos en los bolsillos de la chamarra mientras observo el edificio frente a mí.
Caleb me había insistido en que debía venir, que debía hacer todo cuanto estuviese a mi alcance para intentar retomar mi vida, no podía estancarme por siempre, y tal vez tenía razón.
Había comenzado a ir a las sesiones de rehabilitación con el médico, ejercicios ligeros, tratando de acostumbrar de nuevo a mi cuerpo al esfuerzo físico. Sin embargo, no me había atrevido a venir aquí.
Tomo una profunda inhalación antes de comenzar a caminar hacia la entrada, empujo las puertas de cristal mientras observo a mi alrededor. Varios chicos reparan en mi presencia, un par de ellos me dedican un saludo cuando atravieso la estancia y les respondo con sonrisas educadas.
—Luke, es bueno ver que has decidido venir —Justin parece demasiado entusiasmado de verme.
—Sí, yo solo...ya sabes, quise salir un rato de casa —confieso.
—Bueno, siéntete como en ella —dice con una sonrisa—. ¿Quieres hacer algo en específico? —cuestiona.
Niego. Un gesto comprensivo aparece en su rostro.
—De acuerdo, si necesitas algo, cualquier cosa, avísame.
Asiento.
Él me observa por un par de segundos más antes de apartarse, camino hasta una de las bancas que se encuentran en el club y me dejo caer con descuido sobre ella. Todos parecen hacer sus rutinas con normalidad, entrenando sobre el cuadrilátero, golpeando el saco, saltando la cuerda.
—Lewis —volteo, Charlie se encuentra a mi costado—. ¿Cómo va todo?
Sorprendentemente su lado idiota no sale a relucir.
—Mejorando —respondo—. ¿Qué hay de ti?
—Bien, es bueno ver que has vuelto —dice con una sonrisa amable.
No encuentro que responder a eso, Adam llega observándolo con dureza, le hace un gesto con la cabeza y retengo la sonrisa cuando Charlie se marcha sin rechistar.
Adam me observa por un par de segundos, luego tiende el par de guates en mi dirección.
—No vine a entrenar —confieso—. Solo quise salir un rato.
—Bueno, tal vez puedes aprovechar ese rato y entrenar un poco —sugiere. Toma asiento a mi costado, y deja los guantes sobre mis piernas. Los tomo, paso las yemas de mis dedos sobre el material, soy incapaz de hacer algo más con ellos así que termino regresándoselos.
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Contra las cuerdas. ©
Teen FictionLuke Lewis tenía un solo sueño: Convertirse en el próximo ganador del campeonato nacional de boxeo en peso ligero. Tenía un único plan: Ganar. Lo único que debería de hacer, era seguir las líneas perfectamente trazadas y planeadas con anterioridad...