Luke no había respondido a mis mensajes, no entendía porque sentía la necesidad de dejarle en claro que nada de lo que él pensaba era verdad.
Luke Lewis no era para mí ninguna clase de diversión, y me reprochaba a mí misma el haber sido capaz de darle a entender que fue así.
Fue bastante estúpido el cambiarle el apellido, pero fue un acto repentino que no consideré que pudiera acabar con todo. No quería que mi padre lo reconociera, no porque me avergonzara, sino porque el complejo de superioridad que los hombres de la familia Brooks tenían encima sería suficiente para hacer que lo alejara de mí.
Y por más loco que sonara, no quería que algo como eso sucediera.
—Tú padre no está contento —Alexa, mi mejor amiga y también asistenta ingresa a la oficina. —¿Le has informado sobre los estados de la empresa?
—Lo hice —mascullo cerrando los ojos —porque no tuve otra opción, al parecer Lucas lo descubrió y fue corriendo a contarle. Aunque no le dijo todo, parece ser que solo sospecha que las cosas comienzan a ir mal.
—Ese idiota se cree el dueño de la compañía —pronuncia ella rodando los ojos —no sé cómo tu padre no lo ha despedido aún.
—Eso es porque son mejores amigos —le recuerdo con una sonrisa divertida —en todo caso, quiere convocar a una junta de consejo. No hay manera de que la empresa esté en camino a la quiebra.
—De hecho...—Alexa dibuja una mueca en los labios —Olivia, creo que esto es serio.
Coloca la tableta frente a mí, en ella se muestra un archivo con distintas gráficas, todas ellas con números en rojos.
—Joder —me incorporo, tomando el artefacto entre mis manos mientras maldigo —Alexa ¿mi padre sabe de esto?
Niega.
—Son informes de este mes, Olivia, el precio de las acciones ha bajado considerablemente en el último par de años, según el administrador, comenzarán a sentirse en este ciclo, tu padre debe tener algún plan.
—¿Quién te dio esto? ¿Cómo es que mi padre no lo sabe aún? —no es necesario que responda. —Lucas ¿no es cierto?
—Te digo, se cree el dueño de la compañía —repite.
Me incorporo, hago caso omiso a los llamados de Alexa mientras salgo de la oficina. El sonido de mis pasos rápidos es todo lo que se escucha mientras avanzo por el largo y reluciente pasillo de las empresas Brooks.
Cuando llego frente a la oficina de Lucas Hill, abro la puerta aun cuando su secretaría dice que no puedo hacerlo. Parece ser que a veces olvidan con quien están tratando.
—¿Por qué no le has dicho a mi padre de esto? —dejo la tableta con más fuerza de la necesaria sobre su escritorio —Números rojos, Lucas ¿qué estás esperando? ¿Qué sea demasiado tarde y tengamos que declararnos en quiebra?
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Contra las cuerdas. ©
Teen FictionLuke Lewis tenía un solo sueño: Convertirse en el próximo ganador del campeonato nacional de boxeo en peso ligero. Tenía un único plan: Ganar. Lo único que debería de hacer, era seguir las líneas perfectamente trazadas y planeadas con anterioridad...