17.- Aceptación

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Me remuevo inquieta en el incómodo asiento

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Me remuevo inquieta en el incómodo asiento. Mis dedos se retuercen sobre la tela del pantalón que traigo puesto mientras intento por todos los medios no sufrir un colapso nervioso aquí.

—Luke saldrá pronto—. Carter se coloca al costado del hermano de Luke, Caleb, como recuerdo que se llama, no luce para nada contento de estar aquí.

—Es increíble que siga haciendo esto —masculla con molestia—. Ya consiguió la licencia ¿qué necesidad hay en...?

—Caleb ¿quieres cerrar la boca? —Retengo la sonrisa cuando Luisa habla—. Luke no necesita tus malas vibras ahora —reprocha.

—Además, has apostado ¿no es así? —inquiere Carter—. Yo igual lo hice, Luke ganará así que, no te preocupes por tu dinero.

Los cuatro nos encontrábamos a unos metros del centro de la bodega, Luke había aceptado la pelea, según él, no tenía opción. No quería arriesgarse a que los hombres que lo visitaron aquella vez fuera del club, cumplieran sus amenazas.

Ninguno de nosotros tiene tiempo para seguir reprochando, porque la voz del animador suena. Un rugido emocionado envuelve la bodega cuando Luke aparece. Mi corazón aumenta su ritmo, mientras lo observo moverse por el lugar, dando algunos brincos y sacudiendo los brazos.

Su oponente ingresa, y mi inquietud aumenta cuando noto la gran diferencia que hay entre ambos hombres. Tyson es mucho más alto que Luke, más fornido, con músculos relucientes que evidencian que pasa largas jornadas en el gimnasio. No parece preocupado, al contrario, mantiene una sonrisa de suficiencia en el rostro, que no desaparece ni por un segundo.

Mi pie golpetea sobre el polvo, soy incapaz de apartar la mirada del cuadrilátero. Los entrenamientos de Luke parecen hacer efecto, porque esquiva con rapidez más de un golpe que es lanzado contra él, y luego golpea con tanta fuerza y con tanta brutalidad, que me sorprende.

—No puedo mirar —me quejo cerrando los ojos cuando Tyson acorrala a Luke contra una de las esquinas. Los gritos aumentan, creando una atmosfera de tensión que solo se rompe cuando Luke consigue librarse.

No han pasado más de cinco minutos, pero se siente como una completa eternidad. En cierto punto de la pelea, Luke voltea, su atención se posa en su hermano, y ambos chicos se observan por cortos segundos.

—¡Acaba con él, Luke! —Caleb grita con fuerza. Luke sonríe, entonces parece que eso es todo lo que necesita para dejar toda su fuerza contra su oponente.

Sus puños se concentran en las costillas de Tyson, golpeando con demasiada fuerza, lo sostiene con un brazo mientras su puño choca una y otra vez contra las costillas del hombre frente a él, un gemido adolorido se hace escuchar y cuando cae, Luke no pierde oportunidad.

No soy capaz de mirar la forma en la que lo golpea, tengo los ojos cerrados y estoy apretando la mano de Luisa tan fuerte que mi amiga se queja un par de segundos después.

Contra las cuerdas. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora