—Olivia todo esto no era necesario —mascullo cuando bajamos del auto.
—Oh, no comiences a quejarte ahora —pide con diversión—. Luces realmente bien con traje.
—No necesitabas usar maquillaje en mi rostro —objeto mientras llevo una de mis manos hacia mi mejilla. Olivia tomó muy en serio el hecho de que dijera que no quería afrontar el riesgo de que su familia hiciera preguntas, así que me tuvo media hora sentado frente al espejo, intentando cubrir con maquillaje los moretones de mi rostro.
Lo consiguió, pero era extraño.
—Tú dijiste que no querías ser sometido a cuestionamientos extraños —me recuerda—. Además, ni se nota, la base es justamente de tu tono.
Sonrío. Ella entrelaza nuestras manos mientras ingresamos hacia el estadio en donde se llevaría a cabo la pelea de Zack Brooks. No sé por qué me sorprendía al ver a tanta gente elegante entrando, y autos de lujo estacionados afuera.
—La pelea comenzará pronto, debemos darnos prisa —indica.
Atravesamos el lugar, ella saluda a un par de personas que se cruzan en nuestro camino y algunos minutos más tarde, ya nos encontramos en nuestros lugares. El padre de Olivia aparece un par de minutos después.
—Luke, que sorpresa verte aquí —pronuncia con una sonrisa. Me incorporo, extendiendo mi mano hacia él mientras le dedico una sonrisa amable.
—Un gusto verlo de nuevo, señor Brooks —él responde el gesto. Luego, una mujer de mediana edad aparece frente a nosotros.
—Tú debes de ser el chico que ha conquistado a mi hija —pronuncia la mujer con una sonrisa —. Miranda Brooks, encantada de conocerte.
—Un gusto conocerla, señora Brooks—. Olivia sonríe con satisfacción, luego se abraza a uno de mis brazos cuando las presentaciones han acabado, y se apega a mi rostro para decir algo.
—Los has impresionado —confiesa con una leve sonrisa—. Le hablé a mamá sobre ti.
—¿Le dijiste que estamos saliendo? —inquiero con una sonrisa ladeada.
—Algo así, ella lo supuso—. Añade soltando una risa.
Estoy por dar una respuesta, cuando la voz del presentador resuena por los altavoces. No recuerdo con exactitud la última vez que estuve en una pelea de box profesional, fue hace mucho, de eso no hay duda. Una leve sonrisa aparece en mi rostro cuando el grito de la multitud envuelve todo, las luces, la música, todo es asombroso.
Zack es el primero en entrar, camina con paso seguro por el pasillo hasta el centro de la estancia, seguido de todo su equipo. Uno de ellos lleva el cinturón con las manos alzadas, mostrándolo con orgullo.
Cuando dejo de mirar al centro, descubro a Olivia, mirándome con una diminuta sonrisa en el rostro.
—¿Qué? —inquiero.
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Contra las cuerdas. ©
Teen FictionLuke Lewis tenía un solo sueño: Convertirse en el próximo ganador del campeonato nacional de boxeo en peso ligero. Tenía un único plan: Ganar. Lo único que debería de hacer, era seguir las líneas perfectamente trazadas y planeadas con anterioridad...