Cinco años después.
Me tomo cinco años volver a mi hogar, cinco años volver al sitio en donde todo había comenzado.
Observo a Andrew jugar con Caleb, mi hermano lo toma en brazos y las risas de mi sobrino me hacen sonreír.
—¡Tío Luke! —grita con emoción cuando me ve en la entrada de su hogar—. ¡Papá, tío Luke ha vuelto!
Me coloco en cuclillas para recibirlo, soltando las maletas para poder atraparlo. Andrew chilla con emoción cuando lo elevo y giro con él.
—Hola, campeón. Pero que grande estás—. Expreso con una sonrisa.
—¿Te quedarás en casa? —cuestiona con emoción.
—Si tu padre decide darme hospedaje, entonces sí. —Él gira hacia mi hermano
—Papá, ¿tío Luke puede quedarse en casa?
—Eso no se pregunta.
Dejo a Andy sobre el pasto cuando Caleb se acerca, me envuelve en un abrazo cálido que me hace sonreír.
—No llamaste, de haberlo sabido te hubiese preparado una bienvenida —dice—. Luisa está en el trabajo, pero se pondrá feliz de verte.
—¿Cómo va el embarazo? —inquiero.
—De maravilla, aunque los antojos están por volverme loco—. Confiesa—. ¿Quieres que la llame para informarle que has venido de sorpresa?
—No, prefiero sorprenderla cuando regrese —confieso.
Mi hermano y Luisa se habían casado hace un par de años, luego de eso decidieron volver a Portland por decisión de Luisa, y Caleb no parecía tener inconveniente con eso. Yo por mi parte decidí permanecer en Los Ángeles, mi carrera iba bien ahí, tenía más oportunidades de pelea, y había conseguido mantener el cinturón de campeón conmigo durante todo este tiempo.
No se sentía necesario volver, hasta ahora. Cinco años después, he vuelto a Portland.
Caleb me ayuda con las maletas.
—Parece que te va bien, eh —expreso mirando la casa.
—Nos gustan los espacios grandes —confiesa soltando una risa—. Puedes quedarte en la habitación de invitados. ¿O es que tienes otros planes?
Niego.
—¿No la llamaste?
Vuelvo a negar.
—Ha pasado tiempo —admito—. Y quería estar primero con ustedes antes de hacer cualquier otra cosa.
—Le va bien —dice con una leve sonrisa—. Todo ha mejorado para ella.
—Me alegra escuchar eso— respondo con sinceridad.
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Contra las cuerdas. ©
Teen FictionLuke Lewis tenía un solo sueño: Convertirse en el próximo ganador del campeonato nacional de boxeo en peso ligero. Tenía un único plan: Ganar. Lo único que debería de hacer, era seguir las líneas perfectamente trazadas y planeadas con anterioridad...