El rugido emocionado de la audiencia me envuelve por completo, cinco rounds han pasado, y mi cuerpo parece estar presentando los síntomas evidentes del cansancio de la pelea.
—Si te concentras en intentar golpear su rostro, jamás conseguirás derribarlo —Justin me quita los protectores, le doy un sorbo al bote de agua que me ofrece y me enjuago la boca, eliminando el sabor a sangre que hay en ella.
—Ataca su cuerpo, golpes al tronco, Luke. Con eso conseguirás su cabeza —asegura.
La campana suena, anunciando el final del minuto de descanso, me coloco los protectores de nuevo antes de caminar hacia el centro. Russel Taylor, boxeador profesional desde hace seis años, lleva más de veinte peleas, diez nocauts una racha bastante impresionante, a decir verdad.
Sin embargo, haber peleado contra alguien como Scott en mi primera ventaja, me dota de un poco más de agilidad para defenderme y atacar. Hago lo que Justin dice, dejar de intentar golpear el rostro y concentrándome en el tronco.
No se espera que haga eso, mi puño conecta contra su costilla derecha, se encorva y sé que he encontrado el punto débil, ataco al mismo sitio, no me detengo ni un segundo y cuando baja la guardia, lanzo un gancho directo hacia su mandíbula.
Russel trastabilla sobre la lona, sin embargo, no cae. Así que aún puedo continuar, se cubre ante la serie de golpes que dejo contra su cuerpo, lanza un golpe descuidado que, para su buena suerte y desgracia mía, consigue golpearme justo en el mentón.
Sacudo la cabeza, recuperándome con rapidez, pero le he dado el tiempo suficiente para que él consiga hacerlo también. Se acerca, no duda en lanzar un golpe contra mis costillas que me obligan a encorvarme, sobre el ring, un solo descuido podría costar toda la pelea.
—¡Cúbrete, Luke! —exige Justin—. ¡El tronco, golpea el tronco!
Consigo escabullirme de la esquina, elevo la guardia, haciendo que él tenga que atacar primero, esquivo el derechazo que lanza, bloqueándolo con mi antebrazo y lanzando un golpe directo contra su rostro, se tambalea, utilizo mi izquierda y luego la derecha, un gancho al hígado es suficiente para hacer que se encorve, y el mismo golpe que utilicé con Scott, lo empleo aquí.
Golpe lateral, siguiendo la trayectoria del suelo. No se lo espera, así que mi puño conecta contra su mentón en un golpe certero, fuerte, con un impacto que lo hace caer.
El grito emocionado de la instancia me envuelve por completo, la cuenta regresiva comienza y mis ansias se disparan, observo a Justin, está con la mirada fija en Russell, esperando a ver si consigue ponerse de pie.
—¡Uno! —un grito emocionado brota de mi garganta mientras elevo los brazos.
—¡Nocaut señoras y señoreees! ¡Luke Thunderbreeakeer Lewis es el ganador! —la voz del presentador llena la instancia, los gritos aumentan de intensidad mientras sonrío tanto como me es posible.
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Contra las cuerdas. ©
Teen FictionLuke Lewis tenía un solo sueño: Convertirse en el próximo ganador del campeonato nacional de boxeo en peso ligero. Tenía un único plan: Ganar. Lo único que debería de hacer, era seguir las líneas perfectamente trazadas y planeadas con anterioridad...