32.- Definitivamente te quiero

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**He avanzado mucho con los borradores así que es probable que de aquí al sábado, haga actualizaciones diarias** ¡No se olviden de darle amor al capítulo!

**He avanzado mucho con los borradores así que es probable que de aquí al sábado, haga actualizaciones diarias** ¡No se olviden de darle amor al capítulo!

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Mi padre suspira al otro lado de la línea.

Luke, no es una decisión que pueda tomar a la ligera —me recuerda—. Si acepto la fusión, y las empresas Brooks no consiguen sobreponerse, es nuestro dinero el que entra en juego.

—Lo sé. Pero si lo consideraste fue por algo ¿no? Tal vez solo necesitan capital recurrente, un salvavidas que consiga llevarlos a flote otra vez.

Siempre he dicho que la vida personal no se mezcla con los negocios.

Resoplo.

—Sé bien porque me pides esto, Olivia te lo ha pedido ¿verdad? Escucha, no les he dado una negativa. El cuerpo de abogados y los administradores aún evalúan si las empresas Brooks merecen la pena. Además, no deberías estar preocupado por negocios que no son tuyos, tienes tu propia carrera que atender.

—Le prometí que hablaría contigo. Papá, si crees que hay una posibilidad de que algo bueno pueda surgir de esa fusión, entonces por favor, acéptala. O al menos, dales una respuesta.

El silencio en la línea me hace deducir que probablemente no será una respuesta favorable.

Intentaré que los análisis se apresuren, y llamaré a Matías Brooks tan pronto como me sea posible. —Sonrío.

—Gracias, papá.

—Es todo lo que puedo decir, y no quiero más insistencias ¿de acuerdo? Yo me mantengo al margen en tu carrera, Luke. Quiero que hagas lo mismo con mis negocios.

—Bien, no volveré a mencionarlo.

—De acuerdo, por favor, mantenme al tanto con lo relacionado con tu pelea ¿quieres? Y asegúrate de enviarme entradas— emplea un tono divertido para hablar—. Estaremos ahí.

—Claro, te las haré llegar. Hasta luego.

Él cuelga la llamada, suelto un suspiro mientras dejo el celular a un costado del colchón. Mis nudillos duelen cuando formo un ligero puño con mis manos, paso las yemas de mis dedos sobre la zona enrojecida y lastimada de mis nudillos.

Los entrenamientos de Justin en el último mes y medio habían sido más intensos que cualquier otro, mis horas de practica se habían extendido, Tom había contratado a un par de boxeadores para hacer sesiones de Sparring más rápidas e intensas. Los moretones en todo mi cuerpo eran prueba de eso.

Trevor había asistido a las practicas un par de veces, según él estaba siguiendo las indicaciones del médico de llevar un estilo de vida tranquilo y su relación con el gimnasio era meramente administrativa.

Contra las cuerdas. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora