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CONWAY
(Sábado)

El Superintendente de Los Santos no pudo cruzar palabras con el ex crestas después de la llamada breve que tuvo con la Doctora donde ambos expresaban su preocupación por el cambio tan drástico que Horacio hacía notar, la llamada a presentar el orden en la ciudad le comió el tiempo y cuando estaba de vuelta observó a lo lejos como Horacio tomaba un autobús.

Entró en su oficina con los hombros hechos piedra y algo de cansancio en sus ojos, se desparramo en la silla detrás de su escritorio y soltó un suspiro áspero.
- ¿Qué coño te esta pasando por la cabeza?... - Lanzó la pregunta a la nada mientras tiraba los anteojos oscuros al escritorio.
Estaba preocupado de eso no tenía duda, ver y escuchar a Horacio en ese estado no dejaba de darle vueltas en la cabeza, algo no estaba bien.

" - Muy bonitas putas horas de llegar... - Salió de los labios del pelinegro recargado en la pared mientras veía a un Horacio totalmente desaliñado y sin animos de siquiera regresarle la mirada.
Horacio paso a un lado del pelinegro sin siquiera voltearle a ver y este desenfundo su porra.
- ¿Sabes que tienes un horario que cumplir? - Conway levanto la voz.
Horacio se limitó a asentir mientras escribia su nombre en las formas de entrada al cuerpo.
A Conway se le erizaron los pelos por el poco interés del ex crestas. 
- ¿¡Te comieron la puta lengua mariconeti!?.- Gritó el superior alzando la porra en dirección al joven espantando a los presentes haciéndoles retroceder.
Horacio se mantuvo en lo suyo.  - No siempre vas a tener a Gustabin que te cubra las espaldas Horacio, ser policía no es un puto juego de niños, ¿lo entiendes? - Dijo el hombre manifestando su irritabilidad por la poca atención que el peliazul le prestaba.
- 10-4 - Dijo el joven firmando su hoja, Conway miro a su alrededor buscando algo que le sirviera de idea para reprender al joven policía por su falta de responsabilidad, observo a Martinez llegar como si algo lo iluminase.
- Mañana te quiero aqui a primera hora... Ayudaras a Martines con los nuevos alumnos en las pruebas de resistencia física y no solo eso... te quedarás hasta tarde por que te lo ordeno... - Se acerco hasta el peliazul apuntandole con la porra al pecho. - Tienes que entender que portar la placa no es cosa de niños, tienes responsabilidades desde que entras a este edificio. - Conway lo miro con el ceño fruncido tras sus gafas esperando respuesta por parte de el menor.
- 10-4 - Volvió a limitarse a decir causando a Conway un malestar en la boca de el estómago que trato de amenizar apretando los dientes.
Horacio esquivo al pelinegro y continuo con su camino hacia los vestidores bajo la mirada de los agentes y civiles que estaban ahí."

- Gilipollas - Dio un golpe al escritorio.
- Estaba mas que claro que algo no iba bien. - Conway apretó los dientes mientras el flashback de ayer le llenaba la mente de un Horacio apagado, un Horacio diferente.
El pelinegro se sintió irritado, quizá ese mismo día hubiera podido saber que le ocurría al chico, pero no, el estrés de la jornada y las discusiones con el jefe de los mecánicos lo tenían al límite, ahora entendía que no debió de descargarse con el chico.
Seguramente tanto el como Ángela estarían tranquilos y tratando de aconsejar al ex crestas.

☼ ☼ ☼

Conway regresaba del hospital, habían tenido un par de atracos y en el último recibió un roson de bala en el brazo, nada grave, pero si algo tedioso que tratar con los paramédicos.
- Malditos contratiempos - Se quejo el pelinegro dentro del patrulla en el primer semáforo que paro dándole un puñetazo al tablero de este, el solo quería llegar a comisaría y cumplir con hablar con Horacio de una vez por todas.

El Superintendente observo su reloj mientras subía las escaleras de la comisaría esquivando a la gente que estaba aglomerada tanto fuera como dentro de ella, a el le urgía en su cabeza hablar de una vez por todas con Horacio, y si mal no recordaba el joven debía de tener al menos 15 minutos hábiles dentro de el recinto.
El hombre se acerco a la recpcion de su edificio.
- Buenas tardes Superintendente, ¿en que puedo ayudarle? - Dijo Louis con simpatía.
- Buenas tardes, ¿Horacio a llegado ya? - Dijo el pelinegro elevando un poco su tono de voz, se sentía algo alterado.
- Así es, creo que sigue en los vestidores. - Le respondió a su superior.
Conway asintió a modo de respuesta y partió hacia donde Horacio se encontraba probablemente.

Le toca a él...  VOLKACIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora