Un móvil se escuchaba sonar en el apartamento marcado por el número 17 mientras el ruido de pasos torpes sonaba por el suelo, se trataba de un chico semidesnudo saliendo de la habitación principal dirigiéndose hacia la barra de la cocina para poder contestarlo.
- Horacio al aparato!. Dijo el muchacho con una sonrisa amplia al contestarle a la mujer.
- Hola cariño!, ¿Cómo lo llevas?.- Escucho la voz amable de la Doctora Covarrubias a quien sin pensarlo mucho extrañaba su presencia.
- Todo muy bien, estoy muy contento por lo de hoy, ¿Cómo le fue?, ¿Cómo está?. Pregunto con rapidez el chico amarrándose mejor la toalla en su cadera mientras sostenía el móvil entre el hombro y la oreja.
- Me alegra escuchar eso cariño. Hizo una pausa mientras caminaba por el pasillo del hotel.
- Me fue espectacular, siempre es bueno empaparse de nuevas ideas, pero cha! estoy muy bien, feliz de poder regresar con ustedes y verlos.
Horacio se lleno de ese calor tan armonioso que lo invadía cada vez que escuchaba a la castaña hablarle así, lo hacia sentir especial.
- No mas feliz de lo que estoy yo. Soltó una pequeña risa contagiando a la medico.
- ¿Listo para tu gran noche?
- Desde ayer, jajaja!, me creería que casi no he dormido, me siento ansioso de bailar toda la noche. Le confesó.
- Que gusto cariño, solo no te excedas con los pasos de baile, recuerda que pronto estarás en el trabajo y hay que cuidarte lo mas que se pueda.
- Bailaré lo que pueda se lo prometo. Hizo un saludo militar como si ella pudiera verle.
- ¿Quiere que pasemos por usted cuando arribe el avión?.
- No, no, ustedes tienen que estar ahí a la hora que les dijeron a sus amigos, no te preocupes por mi yo los veré ahí, ¿de acuerdo?.
- 10-4 Doctora Ángel, solo cuídese mucho en su regreso.
- Claro que me cuidaré, lo mismo para ti jovencito, bueno, te dejo cariño que debes de estar liado con el tiempo.
- Un poco, pero tenia que escucharla antes de irme a hacer mis cosas.
- Eres una ternura Horacio.
- Un poco, un poco. Dijo el chico apenado.
- Bueno, nos vemos cariño, tengo que colgar para comenzar a hacer la maleta.
- Si, si, la vemos en la noche.
- Chao.
- Nos vemos.
Colgaron.
Horacio entro en su habitación donde había sobre la cama un montón de ropa, ¿qué había ido el día de ayer por ropa?... Sí, pero aun y aunque tuviera ropa por montón ahora no estaba seguro si ponerse lo que había comprado.
Se puso sus calzoncillos y pantuflas de conejito blanco paseándose de un lado a otro de la cama inspeccionando los conjuntos que armo, levanto el primero comenzó a ponérselo, abrocho el ultimo botón de la camisa de cuadros que llevaba y se miro al espejo de perfil, de lado izquierdo y finalmente del derecho soltando un suspiro pues esa camisa no le convencía no sabía de donde había salido, pero quizá la había adquirido en una venta de rebajas en algún sitio.
Tomo la segunda opción, pero le pareció que era muy formal para la ocasión de esta noche, se quedo en calzoncillos admirando la ropa que había comprado y una vocecita le dijo al oído que era la mejor opción pues aquellos colores vibrantes gritaban "puto héroe" por donde se miraran.
El espejo del baño estaba limpio después del pequeño vahó que se había formado por el vapor de el agua de la regadera, se podía ver en su reflejo a Horacio quien se peinaba con mucho esmero la cresta de color azul, la laca estaba por acabarse pero no dejaba que ningún cabello quedara fuera de lugar, se miró un vez mas en el espejo de cuerpo completo y le gusto como se veía su atuendo, pantalón de mezclilla en tono ocre, haciéndole conjunto a un playera de cuello v en tono azul cielo solo que llevaba estampados paletas heladas de varios colores , zapatos de vestir en color negro con la punta de los mismos en color verde mar, se dio un nuevo vistazo en el espejo decidiendo enrollarse un poco las mangas, se colocó loción y salió en busca de algo de comida, aun faltaban algunas horas para que el rubio pasara por él.