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El silencio era realmente sepulcral en el bólido negro que recorría las calles iluminadas por las luces de la ciudad, ni siquiera las respiraciones de ambos hombres dentro del auto podían romperla, Greco se limitaba a ver hacia la izquierda sin saber como abordar alguna platica jovial entre ambos, y es que Viktor Volkov había cambiado un poco desde hace tiempo y no era el quien se lo diría, quería ayudar a su amigo así que iba a esperar hasta que el mismo comenzara a abrirse no se quería quedar solo en la acera tratando de buscar un taxi a esas horas de la noche  -"Debí de insistirle en irnos en mi coche"- pensó el castaño algo arrepentido.

Volkov por su parte trataba de ordenar sus ideas para poder transmitirle a su copiloto lo que el tenía en su cabeza desde hace días, las voces de Bruno y Gustabo se hacían notar entre las imágenes que guiaban los nudosos pensamientos del peliblanco haciendo que se aferrara de mas al volante de su auto tratando de apaciguar su irritabilidad.

El auto siguió avanzando dejando atrás las calles citadinas para darse paso al asfalto de una carretera rodeada de grandes e imponentes pinos dejando lejos el bullicio y luces de los edificios en la gran urbe.
El peliblanco soltó un suspiro largo, como si al ver aquel paisaje frente de ellos hiciera que se sintiera mas en paz, bajo los vidrios del auto y exhalo hondo, olvidando por un momento que iba acompañado.
- ¿Bonito verdad? - Dijo el castaño para hacerse notar mirando al ruso por el espejo retrovisor frente de ambos dibujando una sonrisa ladina.
Volkov conecto la mirada en el espejo con el barbado y se limitó a asentir.
Los minutos siguieron transcurriendo mientras las sombras de los pinos bailaban a la par del auto negro y cuando Greco iba a preguntar hacia donde llegarían el ruso disminuyó la velocidad, a la izquierda y entre algunos arbusto se podía ver una calle echa de cascajo y delimitada por troncos, se podían ver algunas luces a unos pocos kilómetros.
- ¿Aquí hay un bar? - Pregunto Rodríguez entornando la vista.
- Si, lo encontré hace algunos meses, a sido para mi una salvación encontrarlo. - Dijo el ruso comenzando a transitar por el cascajo.

Volkov estaciono el auto en el sitió mas cercano a las escaleras de madera de el establecimiento que llevaba como nombre "La guarida del Oso" a Greco le causó un poco de gracia el nombre y soltó una risa corta mientras bajaba del vehículo.
- ¿Qué es gracioso? - Preguntó el peliblanco ya a un lado de su compañero.
- Me ha causado un poco de gracia el nombre de el bar. - Dijo el castaño como si aquello fuera algo rápido de entender pero por su parte Volkov se detuvo en la puerta de el establecimiento mirando hacia la placa que contenía la razón de la risa de Greco.
- La verdad es que no lo entiendo. - Miro al oficial frunciendo un poco el ceño.
Greco se limitó a darle un par de palmaditas en la espalda y negar con una sonrisa pequeña.
- No te quemes el disco duro Volkov... solo entremos y tomemos algo, ¿quieres? - Lo animó.
El ruso aun con la incógnita dibujada en su semblante empujo la puerta y ambos entraron.

En la mesa mas alejada de el pequeño bullicio del bar ambos comisarios bebían sus respectivas bebidas, Greco comenzaba a impacientarse pues mas de media hora había pasado y Volkov solo había soltado su pedido de Vodka como de costumbre.
El castaño se desperezo en la silla mientras echaba un vistazo al rededor para apaciguar las ganas de preguntarle al ruso que era lo que pasaba en sus pensamientos.
Volkov bebió la ultima gota de su vaso y lo dejó en la mesa haciendo un poco de estrepito, soltó un suspiro ahogado captando la mirada de el contrario, Greco se enderezó en la silla dándole a entender que lo escuchaba.
- Yo...- Volkov suspiro pasándose una mano por el rostro, Greco levanto su cerveza sin decir una palabra.
- ¿Recuerdas la última platica que tuvimos en mi apartamento?... - Dijo el ruso con lentitud.
- Claro, ¿Cómo olvidar que me corriste de tu apartamento?. - Greco hablo en tono serio.
- Eso... Discúlpeme... - Volkov lleno de nuevo su vaso de aquel liquido que le estaba dando un poco de valor esa noche aun y cuando no sabía exactamente a donde quería llegar.
- Solo estoy de broma. - Greco sonrió restándole importancia.
Volkov suspiro levantando el vaso de la mesa, pero antes de que este tocara sus labios Greco hablo.
- No se que es lo que te esta pasando... - El castaño mintió algo sospechaba. - Solo quiero que sepas que podemos pasar la noche entera en le bar pero de aquí no vamos a salir hasta que me digas que es lo que te esta pasando, me preocupas Volkov... y Conway a comenzado a hacerme preguntas, el también esta algo intranquilo. - Dijo el castaño para dale un sorbo a la cerveza mientras Volkov lo imitaba desviando su mirada de su compañero.
- No me es sencillo ni siquiera entenderlo... me irrita, me pongo a cuestionarme cosas y también... se me ha acelerado un poco el corazón... - El peliblanco dijo su ultima oración bajando el tono de su voz haciendo que Greco pegara su torso en la mesa para poder escuchar lo que si había escuchado pero estaba sorprendido e inquieto.
- Bueno... - Greco se rasco la cabeza intentando esconder su alegría. - No hace falta que me expliques, solo dime que pasa, quizá pueda entenderlo. - Volvió a animarle.
- Tuve una platica muy breve y nada placentera con el motero que a veces se presenta en la comisaría... - Volkov hizo una pausa para esperar alguna pregunta que viniera de su interlocutor quien se limito a mirarle con inquietud. 
El peliblanco bebió su vaso de golpe y prosiguió. - El me dijo que estaba enamorado de... el, pero que yo era quien estaba en el lugar que el si se merecía y entonces el dijo mi nombre... le tome la mano y ahora... ahora solo me siento irritado y con un montón de preguntas en la cabeza. -
Volkov miro al castaño y quien le devolvía una mirada confundida.
- Yo... no entendí nada. - Dijo Greco con algo de pena.
Volkov perdió su sensatez, arrojo sus lentes a la mesa y dejo descansar su cabeza en la mesa.
- Volkov... si no me explicas un poco mas claro yo... me temo que no voy a poder seguirte, el pronombre "el" me esta confundiendo mucho... - Greco sabia de quienes hablaba el comisario, pero un 10% era su sensor cotilla y el resto era para que Volkov pudiera abrirse y poderse entenderse a si mismo. 

Volkov se quedo en silencio por un poco mas de 10 minutos mientras las copas subían y sus latidos lo comenzaban a traicionar.
El ruso carraspeo llamando la atención de el barbado, suspiro y comenzó a recordar todo lo que había pasado aquel día en el hospital.
- Verá...
¿Comisario Volkov? - La voz dudosa de Bruno se hizo presente en su cabeza.
- El mismo. - respindió recargándose en el auto cruzando los brazos observando por detrás de sus lentes oscuros al recién llegado dándo un portazo para cerrar la unidad.
- Quizá no sepa quien soy yo, pero realmente eso es lo de menos. - Dijo Bruno con firmeza.
- Claro está que es lo de menos. - Contesto con desfachatez.
- Necesito que me acompañe...


Greco lo escucho con mucha atención los siguientes 20 minutos que Volkov con mucha torpeza pero con mas claridad hablaba hasta que se quedo callado.
- Creo que te entiendo... - Greco se cruzo de brazos y se recargo en el respaldo de la silla.
- ¿Qué es lo que entiende? - A Volkov le tembló la mano con la que sostenía la botella de vodka que había pedido para su consumo propio.
- Bueno, que hay un triangulo medio extraño en esta historia... Horacio gusta de tí, Bruno gusta de Horacio... pero... y ¿tú?. - Greco trato de que su franqueza no fuese a encender  a el tempano de hielo que quizá ya no estaba tan frio pues un muy tenue rubor le sombreo las mejillas.
- Yo... - Carraspeo para aclarar su garganta nervioso.
- Si tú... ¿por que sientes irritabilidad?... ¿por que haz estado huyendo de Horacio desde que regreso?... - Greco soltó las preguntas con decisión.
- Yo... supongo que no quiero relacionarme con el por que García es un imbécil que no me gusta soportar... y la irritabilidad viene de ahí... - Dijo el comisario cruzando los brazos tomando sin mucho éxito su postura imperturbable.
Greco negó. - Pero vamos a ver Volkov... me acabas de decir que le tomaste la mano y que se te acelero el corazón y no me puedes negar que te haz estado cuidando de no topártelo en la comisaria... Gustabo no es el problema en esto... ¿Qué tratas de ocultar?-
- ¿Ocultar? - Volkov se trato de hacer el desentendido pero sabia que ya había hablado de mas.
- Si, ocultar... - Greco presiono, Volkov desvió la mirada.
- Quizá he olvidado lo que te dije aquella noche en tu apartamento y estas cervezas me han nublado mas los recuerdos, pero... todos merecemos ser felices, no deberías de estarte martirizando de esta forma amigo... -
Volkov no miro al barbado pero sintió como un pequeño peso se desprendía de su espalda.
- ¿Qué te detiene? - Inquirió de nuevo.
- Greco por favor... somos hombres, soy mucho mayor que el y... mi vida se resume en trabajar.- Volkov se sorprendió de lo que acababa de decir, ¿lo había pensado?... ¡si!, pero jamás lo había dicho en voz alta y ahí fue cuando Greco sonrió al escucharlo pues había dado el primer paso sin querer.
- Así que... ¿te lo haz cuestionado?... - La mirada de Volkov se conecto con la Rodríguez mientras este sonreía de oreja a oreja.
Volkov se quedo de piedra, "¿Lo haz pillado tempano de gelatina?" la vocecilla surgió en su cabeza y este se llevo una mano a la boca.
- Me sorprende que hayas puesto por ultimo el trabajo... siempre ha sido tu escusa numero uno... entonces, ¿Horacio te ha estado moviendo el tapete? - Greco se atrevió.
Volkov esculpió un poco de su vodka en la mesa por la pregunta tan directa.
- Claro que no... Yo... creo que se confundió... - Volkov trataba de justificarse mientras limpiaba sus labios con torpeza.
- ¿Te estas haciendo para atrás?... No te entiendo, ahora si que no Volkov... ¿Sientes algo por Horacio?, ¿sí o no?... por que todo lo que me haz contado dice que sí... Solo tu eres el que no lo quieres aceptar. -
Volkov lo observo en silencio toda su cabeza era un enjambre de abejas.
- Me voy a ir por puntos y quiero que me escuches... - Greco hizo una pausa miró al comisario y prosiguió. - Que ambos sean hombres no significa que no puedan amarse, los tiempos han cambiado Viktor si eso es lo que te preocupa...
La edad solo es un numero, si suena muy cliché no me mires así, pero a mi nunca me detuvieron unos simples números para vivir mi única historia de amor... - Greco suspiro para proseguir.
- Se que no tenemos el trabajo mas seguro, pero ¿no crees que vale la pena arriesgarse por hacer tu vida diferente? y dejar tus rutinas extremistas... - El comisario se quedo en silencio y Volkov clavo su mirada en el vaso de vidrio frente de el.
- No me digas nada... solo piénsalo. - Greco destapo la ultima cerveza y se la llevo a la boca.
Volkov solo se limitó a asentir sintiéndose un poco mas ligero y el corazón latiéndole de más.


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No hay excusas, la vida esta muy loca y tener días malos estaban menguando mis ganas de escribir entre otras cosas...
Espero que no sientan tan simple este capitulo que nos muestra un Volkov en mood adolescente enamorado en un cuerpo de un ¿dios griego?... o ¿refrigerador descongelandose? 

En fin! se puede decir que estoy de vuelta♥
Gracias por su espera y bienvenidos a los nuevos!

Les mando un abrazo virtual, cuídense mucho y no olviden tomar su awa de uwu♥





Le toca a él...  VOLKACIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora